La ira del cordero

Capítulo IV

Fue consciente de la presencia del otro ordenanza, podía sentir la mirada en su rostro. El pañuelo que Barney le proporciono ayudó a limpiar lo que Migss lanzó sobre él, pero el aroma persistía. Graham quería llegar a su hogar y darse una larga ducha. Podía sentir los murmullos de los reclusos golpeando su mente, aunque la voz tranquila de Lecter era la música predominante, manteniendo a raya la cacofonía de los aficionados.

En la seguridad de su auto, cuando por fin estuvo solo, Graham exhalo con fuerza y recargo su cabello en el respaldo del asiento, cerrando los ojos he intentado volver a él. Aún sentía el deseo hormiguear en sus manos, el deseo de golpear la cabeza de Miggs contra el suelo hasta verla quebrarse como la cáscara de un huevo.

Decidió recordar la conversación con Lecter, omitiendo los sentimientos resonantes de la misma y concentrándose en la información.
Raspail. Recordaba ese apellido. Era un paciente de Lecter y también una de sus víctimas. Encontrado en el banco de una iglesia, vestido con una pajarita y expuesto por sus pecados.

Will tenía un conocimiento detallado del caso de Hannibal Lecter, lo dicho por Chilton sobre cualquiera estudiante queriendo citar a Lecter en su tesis era verdad, muchos compañeros de Graham lo hicieron. Él mismo leyó el caso y todo lo que encontró, pero nunca cito a Hannibal Lecter en sus trabajos o Tesis.

Era demasiado personal.

La noche anterior había dado un repaso al expediente y sabía que Raspail tenía familia, una familia que hizo todo lo posible para que los secretos del difunto nuca salieran a la luz. Graham podría llamar a Crawford, darle lo que logró pescar.

Will no tenía ninguna intención de entrar en esto. No quería estar debajo de la piel de Buffalo Bill, algo en su interior se removía de anticipación. Como si al entrar en este juego el resultado final fuera del vencedor, no importara cuál fuera.
Marcó el numero de la oficina y espero, pero Crawford no esta disponible, después lo hizo con el numero personal del Jefe de la BAU y fue directo a buzón.

Graham decido enviar un texto, después encendió su auto y condujo a casa.

Al llegar, se dirigió directo a la ducha, dejando caer las copas de ropa en el azulejo del suelo. No le importo la temperatura fría del agua, sólo quería lavarse el día de hoy.

La ira fría residual contra Miggs, su frustración dirigida a Chilton, la inquietud que Lecter alzó en él (anticipación, curiosidad). Todo se agolpo en él por unos momentos antes de que el agua fría lo lavara.

Cuando Graham estuvo vestido con pantalones flojos de algodón, un sueter viejo y Winston calentando sus pies, decidió volver a intentar con Jack.

La llamada tardó en conectarse pero en el último timbre lo logró. Jack gruñó su saludo y Will se preparo para esto.

-Raspail- dijo Will a su pesar.

-¿qué? – Graham podría oír incluso a través de la línea la mente de Jack trabajando.

-es lo que dijo, busca en sus cartas de San Valentín. Fue su paciente-

El silencio se alegó del otro lado y cuando Jack hablo, Will quiso golpearse contra la pared.

-Quieres a Buffalo Bill, me enviaste a él por esa razón. Esa es tu miga de pan-mascullo Graham con molestia, tener que explicar cuando hace un momento, conversando con Lecter no había necesidad de eso.

-Ve a comprobarlo, eres un estudiante no necesitas una orden. Te mandare la información de Raspail. –

-Jack yo no… -

-Es tu oportunidad de entrar, Graham. Salvar vidas, salvar a otras Inocentes. -

Will gruñó por lo bajo pero no discutió más. ¿Qué podría decirle? Que le valía una mierda, eso no se vería muy bien en su ya decadente perfil.

-De acuerdo. –

-Te lo enviaré en 10, ve con cuidado. Cuando tengas algo ven a verme – indicó Crawford, se podía escuchar el movimiento del otro lado de la línea – y Graham, lo haz hecho bien.-

Y que Will sería el puente entre Lecter y el FBI era implícito.


-Maldita sea, si Miggs vuelve a lanzarme esperma al rostro me convertiré en vecino de Lecter, eso seguro te gustara Jack- gruñe Will mientras la línea pita.

Winston gimotea a sus pies y el hombre suspira, agachándose para rascar al peludo perro.


Como lo prometió, Crawford le envía el archivo por correo a los 10 minutos.

Raspail, Benjamín René, varón, de raza blanca, 46 años, primer Flautista de la Orquesta Filarmónica de Baltimore. Era un paciente del consultorio psiquiátrico del doctor Lecter.

El 22 de marzo de xxxx no acudió a la actuación que aquel día tenía  programada la orquesta. El 25 del mismo mes se descubrió su cadáver, sentado en un banco de una pequeña iglesia rural próxima a Falls Church, Virginia, su garganta abierta y expuesta, las cuerdas tratadas con aceite de oliva, un arco de buen gusto sostenido en una mano. La autopsia reveló que Raspail tenía el Corazón perforado y que le faltaban el timo y el páncreas. Homicidios de Baltimore afirmó que dichas glándulas figuraron en el Menú de una cena que Lecter ofreció al presidente y al director de La Filarmónica de Baltimore la noche siguiente a la desaparición de Raspail.

El doctor Hannibal Lecter declaró no saber nada de esas cuestiones. El Presidente y el director de la Filarmónica declararon que no lograban recordar los platos que se sirvieron en la cena de Lecter, si bien éste era famoso por la excelencia de su mesa y había colaborado con numerosos artículos en diversas revistas Gastronómicas.

El presidente de la Filarmónica tuvo posteriormente que ser tratado de anorexia y problemas relacionados con la dependencia del alcohol en un sanatorio de Basilea.

Según la policía de Baltimore, Raspail era la novena víctima conocida de Lecter. Raspail murió ab intestato, y los pleitos entablados por los Parientes por causa de la herencia fueron seguidos por la prensa durante varios meses, mientras el caso suscitó el interés del público.

Los parientes de Raspail también se asociaron con las familias de otras víctimas y pacientes de Lecter en la interposición de una demanda, que fue fallada a su favor, para conseguir que los archivos y las cintas del extraviado psiquiatra fuesen destruidos. Basaron su argumentos en que los archivos debían contener documentación sobre un sinfín de embarazosos secretos que su dueño podía algún día divulgar.

El tribunal designó al abogado de Raspail, Everett Yow, como albacea Testamentario de la herencia.

Graham tendría, pues, que ponerse en contacto con este Yow. Aunque esto tendría la grieta de que posiblemente el abogado se adelantará y destruya cualquier cosa que afecte a su difunto cliente.

Will se puso en pie, sacó su botella de whisky y tuvo la delicadeza de servirse dos dedos en un vaso.

-Maldita sea. -

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Los que han leído la obra de Tomás Harris y visto el show de Brian Fuller, sabrán que Raspail esta siendo descrito como en la serie. Esto es una reescritura por lo que me tomaré ciertas libertades.