En medio de la prisión de luz blanca, mientras suena la música el cielo cambia y las flores brillan, bajo el resplandor del cielo la luz dorada baña al joven en su interior, una pieza rajada que está a punto de romperse, antes de partir.
En medio de la prisión de luz blanca, mientras suena la música el cielo cambia y las flores brillan, bajo el resplandor del cielo la luz dorada baña al joven en su interior, una pieza rajada que está a punto de romperse, antes de partir.
Notas:
Probablemente sea malo, pero me ayudó a concentrarme en mi antiguo estilo de escritura, en cuanto al color en las descripciones, es algo que solía hacer y disfrutar y me gusta mucho.
Este es un Headcanon personal de Khun como señor de las artes en general, y de Khun como apasionado lector de novelas, aunque este último es un poco más implícito, realmente fue un escrito sacado de la nada, si lo disfrutas puedes hacer un comentario.
Que tengan un lindo día.
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La música resuena, suave y dulce, cada nota clavada una tras otra, rápida, armoniosa y majestuosa, sus dedos se mueven una y otra vez, cae, cae, sube y baja de nuevo, el sonido lo envuelve, es claro, y tan maravilloso, una explosión de color, de escarcha, a veces a través de las teclas del piano, otras veces, en las cuerdas del violín, cuando le da la gana, las toca al mismo tiempo.
En una de las fincas de Khun Eduan, en una habitación con grandes ventanales, las luces entran y juegan con los pequeños vitriolos de la decoración, dando una atmósfera de tenues dorados y azules, partículas de luz que brillan como estrellitas, es un destello sagrado. . .
Una canción se mantiene al día con el medio ambiente.
El aire mueve las flores finamente plantadas, todas de diferentes colores, violeta, azul, rojo, amarillo, magenta, naranja, ámbar, degradando como acuarela bajo la luz del cielo shinsu, los altos muros del gran salón, cada uno blanco, dejando el hermoso color afuera, una casa monótona rodeada de arcoíris, una prístina prisión de acero que encierra un pedazo de cielo afuera.
En medio del precipicio blanco, con solo las luces jugando dando efecto a su alrededor, los dedos se mueven con la velocidad y facilidad de quien ha practicado, las cuerdas se cortan y duelen, pero solo se siente el sonido, las notas salen en Giro, cada posición es un sonido, cada deslizamiento es vibrante y armonioso, se ralentiza, se detiene un momento, el violín se detiene, hay silencio, el piano suave de fondo que se detiene antes de tocar su arreglo.
Un suspiro.
Cuente y cuente, 1, 2, 3, luego regrese, el sonido es fuerte cada vez más rápido, suba y suba 1, 2 y luego gire, mientras gira todo junto, siga subiendo, frunza el ceño, respire el sonido rasgando, rompiendo, antes de repetir el patrón, antes de terminar esa canción con una nota un poco más larga.
El joven abre los ojos, el cabello está extrañamente suelto, de un color azul brillante, muy claro, como una nube en los días más azules, libre de ataduras, ondulaciones removidas por el viento, piel pálida y nevada, y ojos azules degradados. y perdido bajo el juego de la luz, brillante y astuta, una presencia que exuda un aire frío, ropa de tonos blanco y negro con pequeños detalles en plata, se para frente a la ventana, aretes de suspendium y un violín tallado de color crema, en una de sus manos.
