Elizabeth fue despertada cuando sintió como un niño le picaba la cara con su dedo con demasiada insistencia, de cierta forma le estaba empezando a molestar aquello.
-Niño no hagas eso- se quejó Elizabeth abriendo los ojos pero el niño no entendió pues no hablaba Inglés
-¡MAMÁ HAY UNA VAGABUNDA!- gritó el niño en un idioma que la pelinegra no entendió
-¿Que?- Elizabeth no supo lo que dijo aquel pequeño belga por lo que solo se empezó a alejar de entre los juegos antes que alguien la viera ahí
Una vez fuera del parque se volvió a poner la capucha y empezó a caminar a la estación, donde iba a comprar su boleto para el transbordador pero cuando lo iba a hacer vio por las pantallas del lugar como en las noticias aparecían las fotografías de Steve, Natasha, Wanda, Pietro, Sam y la suya, no tenía que saber el idioma del reportero del noticiero para saber de lo que hablaban, por lo que antes de que la reconocieran salió disparada al baño a ocultarse en cubículo. Esperaría a que la noticia pasara y olvidaran un poco su rostro o la confundieran con que simplemente se parecía a la chica en la televisión. Estuvo ahí pensando en demasiadas rutas de escape o en como subir a ese transbordador sin que la vieran, después de unos 15 minutos salió de ahí encontrándose con dos mujeres quienes solo se le quedaron viendo para después salir del baño dejando a la pelinegra sola en el lugar. Elizabeth se aseó como pudo y sonrió un poco cuando encontró que la señora Mary le había metido un cepillo de dientes, pasta dental y un cepillo para el cabello en su mochila. Después salió lo más discretamente que podía para escabullirse en las plataformas de abordaje, donde se escondió entre enormes cajas que subirían a la parte de carga del transbordador, sabía que ahí no la verían y tendría un viaje tranquilo. Agradecía el hecho de saber escabullirse fácilmente y ser silenciosa, nunca pensó pensar eso pero le agradecía a HYDRA el haberle enseñado aquello.
Fue un viaje calmado pues nadie pasó donde ella estaba, desayuno e incluso comió en el camino pues fue algo largo. Una vez que sintió que el transbordador se detuvo, recorrió este hasta llegar a la zona donde estaban los pasajeros, pues sabía que revisaban la zona de carga para verificar que no trajeran consigo nada ilícito al país. Los pasajeros empezaron a descender pero se detuvo en seco al ver demasiada seguridad para descender del transbordador, además que a todos les pedían sus pasajes e identificaciones.
-Piensa- se susurró así misma y probablemente se le ocurrió la peor idea que ha tenido en demasiado tiempo
Se dio la vuelta y se fue hasta la parte trasera del barco en la que nadie la viera, abrió una ventana donde no lo pensó dos veces y se aventó cayendo al mar. Solo rezaba para que no se hubiera percatado de aquello algún pasajero. Una vez que salió a la superficie empezó a nadar hasta la orilla más lejana de donde se encontraba la policía y los guardias de seguridad del lugar. Cuando salió no se permitió descansar y camino hasta escabullirse en uno de los callejones de la ciudad asegurándose de no ser reconocida, una vez ahí se dejó caer en el suelo y se recargó en la pared para tratar de controlar su respiración pues le había costado demasiado esfuerzo nada del transbordador a la orilla, estaba empapada pero lo único que la reconfortaba es que estaba más cerca de su destino. Pues al menos ya había logrado llegar a Inglaterra. Hasta ese instante se percató del dolor que tenía en todo el cuerpo, sabía que seguía teniendo las costillas fracturadas, la mano quemada, cortadas en el rostro, golpes y contusiones pero aún así no se iba rendir pues prefería caminar por todo el mundo en esas condiciones hasta encontrar a su familia. Se paró y camino con la cabeza agachada alejándose de las personas o cambiando de banqueta cuando se encontraba a alguien de frente. Así fue su caminata hasta que llegó a la estación de trenes, donde ahora si compraría un boleto pues no tenía otra opción. Cuando volteó a ver un reloj se dio cuenta que ya era las cinco de la tarde, por lo que con suerte llegaría antes de que terminase el día a Londres. Espero su tren, por una hora más o menos, hasta que subió a este y se sentó en los últimos vagones donde no hubiera nadie a su alrededor.
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Desde las cenizas/Los vengadores/
FanfictionElizabeth Rogers Romanoff llegó a la vida de los vengadores para salvarlos, aunque ya estaba presente en la vida de Natasha Romanoff por un encuentro que tuvieron en el pasado. Muchos dirían que es una chica dulce y cálida pero tiene un gran pasado...