Demasiado tarde para volver

En el jardín.

Una tarde mientras Ana caminaba por el jardín se topó con Robert.

-Hola. Pensé que estaba sola-Dijo ella.

-Estaba despejandome pero me puedo ir si te molesto.

-No, para nada, quedate.

Luego de un silencio Rob habló.

-¿Ana?

-Dime.

-Verás, no soy muy bueno para decir estas cosas... Yo-Robert se calló y le entregó un ramo de flores rojas que tenía escondido en su buso.

-Oh, gracias, las rosas rojas son mis favoritas.-Las tomó y olió su perfume-Tienen un perfume riquisimo ¿Son salvajes?

-Las saqué del jardín.

-Me encantan, las pondré en mi habitación.

-Ana, me gustaría saber si sientes algo por mi.

-Cariño.

-¿Nada más?

-Eres una muy buena persona.

-¿Ah si? Eso lo dices porque no sabes las cosas que hice.

-Todos cometemos errores.

-Pero algunos imperdonables.

-¿A qué te refieres?

Los dos se sentaron en un banco de madera.

-Me refiero a las cosas que hizo mi padre. ¿Sabías que mató a su mujer cuando nosotros eramos pequeños?

Ana abrió tan grandes los ojos que parecía que se le iban a salir.

-No puede ser, el siempre fue correcto con migo, el nunca haría eso.

-Las apariencias engañan.

-¿Y qué hicieron?-Preguntó Ana totalmente pasmada y confundida.

-El nos amenazó de muerte si decíamos algo y lo sigue haciendo, duerme con un revolver debajo de su almohada.

-Pero eso imposible... Algo pueden hacer, llamen a la policía.

-Lo eh intentado varias veces con el teléfono que usan los huéspedes pero el siempre me veía y me golpeaba.

Una lágrima corrió por la mejilla de Robert.

-Soy el único que quiere hacer justicia-Siguió el-Mis hermanos no les importa. ¿Sabes que doloroso es que tu padre mate a tu madre y que el único que quiere hacer justicia sea yo?

-Robert, juntos vamos a salir de esto, vas a ver, te voy a ayudar.

-No quiero meterte en esto.

-Shh-Calló Ana y le tomó la mano-Juntos vamos a hacer justicia por tu madre y todos sabrán quién verdaderamente es el señor James.