Capítulo 9

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Llevan viajando durante varias horas bajo el sol abrasador.

Eric: ¡Le asestaré un buen golpe final y se arrepentirá de haberse cruzado en mi camino!

Rune: ¿Estás hablando del cambiaformas otra vez?

Eric: Claro, caballero ¿de quién si no?

Diana: (Si las palabras matasen, este loco estaría muerto)

Rune se detiene y otea el horizonte en busca de un lugar perfecto, digno de un cuadro, para descansar del camino, ante Diana se tiende las cristalinas aguas de un lago color turquesa, la luz del sol baila sobre la superficie lacustre imitando el brillo de miles de diamantes que descansan sobre las quitas flores, a lo lejos, como si de las puertas del paraíso se tratase, una cascada llama su atención.

Diana: (Incluso el aire huele diferente)

Rune: Vamos a para aquí.

Eric: Parece un lugar tan bello como cualquier otro, caballero.

Diana: Como si hubieras estado de alguna vez en un paraíso como este.

Eric: El paraíso está entre los brazos de mi amada.

Diana: (Puaj...la obsesión de Eric no tiene fin)

Eric: -Tira su petate y se estira sobre la hierba- podría descansar un poco.

Rune: Diana...voy a buscar un buen sitio para poder pasar la noche, hoy no podremos seguir nuestro viaje mucho más.

Diana: (¡Qué difícil es leer sus pensamientos! No tengo ni idea de lo que piensa sobre mí, en estos momentos, creo que no le gusto nada de nada)

Rune: ¿Sucede algo? Parecéis triste.

Diana: Me siento fatal por...nuestra discusión.

Rune: -Está a punto de decirle algo, pero se detiene, respira hondo y le da una respuesta apresurada- no os preocupéis.

Diana: ¿Qué no me preocupe?

Rune: Sí...no tiene importancia.

Diana: Pero...para mí sí tiene importancia, o sea, quiero que sepáis lo que siento y que os agradezco que nos acompañáis a la Piedra de los Dioses.

Rune: Yo también lo siento, no debí haberos cuestionado sobre Ana -después de eso, se da la vuelta y se marcha-

Diana: (No estoy muy segura de esta reacción y sigo sin saber qué es lo piensa)

Eric está a punto de quedarse dormido, mientras la mirada de Diana vaga entre los árboles color verde esmeralda, es como si el sutil balanceo de las ramas la invitara a entrar u decide responder a su llamada.

Diana: (Quizás debería dar un paseo, perfecto para evadirme de todo...y poner en orden todas esas emociones que me perturban) -después de pensárselo dos veces, entra en el húmedo bosque...-

La saludan un coro de aves y grillos, que crea un ambiente perfecto.

Diana: (Qué maravilla estar cobijada bajo la sombra de estos magníficos árboles...)

Sus pies apenas hacen ruido al pisar el musgo y las hojas que cubren el suelo, los gigantes árboles no dejan pasar la luz del sol y las criaturas del bosque, sumidas en esa oscuridad, parecen susurrarle sus secretos.

Diana: -Acaricia la áspera corteza de un roble cercano- (ni en un millón de años habría pensado que conocería a alguien como Rune)

Su mente se siente libre para explorar lo más profundo de su alma, el lugar donde se esconden los secretos que ni ella misma conoce.

Princesa LianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora