DR. STONE | Headcanons, Oneshots, Escenas.

Pedido 01

Festival de primavera.

Era primavera y todos en la institución se hallaban en pleno apogeo del evento que se estaría llevando a cabo para ese mes. El festival de primavera, aquél de los cerezos que casi todos anhelan por su llegada debido a la importancia significativa de éste.

Se cuenta cómo encanto peculiar del instituto que si incluso el corazón más tímido y cobarde se confiesa durante ése día de primavera debajo de uno de los árboles de cerezo más grande del lugar, logrará hallar la aceptación de su amor... ¡Y no solo eso! Sí no que su amor será tan fructífero cómo lo es en sí, la temporada de primavera.

Para cualquier joven incluso el más incrédulo eso podría sonar algo llamativo, quizás muy absurdo pero de alguna forma con valor y simbolismo.

Aunque fuese un cuento de adolescentes ilusos, ¿quién no querría de todas formas ser correspondido?

—Aunque no lo parezca muchos definitivamente quieren algo así éste año. Se les ve bastante emocionados —Dijo suspirando la muchacha, mientras que cargaba con las cajas llenas de arreglos para la decoración del festival.

—Bueno, tienes razón... ¡Yo quisiera, en verdad! —concedió la otra de cabellos cortos y broche de estrella—. Pero el chico que me gusta ahora ni me mira.

—¿Si quiera tenían algo? —se burló la otra, cubriendo su boca al notar la mirada pesada en su amiga.

—¡No seas cruel! —chilló apretando las correas de su mochila—. Sé que aún tengo chances, después de todo... ¡Soy Luna, una chica capaz!  —apretó su puño con energías mirando con cierto brillo a su amiga.

—Si tú lo dices —negó ésta divertida, dejando las cajas en su lugar y mirando entonces a su alrededor.

Verdaderamente que se podía percibir el ambiente primaveral por doquier.

Ella nunca sabía cómo sentirse en esa época del año, a decir verdad siempre fue neutral en esas cosas. Después de todo, tampoco es cómo si esperara a que alguien realmente enamorado se le confesara.

Tampoco no es que no haya tenido a alguien que le guste pero temía un poco a arriesgarse. Muchas veces sintió el impulso de hacerlo pero nada tan intenso. Quizás porqué muy dentro de ella misma, sentía que no tenía oportunidad.

—Hey, ¿ese no es tu tutor? —La pelo corto señaló disimuladamente hacia dónde antes vió y ella le siguió con una expresión sorprendida.

—¡No le llames así! Es solo un estudiante más del instituto que me ayuda a entender lo que mi cerebro no puede por si solo —gruñó intentando ocultarse detrás de su amiga—. Y está aquí porque me salté las clases de matemáticas.

—¿No le dijiste que ayudaríamos a Ryusui senpai?

—No... es que... cómo que no se llevan muy bien, ¿sabes? —susurró la chica notando que algunas miradas se posaban en ellas.

—Oh es cierto... A pesar de ser presidente y sub-presidente en la institución y pues... Trabajar juntos casi todo el tiempo —comentó pensativa Luna, no diciendo nada pero dentro de su cabeza creándose todo un drama—. ¿Qué crees que esconden?

Y aunque su pregunta fue formulada no obtuvo respuesta alguna al darse cuenta de que su amiga ahora se hallaba encarando a un chico de ojos rubíes y aspecto furibundo.

—Ay... ¡Hola, Senku senpai! —saludó sonriente la pelo corto, ganándose un ligero movimiento de cabeza del chico antes de despedirse—. Adiós y suerte amiga. ¡Te veo a la hora de salida!