Hace 55 años, Simon Melbourne y los accionistas de su compañía Sugar Bomb, estaban llegando a los acuerdos finales sobre la adquisición de terrenos para inaugurar el nuevo parque industrial de 290 hectáreas. Uando el dinero invertido que robo al Conde Hunt, hizo de este evento el mayor punto de inflexión en su vida.
Inició su negocio implementado las nuevas innovaciones tecnológicas para abarcar cada sector de la economía y para eso, reclutó a cada individuo desfavorecido pero con un talento nato e ideas tan adelantadas a su siglo para usarlos en el incremento de empleo.
En poco más de siete años, su negocio se consolidó como un conglomerado multinacional. Farmacéuticas, textil, construcción, metalúrgica y más rubros se sumaron año tras año otorgándole fama y reconocimiento como "El Padrino Simon". Sus visitas a los barrios bajos se convirtieron en sinónimo de ayuda y respaldo porque para El Padrino Simon, todos eran un diamante en bruto que estaban ocultos en los lugares más recónditos esperando para salir.
Construyó hospitales, escuelas y dió trabajo para los pobres, aliviando la carga del presidente de la nación, que termino trabajando para el. Otorgó becas y pasantías en sus fábricas para atraer más inversionistas y contratos para establecerse como el único capaz de manejar la economía del país.
Mientras más tiempo pasaba, el tinte mafioso del contrabando y narcotráfico pintó su negocio para que al final todo el que escuchara su nombre, temiera por su vida. No había nadie tan loco que se enfrentara a Simon y menos a realizar cambios o elecciones sin su consentimiento.
Cuando lo llamaron para convencerlo de ser el siguiente presidente, Simon vio una posible manera de adueñarse de más poder y sin necesidad de recurrir a la caridad como siempre hizo. Salió victorioso y durante su mandato, se promulgaron leyes a favor de los pobres y reformas laborales. También se llegó al tan ansiado acuerdo de paz con el país vecino, pero su intención era otra.
Aumentó la industria armamentista generando más trabajo y ganando el apoyo de la población. La carrera militar empezó a ser el nuevo negocio y los países con problemas económicos solicitaban préstamos para subsistir.
Pero cuando el país aliado anunció que no podría pagar por falta de fondos, solicitó otro préstamo. Así, Simon puso en funcionamiento la cláusula de impago y se adueñó del país.
Para evitar un enfrentamiento armado donde los ciudadanos morirían, pasó a adherir su nueva adquisición como provincia para luego hacer lo mismo con otros tres países más.
La población de cada país acató la decisión a cambio de no morir de hambre, enfermedad o ser aniquilados en una guerra destructiva. No faltaron grupos revolucionarios y terroristas a los que la adhesión no les cayó en gracia, pero para Simón, subyugarlos fue necesario para mantener la paz y sus ejecuciones fueron usados de ejemplo.
Para cuando quiso darse cuenta, Simón ya tenía más de 50 años y había creado el imperio Luvin, convirtiéndose en Emperador. Sus enemigos lo llamaban maniático dictador pero el pueblo lo proclamaba como el gran constructor y salvador del imperio.
Vivían en un oasis económico y sus avances en varias ramas industriales le dieron la fama de ser la capital tecnológica del continente.
Sus hijos crecieron viendo a su padre acechando a sus aliados y enemigos con tal de tener la paz que tanto anheló y eso se les implantó en la impronta; "Usar todos los medios necesarios para conservar su puesto."
En varias ocasiones terminó internado por los atentados contra su vida y su familia sufría al verlo en el hospital.
Su hija mayor, Edaleen, tomó su puesto como emperatriz y su hermano Russell, el de primer ministro. Ambos reformaron el parlamento y la cámara de ministros para que el poder no se concentrara en un sólo punto, dándole la jubilación a su padre.
Simon ya estaba viejo y ahora disfrutaba de sus nietos con su esposa Gianni, quien lo agarraba del brazo mientras caminaba con ayuda de su bastón debido a su cojera. Hacia muchos años que no sentía tanta tranquilidad y vió la oportunidad de contarle una anécdota muy agradable pero graciosa a su familia.
Sentados en la terraza de su palacio, les contó el día que conoció a dos seres mágicos que lo liberaron de su infierno. Sus padrinos mágicos le dieron el mejor consejo de su vida y los libros que robó a escondidas del bolso de su padrino Russell sobre "Monopolio y Expancionismo", le entregó el conocimiento para soñar tomar el poder algun día y así tener todo lo que le negaron.
Les contó sobre el destino de los condes, que terminaron muriendo en prisión y sobre Louis e Ilsa, que volvieron a casarse al salir de prisión. A 20 años de cumplir la condena, ambos fueron a vivir a la provincia del sur. Les siguió el rastro un tiempo para evitar que intentaran algo en su contra pero al verlos rehacer su vida al no reconocerlo, comprendió que no había peligro.
Gianni no pudo evitar reírse ya que no creyó que su esposo fuera tan fantasioso y paranoico, pero el verlo tan feliz le daba nostalgia pues hacia años que Simón no era tan abierto con respecto a sus pensamientos. Su charla siguió y el les dio consejos a sus nietos.
-El poder es ambición y debe alimentarse con frecuencia para no terminar siendo devorados por el hambre. Ese consejo lo recibí de mi padrino y así llegue a donde estoy, les sugiero que hagan lo mismo-
-Abuelo, pero yo no quiero ser emperador, quiero ser profesor- Lin era el siguiente en la línea de sucesión pero distaba en intereses con su familia
-No tienes que serlo, haz lo que quieras-
-De verdad? Y qué hay de mi mamá? ella se enojará si le digo-
-Jajaja no lo hará, porque ella hizo lo mismo- Simon reía pensando en su hija
-Tu madre iba a ser la nueva dueña de Sugar Bomb pero prefirió ser la emperatriz y cederle la empresa a tu tío Mario. Ves, puedes hacer lo que quieras- Gianni bebía su café y le daba la pauta a su nieto de hacer lo que quisiera.
-Entonces si ella lo hizo, yo haré lo mismo! Quién de ustedes tomará mi lugar? jajaja- Lin tomo su decisión y entre bromas preguntaba a sus hermanos y primos.
Las risas hacían que el tiempo pasara rápido pues para Simon, su deseo de vivir en paz y ser feliz con su familia se hizo realidad.
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El Hada Madrina mató al Príncipe Azul (Reboot)
Cerita Pendek"Y vivieron felices por siempre. Fin" Todos los cuentos terminan bien, menos para la princesa Freya y el príncipe Thomas. El hada madrina Edaleen se embriagó en la boda y lanzó por accidente un rayo al príncipe. Ahora solo quedaba huir. Pero en su c...