Capítulo IV Ciudad de los Magos II

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—¡¡Levantad esas cortinillas de acero!!. Dentro hay algunos
vehículos, también armas y munición, carguen todo van a ser de
mucha utilidad. ¡¡Hemos de recuperar el castillo!!. Apunte hacía la
nada y eche un vistazo en la mirilla de mi subfusil M4. Sonreí un
poco. -Es perfecta, teniendo una de estas no ahorraremos muchos
problemas con los soldados comunes, además parecemos verdaderos
soldados. Metí el cargador y tiré del segurillo para cargar. Ajuste el
cinturón y colgue en el arma alrededor de mi espalda y hombros,
quedaba justo en mis manos, así no me costaría disparar y avanzar. –
Muy bien Kei, ya estamos listos para irnos armas cargadas,
municiones preparadas y otros utensilios ya están arriba solo falta que
nos des la orden de partida. -Esta bien Jin, voy enseguida. Inspeccione
el chuchillo y lo guarde en su funda. Conté algunos explosivos
pequeños y los equipe conmigo. Subí a un Hovee de color negro con
marcas rojas y asentí. El conductor movió la palanca y presionó el
pedal, enseguida el vehículo se movió a gran velocidad. Puse mi mano
en mi mejilla y me quedé algo pensativo. "-Ya acabé con sus
problemas. -Ahora yo nesecito de su ayuda. —Es verdad ya no se
escuchan más ataques, parece que la masacre termino. Los habitantes
malheridos empezaron a juntarse donde yo estaba. -Me dirijo a la
ciudad de los Magos, no se mucho o quizá nada sobre ese lugar,
mucho menos como llegar, pero este hombre de rodillas ha fe
indicarme el camino. Lo que nesecito de ustedes no es mucho, solo
que me proporcionen armas y algunos guerreros que aún tengan la
voluntad de pelear. Apenas se de aquél sello que les impide salir del
Reino, también del portal hacia la tierra, que aparece cada cierto
tiempo, hasta ahora el tiempo que llevo aquí no he visto ningún
avance o mejoría en este infierno, tampoco sabemos cuando terminará
esto. Todo lo que sabemos es que debemos matar mosntruos, sobrevivír como podamos y vivir a la voluntad de cada día. Pero se
que si luchamos hasta el final podemos ganar, podremos regresar a
nuestra vida normal o quizá no, pero nuestras generaciones no tendrán
que ver los horrores de este mundo.
—¿Que demonios dice? , —Se ha vuelto loco. —Imposible. —
¿Deberíamos confiar en el?. —No pienso seguirle. El bullicio se
volvió tan intenso que apenas lograba escuchar mis latidos.
—¡¡Silencio bestias sarnosas!!.
-¿Quién demonios es?. -¿Naoko?. Imposible no la he visto desde que
me trajo con el anciano. El silenció apareció de repente. –Segun me
informan uno de mis mejores guardias te ha traído a nuestras tierras,
pero allá atrás el pobre esta hecho mierda. Puedo deducir que no fuiste
tu quién lo hizo pero... —¡Reina Jin!. Reina...Reina...Reina...—¡¡De
rodillas todos, la Reina esta presente!!. Mire fijamente. -"Ese estiló de
caminar, la complexión del cuerpo, las ropas finas. Una voz voz
delgada y dulce, no se trata de nadie ordinario o que ya haya conocido
hasta ahora". –Buenas tardes Kei. Tomo el cigarrillo y lo lanzó a un
lado. -"Orejas y cola. ¿Otro Licantropo?. Parece ser un enemigo". –No
te alarmes. Solo pasaba por aquí y me pareció oír que te dirijes hacia
la Ciudad de los Magos.
-Es correcto. ¿Tienes algún inconveniente con ello?.
–Para nada, no tengo ningún problema aúnque...
La miré directamente a los ojos. Mi rostro ya lograba infligir terror a
los cuidados, pero parecía que ella no. -Te lo advierto, no tengo idea
de quién seas pero si te metes en mi camino sufrirás el mismo destino
que ellos.
Me agrada mucho tu valor, hacía tiempo que no veía a un soldado tan
valeroso. Le miré fijamente cargado de desprecio. –He venido aquí a
pedirte que dejes unirtenos a tu viaje. -¿Como dices?.
Me miró con determinación y sin ninguna pizca de duda. –Dejanos
luchar contigo, quizá no seamos de mucha ayuda pero. -No me importa cuantos vengan. Rasqué mi cabeza y entrecerre los
ojos. Aúnque como dije si interfieren en mis planes. Los miré en tono
amenzante. -Mataré a cada uno de ustedes.
La mujer sonrió. Muy bien es hora de echar a esos molestos humanos
de mi antíguo palacio"....
Mire con los binoculares hacía la dirección en que íbamos. -Tcht. -Ese
maldito tenía razón, el castillo tiene un enorme cambió, ahora está
repleto de guardias con insignia de garras, pero no veo ninguna
calavera. Además la puerta principal a la ciudad tiene al menos 200
guardias, no podremos entrar a menos que derribemos esa puerta y
acabemos con los gorrillas. –No tenemos otra opción. Jin suspiró. –
Tendremos que entrar usando la fuerza bruta, avisaré al comboy que
se alisten para seguir adelante. Dió tres palmaditas en mi espalda. –
Kei se que tu tienes otra misión, cuídate mucho en cuánto te infiltres
descubrirás por qué era llamada la Ciudad de los Magos...
Jei miró por la ventanilla como los neumáticos levantaban el polvo.
-Pareces pensativa desde que hicimos la parada allá atrás, es como si
algo te preocupará.
Sonrió un poco. –No es nada, solo que volver al lugar de tus raíces
puede ponerte algo sentimental. -Te trae nostálgia ese lugar. Levanté
un poco el ceño. Creó que debe ser normal después de todo.
Jin sonrió. Tienes razón debe ser eso. La miré de nuevo. "Parece
nerviosa por algo y se ve sospechosa". -Por qué no me cuentas que
sucedió allá. Me miro atónita. -Llegaste conmigo por que te
encontraron ¿O me equivoco?. Se so nrojó un poco y luego asintió. –
Ya no les queda tiempo. Tosió un poco. –Perdón. Ya no nos queda
tiempo, la orden era aniquilar a todos los habitantes de esta especie,
pero cuando apareciste tú, un rayo de esperanza brotó. ¿A donde irás
cuándo termine está batalla?.
No lo se, voy a buscar un agujero negro para destruir monedas. Planeo
matar tantos monstruos y bestias como pueda. Pienso ponerle fin a esto y si no lo logro moriré en el intento. Tengo fé de hallar algo en el
castillo. –La base actual de los Cuervos Demonio. Sonrió ligeramente.
También existe la posibilidad de que Aiko este ahí. –¿Aiko?
Asentí. Antes de llegar aquí estuvo conmigo, pero luego de eso estuve
al borde de la muerte, no recuerdo nada excepto despertar en este
lugar. –Asi que la tomaron de rehén o algo así para atraerte. -No tengo
la menor idea de a donde fue pero la voy a encontrar cueste lo que me
cueste. –Antés de dar el golpe te gustaría saber por qué los Cuervos
Demonio habitan el palacio. -El anciano me contó algo parecido a eso.
Es suficiente para mi. Jin no respondió nada.
Baje cerca de la entrada para ejecutar el plan de tomar la ciudad...
Giré en la esquina del muro gris y vi al guarida parado ahí. —¡¿Tu
quién demonios eres?!.
-¿Ehh?. Señale con mi mano a mi mismo. ¿Quién yo?.
Tomo un bastón retráctil que traía en su cintura. —¡Maldito!. Detuve
el golpe con el lomo de mi arma. Empujé y pateé en su estómago.
Lanze otra patada en su cabeza haciendo estallar el cristal de su casco.
Apunte al cerrojo. Tire del gatillo una vez y la cerradura estalló. Abrí
la puerta que humeaba un poco. Bien el plan de infiltrarme en la base
ha sido un éxito.
>>Hace 4 horas<<
Alze a mi prisionero de un solo golpe y até con cadenas. -Muy bien
has de decirme todo lo que sabes.
–No tengo nada que decir.
-Hace rato que rogabas por tu vida parecías otro. Clavé un cuchillo en
ambas palmas de sus manos. —¡Ahh!. —Hijo de... Lanze un puñetazo
en su estómago. Echo a reír. —Estaba dispuesto a cooperar sin
nesecidad de llegar a esto. Tomé un asiento y cruze los brazos.
Levanté el ceño un poco. -Bueno empieza.
—Realmente planeas hacerle caso a esa perra.
-¿Hablas de la Reina?.
—Exacto. Mi decicion será hasta que me des tu respuesta.
Reí un poco. -¿Esa mujer no es quién dice ser o me equivoco?.
Asintió. —Es una subordinada de nuestro capitán. Ten cuidado con
ella es peligrosa.
-Ya lo venía venir, desde que dijo mi nombre. Nunca mencione mi
nombre y solo los Silvers Hunters lo conocen.
—Esa perra planea matarte antes de llegar ahí, van exterminar a todos
los nativos, gracias a ellos lograron crear la nueva generación de
Silvers Hunters.
-¿Nativos?. ¿A que te refieres con eso?.
Si hablamos de tiempo ya llevo cerca de 8 años aquí sin ver otra cosa
que no sean mosntruos. Cuando llegamos aquí, todos estos habitantes
ya estaban aquí, ellos nacieron en este infierno.
-¿Hijos de antiguos soldados y se adaptaron a condiciones de este
infierno?.
—No. Ellos son la especie natural de este mundo, es decir este
universo le pertenece a alguien que uso las fichas hace mucho, mucho
tiempo. Ya no los nesecitan y por ello planean masacrarlos a todos, no
te sientas culpable de tu llegada y sea por eso las muertes.
-Dime una cosa. Amigo. Entrecerre un ojo. Cuyo nombre no conozco.
-Te vi matando nativos ya que esas eran las ordenes. ¿Estás de acuerdo
con ello?. —No me importan las reglas, pero si te encargas de matar a
esa perra y al capitán te ayudaré en todo lo que desees.
-¿Por que motivó quieres matar a tu capitán?. Es demasiado
sospechoso.
—Por que al igual que todos los altos cargos solo nos ven como
basura aquellos que no somos de la nueva generación. Extendí un
poco mi mano. -Eso de la nueva generación. ¿Es algo reciénte?.
—Un nuevo experimento de mejora genética en los humanos, los
monstruos de ficha 500 son un verdadero grano en el culo. Ni tú ni yo
duraríamos más de un minuto enfrentando uno. -Entiendo, significa que no hay muchos soldados de nueva generación
aún. —Los pocos que hay ya son un verdadero terror. Hace rato en tu
discurso te oí decir que ibas a hallar el botón de Reinicio incluso si te
costaba la vida.
-Así es. Planeo hacerlo. ¿Tienes algún problema?.
—Ninguno. De hecho suenas como un verdadero Hunter, antes de la
mejora, peleábamos con sudor y sangre, lo dábamos todo de si,
logramos mucho e incluso hallamos la Ciudad de los Magos, el hogar
de miles de nativos inocentes. Pero no se que paso y ahora quieren
erradicarlos del universo. —Cuando te oí decir aquello me recordaste
a un verdadero héroe que conocí en el pasado.
-Oye, oye viejo para el carro. No me gusta ser comparado con otros
pero si decides ayudarme te recompensare bien.
—No nesecito halagos o dinero. Con el hecho de que cumplas tu
promesa me he de unir a tu causa. Aúnque será algo peligroso, no
tenemos oportunidad de ganar contra ellos. Inclusive con tu mejora
genética que has recebido.
-!!!!!.
—No te hagas el tonto, yo se que traes una contigo. Pero no las has
usado todavía.
-La he recebido inconscientemente ni siquiera se que es o como
funciona.
—Bueno no importa. Para hallar el botón de Reinicio hay que
encontrar la máquina, cuando el portal se abra quizá hallamos ganado
terreno, lo ignoraremos y avanzaremos. Aúnque probablemente este
universo trate de expulsarnos.
-Entiendo. Habría que buscar pistas.
—El problema es la nueva generación, han hecho de las suyas y han
dejado de lado lo que hacíamos. Si queremos destruir todos los
mosntruos, habra que empezar con la nueva generación, destruír el
programa y restaurar el orden de la antigua resistencia. -Eso tomará demasíado tiempo. Contando que los mosntruos cada vez
aparecen más...
Ya no quedan tantos, los pequeños los hemos aplastado uno por uno,
el problema son las fichas de 1000 a 5000. Son invencibles. Además la
nueva generación no ha sido rival para ellos, por ello han desviado su
camino. No hay forma de matarlos.
-Quiza matarlos no sea la solución. ¿A dónde envían las fichas que
juntan?. Hay alguien que las recoge y las envía a...dudo un segundo,
honestamente no se que hacen con ellas.
-Ahi esta la respuesta. Dime una cosa, aquellos que tratan de crear su
propio universo usan las fichas. Pero las fichas son para la máquina. Si
no conocen la ubicación en donde las canjean por un universo. Otro
punto, ¿Como funciona ese programa de la nueva generación?.
Dijiste que la Ciudad de los Magos es la tierra o universo de los
nativos, alguien es su Rey podría decirse. La mejora esta basada en
estos nativos o no.
—Lo siento dijiste nativos y magos y me perdí.
-En teoría no sería casi lo mismo que crear miniuniversos dentro de
cuerpos.
—Entiendo tu punto.
-Además ya casí no hay montruos pequeños. No sabes a donde van las
fichas. No es obvio, alguien dentro de los Silvers Hunters tiene
contacto con esa máquina, puede usar las fichas pequeñas para generar
nuevos mosntruos con un valor mayor usando la regla de las sumas.
—¿Eso es posible?.
-El ciempiés en el desierto, su ficha apenas debería ser de 20 y resultó
ser tan fuerte como uno de 100, es decir crearon uno solo con 5 fichas
de 20.
—No entendí nada. Solo se que debemos hacer papilla a la nueva
generación y tenemos un maldito traídor entre nosotros...
-Asenti. A propósito. Tienes tu primera misión. Guiame a la ciudad de los magos y aplasta a los Silver Hunters, solo los de la Nueva
Generación, protege a los nativos.
—Entiendo. Matar y proteger.
-Por mi parte entraré al castillo, donde está tu capitán y los demás
tiranos. Otra pequeña cosa. Sonreí. -Fingiras tu muerte. Esa mujer me
pidio que te maté y eso haré. Tomé una glock 18 y apunte al techo.
Presioné el gatillo dos veces. Dos ruidos de disparo inundaron el
taller. Hasta pronto subordinado. Baje las cortinillas de acero. —
Parece que estás decidido, no dudaste ni un segundo en matar a tu
rehén.
-El ya ha dicho suficiente. Guarde la pistola y camine.
Actualmente...
La habitación estaba llena de monitores y había alguien mirando
atraves de ello. Puse mi subfusil en un mueble sin hacer ruido. Me
acerque a la persona. Cuchillo en mano y corté su yugular de un solo
desliz. El cuerpo se convirtió en humo. -"Una trampa". Parece bien
elaborada, pero aquí no hay nadie. Tecle en la computadora y también
desapareció. -¿Una ilusión de humo, o alguien preparo esto.? -Lo
único real fue el hombre allá afuera. Solté un suspiro. Esta habitación
fue planeada al parecer. Querían que viera esas imágenes y fuera
directo ahí. Me agaché e inspeccione el suelo. Hallé un bloque vacío,
levanté cuidadosamente y miré que había escaleras que me llevarían
abajo. Me colgué el arma y me dispuse a bajar. —Parece que ese
maldito cayó en nuestra trampa. Es hora de cazarlo. "-¡Mierda alguien
viene!. Me deslize hacía abajo sin tocar los escalones y rápidamente
llegué al suelo. El aire aquí abajo era rancio y pesado, quizá solo los
nativos estaban acostumbrados a esto. Coloque una mascarilla sobre
mis fosas nasales y boca. Busqué con la mirada algún obstáculo pero
todo parecía tranquilo. Una luz blanca de linterna bajo por dónde vine.
—¡Maldita sea parece que una sucia rata se metido en el laboratorio!.
"-¡Esos malditos, no cabe duda me están siguiendo!. Me guíe por la potente luz anaranjada que aún desconocía de donde era proveniente. Camine rápidamente, a cada segundo miraba hacia atrás para ver que no me siguieran. Los pasos y la luz azúl se acercaron cada vez más. —¡Maldicion lo hemos perdido!. Ve por allá, no dejes que escapé.
Me oculté trás el muro y solté un suspiro.
                           Continuará

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