Elegir

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Cordillera Mieming, 1936.

Yo no solía ser una persona interesada en los sucesos sociales que acontecían en mi nación, me deprimía saber que no había nada que pudiera hacer al respecto y no estaba seguro de la postura que debía tomar. Era como si me encontrara en medio de dos frentes donde estaba obligado elegir un bando aún en contra de mi voluntad. Por una parte, en las calles comenzaban a aparecer carteles en los que se realzaba la ideología de una 'Alemania para alemanes' y por la otra, estaba todo lo que yo sabía sobre mi amigo y sus costumbres. A esas alturas no tenía el valor de hablar con Kyle sobre el motivo por el cual tenía poco más de un año estudiando en su casa o de que prefería mantener un perfil bajo en el pueblo y tampoco creo que él lo hubiese deseado. Conociéndolo, seguramente creería que sentiría pena por él o algo por el estilo, no obstante, la realidad era que no tenía del todo claro aquello y por eso me abstenía de decir algo.

Ahora que lo pienso, me doy cuenta de que esto es solo una pobre excusa mía para minimizar mi falta de interés en una problemática que desataría una de las peores tragedias del mundo moderno y tal vez yo estuviese siendo demasiado egoísta al pensar que mis problemas eran mucho más importantes a comparación de las estupideces que se escuchaban en la radio o que se plasmaban en los periódicos. Por ese tiempo, lo admito, estaba luchando con una problemática mucho mayor para mí que me angustiaba de sobremanera. Tenía casi un año y medio de empezar a salir con Wendy y por mucho que ella fuese todo lo que siempre soñé, había algo que me inquietaba.

Era amable con las personas, dulce en sus actos, abierta a cualquier tema, comprensiva conmigo, con un corazón noble que destilaba el amor con el que tantos años soñé y lo suficientemente inteligente para tratar con seriedad los temas que a mí no me interesaban, entonces... ¿por qué me sentía tan mal?

Supongo que gran parte de ello se debía a que me afectaba demasiado lo que la gente opinaba acerca de nuestra relación: "son la pareja perfecta," decían unos, "siempre supe que terminarían juntos," juzgaban otros, "desde pequeños estaban destinados a amarse para siempre," era el favorito de muchos. Y yo solo pensaba en la presión que eso me generaba. No es que yo creyera lo contrario, es decir, desde que tenía uso de razón había vislumbrado mi futuro con Wendy a mi lado, ella apoyándome siempre y yo protegiéndola de cualquier mal que ocurriera y, si me sentía inseguro era porque temía fallar en las expectativas que todos tenían en cuanto a nuestra relación.

Yo era un campesino sencillo cuya vida no era para nada emocionante. No tenía metas en la vida ni grandes aspiraciones como mi novia, a veces sentía que era como una hoja flotando en un río interminable que deja que la corriente guíe su rumbo y al tanto estaba de que esto no era suficiente para Wendy, mucho menos para mis padres quienes, al parecer, ya tenían un futuro trazado para mí.

Desde el primer momento en que comenzamos a salir, me di cuenta de que tal vez mi sueño no había sido sino un inocente anhelo infantil para mí, en cambio, Wendy tenía metas muy definidas, a pesar de haber estudiado en el hauptschule, quería buscar una oportunidad para estudiar en la universidad, pues deseaba ser psicóloga, lo que me llevaba a pensar que nunca había hablado sobre un futuro juntos, a decir verdad, ni siquiera creo que tuviese contemplado ser madre y ama de casa. Sus ideales eran firmes, a pesar de que su padre hubiese obtenido un puesto alto en la milicia de la élite alemana luego de que desmilitarizaran al imperio con el Tratado de Versalles, ella estaba en contra de las campañas patriotas que comenzaban a aparecer por todos lados. Solía arrancar los afiches pegados en los muros y cambiaba de estación cuando la publicidad, que enaltecía al pueblo alemán, sonaba en la radio. Yo no entendía mucho el motivo, tampoco era que prestara demasiada atención por lo que junto a ella no podía sentirme más ignorante.

Recuerdo que cuando era pequeño tenía miedo de que Kyle y Wendy se conocieran mejor porque creía que ellos podrían gustarse ya que tenían demasiadas cosas en común y ahora, por mi egoísmo, sentía que le estaba arrebatando a Wendy el futuro próspero que ella se merecía con alguien inteligente y con un criterio tan firme y definido como el de ella.

Siempre a tu lado... 💖Style💖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora