La Princesa de los Cuervos |Shisui Y Tú

7.- El Río Nakano

Ya había pasado tiempo desde la muerte de Izuna, después de todo Minari si entrenó con dos de los legendarios Sannin. Aprendió ninjutsu médico y aumentó su fuerza, aprendió a razonar situaciones y utilizar el ninjutsu médico que aprendió de Tsunade cómo un estilo de pelea diferente.

(Si no me expresó bien me refiero a que aprendió el estilo de pelea de Kabuto.)

Pero también aprendió a mantener sus problemas a raya, evitar terceros en su vida, pues su padre cada que quería le pegaba a su hija, maldiciendola por la muerte de Izuna y su esposa. La torturaba y amenazaba, Minari no quería preocupar a sus amigos cercanos, entonces no les comentaba nada de lo que pasaba en su casa. Pero Shisui era muy inteligente, el no pasó por desapercibido pequeños detalles que observaba en Minari y su comportamiento, después de todo, ellos son mejores amigos. Cuándo Minari se rindió ante la insistencia de su amigo le confesó lo que pasaba con su padre, a Shisui le hervía la sangre de tan sólo pensar que Madara tocará a Minari, aún así, su mejor amiga le pidió que mantuviera la situación en secreto, pues no quería involucrar a nadie. Shisui como era de esperarse no estuvo conforme con la decisión, sin embargo la acepto, pues su amiga decía tenerlo bajo control.

Minari y Shisui habían cambiado, su pensamiento era más lógico, más maduro, sus actitudes ya no eran las de niños de cinco años.

Eran las diez de la noche y Shisui estaba escondido entre los árboles cercanos a la ventana de Minari, pues quería verla. Akari-San había retomado su vida como ninja, y precisamente esa noche tenía misión, dejando a Shisui sólo, el cuál aprovechó para escaparse.
La primogénita de uno de los fundadores de Konoha estaba terminando de lavar algunos trastes para evitar el enojo de su padre. Cuándo culminó su actividad subió a su cuarto, paseándose por la ventana para cerrarla y poder dormir, pero el ruido de una piedra chocando contra su ventana la sorprendió y se asomó atravez de esta para observar que era lo que pasaba, fué ahí cuándo lo vió.

Shisui se asomaba atravez de los árboles haciéndole señas de que bajará a verlo. Sonrió para sí misma y sin pensarlo dos veces bajó al encuentro de su amigo.

- Shisui, ¿que haces aquí? - cuestionó a su amigo, aún así se sentía felíz de estar con él.

- Ven, quiero mostrarte algo - habló ignorando la pregunta de su mejor amiga, la tomó de la mano y empezó a correr hacía una dirección que sólo el conocía, alejándose de la casa de la susodicha. Ambos avanzaban de igual manera, pues eran rápidos así que no tenían la necesidad de arrastrarse o esperar al otro.

- Bien, aquí paramos - dijo Shisui, mientras se detenía igual que Minari.

- Esto es lo que querías mostrarme - dijo con burla en su voz, pues sólo estaban rodeados de árboles.

- No seas tonta, quiero que sea sorpresa, así que me detuve aquí para vendarte los ojos - Shisui sacó de su ropa una venda y la colocó sobre los ojos negros de su acompañante.

- ¿Es necesario Shisui?, no voy a poder correr bien - reprochó entre pucheros.

Pues apesar de haber cambiado seguía manteniendo su lado infantil, el cuál sólo mostraba con Shisui y sólo con él.

- ¿Confías en mí Nari? -

- Confío en ti - dijo después de un suspiro, la sonrisa del azabache se volvió triunfante y cargó a su Mejor Amiga entre brazos como si de una princesa se tratara.

- ¿Pero qué...? - alegó confundida.

- Tranquila Nari - Sin más que decir empezó a correr con ella nuevamente, sólo que con cuidado. Minari movió su cabeza, como si quisiera ver a Shisui, claro estaba que no podía.
El azabache la miró y le sonrió aunque ella no lo viera, sin embargo Minari sintió la mirada de su mejor amigo y bajó ligeramente la cabeza con un sonrojo acudiendo a sus mejillas.
Aún así no dudó en esconder su rostro en el pecho de su amigo, cómo si no quisiera que el la viera en ese estado, sin embargo ya lo había hecho y a Shisui se le hizo un acto tierno.

Pues desde que empezó el problema con Madara ella empezó a mostrarse defensiva, pero verla avergonzada por su acto le causó demasiada ternura.

El chico apresuró el paso para llegar más rápido a su destino, no pasó mucho tiempo para que lo hiciera. Con cuidado bajó a Minari, asegurándose de que ella pudiera mantener el equilibrio, una vez que así fué le quitó la venda de los ojos y dejó que admirara el paisaje.

- Este es el Río Nakano -

- Wow, es hermoso - Minari no pudo evitar llevarse una sorpresa.

El agua del río corría sin prisa formando un sonido relajante, el viento chocando contra los árboles, las estrellas y la luna reflejandose en el agua, piedras adornando las orillas del río, el pasto corto y verde eran el complemento perfecto de ese lugar, sin duda el Río Nakano es hermoso.

Sin previo aviso Shisui volvió a tomar de la mano a Minari y la condujo a la orilla del río, dónde ambos se sentaron.

- ¿Cómo descubriste este lugar? - preguntó curiosa.

- Digamos que me perdí y terminé aquí - contestó apenado mientras se rascaba la nuca con nerviosismo. Logrando que Minari soltara una risa divertida.

- ¿Cómo van las cosas Nari? - su voz cambió a una más seria.

- Cómo siempre, sale a sus misiones, regresa se enoja, come y se encierra en su cuarto - habló frustrada.

- ¿Te golpeó hoy? - Minari sólo bajo la cabeza como respuesta, cosa que sólo enojó a Shisui.

- Me gustaría poder hacer algo, Pero tú no me dejas - reprochó Shisui.

- Lo tengo controlado Shisui - excusó su amiga.

- Él te golpea, yo no opino que esté controlado -

- No te preocupes por nada de eso Shisui - el nombrado suspiró frustrado y asintió.

Ambos niños se abrazaron como consuelo, siendo Shisui el que aprisionaba y atesoraba a Minari entre sus brazos, pues el quería demostrarle protección.

- ¿Recuerdas cuándo te dije por qué quería ser ninja Nari? - susurró en su oído, recibiendo un 《Sí》 casi inaudible de la niña - Esas razones pasan a segundo plano, ahora la razón por la que quiero convertirme en ninja eres tú, para protegerte y que nadie te haga daño - confesó con mucha sinceridad a Minari, quien sólo se aferró más a él.

Pasaron las horas demasiado rápido, ya era  media noche y ambos debían volver a sus casas.

- Debemos volver a este lugar Shisui - dijo emocionada mientras se paraba.

- Descuida Nari, este será nuestro lugar -

《Nuestro》

Esa palabra resonó en la mente de la pelinegra con hebras rojas, igualmente sonrió y asintió.

- Nuestro lugar Shisui - repitió