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¿No les pasa que cuando están haciendo algo o mirando algo, tienen un sentimiento peculiar de que ya pasó, o que eso ya lo hicieron en algún momento a pesar de que no lo recuerdan?

A mí me pasa muy seguido que sueño con algo extraño y, que por ende; se vuelve un sueño lúcido en la cual me doy cuenta que estoy soñado. Esto por el simple hecho de que en el mismo sueño me pasa que siento de alguna forma que eso ya lo soñé antes, pero no lo recuerdo.

¡¿Pero saben qué es lo que más me frustra?! Que no sé si en realidad la misma noche soñé ese mismo sueño tres veces, o si en realidad fueron días diferentes, ¡o si ni siquiera lo había soñado antes!

En fin, el punto es que hay una teoría que afirma algo de vidas pasadas. No creo en nada de eso, ni en la magia, ni nada de esas cosas raras. Pero me pareció muy interesante a decir verdad.

En un día soleado como hoy, a las tres de la tarde caminando con mi mejor amigo Tyler en la feria del nuevo circo; estamos él y yo haciendo fila para hablar con una bruja sobre nuestro destino. Sí, BRUJA. 

Después de que sabe de años que no creo en la brujería a pesar de haber ido toda mi vida a una iglesia cristiana, me obligó a hacer fila porque quiere saber si en su destino se casará con Kendall Jenner. Cosa que obvio no pasará pero dejémoslo imaginar.

Me obligó a venir ya que hace unos días, cada vez que despierto no recuerdo lo que soñé. Pero despierto con golpes; rasguños, raspones y moretones de las cuales no recuerdo haberme hecho. ¡Una vez hasta presencie cómo a plena luz del día se me hacía uno sin haber hecho nada! 

Volteo a verlo. Está dando saltitos delante mío.

—Tyler... —finjo la voz grave y él se voltea sonriente— No te casaras con ella.

Deja de sonreír. Sus ojos mieles dejan de verme con alegría.

—Mira caguama desequilibrada de mente cerrada —se cruza de brazos—. ¿Estás dentro de la tienda de acampar? ¿Eres la bruja? No, así que cállate, loca.

Me sobresalto al oírlo pronunciar con pronombre femenino.

Lo agarro de su corbata roja y lo bajo a bruscas a mi altura.

—Cállate, ¿o quieres que todos se enteren que soy chica y me saquen de aquí?

Después de escaparme de mis padres, este es el único lugar al que puedo recurrir segura. Me esforcé en suplicarle a Tyler y hasta me arrodillé ante el idiota, pero terminó aceptando. Y no, no me refiero al circo. Me refiero al lugar en donde está dentro este circo... Pronto lo conocerán.

—Entonces retráctate de tus palabras o grito como perra loca. —se zafa de mi agarre, enseguida vuelve a su postura, arreglando su corbata floja por mi culpa.

Pasan los segundos, nuestras miradas se conectan desafiantes.

Mi boca tiembla antes de hablar, pero sé de lo que es capaz de hacer Tyler.

—Ug, está bien. Sí te casarás con Kendall Jenner y de paso con todas las Kardashian. —ruedo los ojos.

Él da saltitos de emoción, su cabello negro revolotea entre el aire y, su piel oscura se reluce con el sol.

—Lo sabía.

—¡DIJE SIGUIENTE!

Los dos volteamos a ver al frente, enterándonos que ya no había fila y los siguientes somos nosotros. Tyler chilla y me zarandea como loco, seguidamente me suelta y corre para entrar a la campaña. Ruedo los ojos y sigo su paso hasta entrar.

Literalmente tú. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora