xv. we need harmony

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15. necesitamos armonía.

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La nostalgia se apoderó de ella mientras sus ojos se posaban en el vibrante barrio francés. Cada rincón de ese lugar parecía resonar con recuerdos de un pasado lejano, el eco de una familia que había construido y perdido hace siglos. Pensar en el hogar que estaba formando ahora la hacía recordar la pérdida de su propia familia, y el dolor de saber que la única persona que quedaba de su legado la deseaba muerta, odiándola por los pecados de su madre, solo aumentaba el peso en su corazón.

—¿Mamá? —llamó la joven, mientras entraba en la habitación y se sentaba a su lado, su voz temblando levemente por la inquietud.

Su madre, aún envuelta en sus pensamientos, dirigió la mirada hacia ella y, con un gesto suave, acomodó un mechón de cabello rebelde detrás de la oreja de su hija. Le sonrió con ternura, su preocupación momentáneamente reemplazada por el amor maternal.

—Dime, Hope... —la voz era cálida, aunque un destello de preocupación brillaba en sus ojos.

—Quiero contarte algo, pero prométeme que no enloquecerás —Hope hizo una breve pausa, mirando sus manos que jugueteaban nerviosamente con los dedos. La mirada ansiosa de la madre la instó a seguir—. Kalev y yo—

Adelaide levantó una mano, deteniéndola con delicadeza antes de que pudiera continuar. Sacudió la cabeza suavemente, como si tratara de despejar los pensamientos que la perturbaban, y luego se dirigió a su hija con una mirada comprensiva.

—Dame un segundo, no estoy preparada aún para escuchar esto —dijo, su tono indulgente—. Ahora sí, continúa.

—Kalev y yo nos besamos —reveló finalmente Hope, con una mezcla de incertidumbre y expectativa en su rostro. Esperó la reacción de su madre con el corazón acelerado—. Creo que estoy empezando a sentir cosas por él.

Ada, al escuchar la confesión, esbozó una sonrisa que trataba de ser comprensiva. A pesar del alivio que sentía al ver a su hija abrirse, el consejo que deseaba dar estaba cargado de preocupación maternal.

—Oh, está bien —dijo con una sonrisa de lado—. Solo... no te dejes cegar por la atracción, por favor. Primero tú y luego él, ¿bien?

—Claro, mamá —respondió Hope, aliviada por la aceptación.

—¿Sabe sobre esto tu padre? —preguntó, la curiosidad y el afecto en su tono.

Hope sacudió la cabeza, negando con firmeza, y su madre soltó una risita suave.

burning love - klaus mikaelson │²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora