11. Tonta e inocente Amber.

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—KIWI DE HARRY STYLES— le respondí a Alex mientras daba vueltas sobre la pista de hielo

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—KIWI DE HARRY STYLES— le respondí a Alex mientras daba vueltas sobre la pista de hielo.

Al notar a Alex bastante desanimado, sin ganas de mucho y bastante cansado, decidí, sin derecho alguno, que hoy debía divertirse y tomarse un tiempo para el, pero bueno, el chico malo no puede tener un momento romántico de película en una pista de hielo.

La pista de hielo es de un amigo del tío Jack, suele estar cerrada a la mañana, pero bueno, el tío Jack puede conseguir que te abran las puertas del infierno si le das un poco de maña y amo eso del tío, me gustaría que estuviese más en la ciudad, pero bueno, igual que todos en mi familia, tiene el instinto de huir.

Alex no parecía contagiarse de mi diversión, no le llamaba la atención que sonría como una loca o que cante a los gritos, aunque la canción si le haya llamado la atención, Alex solo se había quedado sentado en el banco y me miraba, aunque a esta distancia no lograba distinguir su expresión.

Quería que entre a la pista conmigo, quería que se divierta, pero bueno, ahora sabemos que no es el alma de la fiesta y en cierto punto me alegra que no se fuerce a sí mismo a hacer algo que no quiere, al menos eso es real.

Apuesto que no soy ni cerca la primera que quiere hacer que Alex sienta algo, sea lo que sea, hasta enojo si se diera a lugar, quería que se exprese, que libere ese sentimiento que lo atormenta, que le pesa en los hombros, el cual él cree ocultar a la perfección, pero se nota a quilómetros que solo quiere un poco de amor.

Un poco de amor.

No, nadie merece un poco de amor, no hay que conformarse con algo que no sea un amor entero, las migajas no alimentan, solo tientan.

Entonces, entre tanto dar vuelta e ideas para atraer a Alex a la pista, me caí, realmente me caí, pero al caerme se me ocurrió una idea.
Una idea estúpida y que tenía poca consistencia, no tenía idea de cómo iba a reaccionar Alex al verme caída en el piso, pero yo solo podía pensar en que correría a socorrerme, así que solo cerré los ojos y fingí que me había desmayado.

Realmente ni siquiera se porque lo hice, pero sé que me emocione al escuchar como se levantaba apurado y juro que escuché el sonido de sus manos al agarrar la baranda.

—¿Estas bien?— lo oí preguntar, pero solo me quede inmóvil mientras sentía mi espalda congelada.

Todo había quedado en silencio, pero eso no había sido mi culpa, realmente no se porque la música se detuvo, supongo que se dañaron los parlantes, en todo caso, nunca estuve aquí.

Percibí movimiento a mi al rededor y escuché varias maldiciones entre dientes de parte de Alex, al parecer se esta resbalando, pero el bastardo no se cayo ni siquiera una vez.
Mientras, aproveche su distracción y fui juntando nieve de los bordes de la pista, para hacer una bola.

Lo sentí arrodillarse a mi lado, mientras respiraba algo agitado, estaba preocupado y yo tuve que usar todas mis fuerzas para no reírme, quería ver que hago en una situación tal, aunque si esto me pasa de verdad seguro no me va a creer, perderá la confianza en mi.

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