XXXI.

2.1K 117 2
                                    

Maratón 6/7

Un silencio incómodo nos rodea, sé que Sebastián esta a punto de rechazarme.

—Pensé que nunca lo dirías, cuando estés sobria podemos
hablar de esto, ahora duerme un poco.

—No me dejes sola, quiero tener sexo contigo no seas malo y
no me dejes sola.

—No te dejaré sola pero, no quiero hacerlo contigo en tu
estado, sé que mañana te puedes arrepentir y dirás que yo me
aproveche de ti.
Siento mucho calor y me empiezo a quitar mi vestido.

—Amalia, no lo hagas, cúbrete con las sábanas.

—No quiero, además que puedo hacer lo que yo quiera, y si tú no me das placer, lo puedo hacer yo sola —Le digo mientras introduzco mi mano, dentro de mi tanga.

—No me provoques, lo estás haciendo a propósito eres una chica muy mala, y ahora te daré tu castigo.

Sebastián me toma de las manos, después me suelta, me
quita mi tanga y me abre las piernas.

—Te voy a hacer gritar, para que aprendas a no provocarme.

Sebastián, hunde su lengua en mi v****a, él me penetra con su
lengua, después introduce dos dedos, empiezo a gemir como
loca, por el placer que él me provoca, solo él me puede
provocar todo esto en mí.

Sebastián me toma de las manos, después me suelta, me
quita mi tanga y me abre las piernas.

—Te voy a hacer gritar, para que aprendas a no provocarme.
Sebastián, hunde su lengua en mi v****a, él me penetra con su
lengua, después introduce dos dedos, empiezo a gemir como
loca, por el placer que él me provoca, solo él me puede
provocar todo esto en mí.
Sebastián continúa moviendo sus dedos, mientras lame mi
clítoris, no puedo soportarlo más, sé que es demasiado rápido
pero, Sebastián me provoca tanto placer, que siempre hace
que me venga tan rápido.

Sebastián saca sus dedos de mi v****a, y se coloca sobre mí, entrando en mí sin piedad, él toma mis manos mientras,
continúa hundiendo su miembro en mí.

—Así, aprenderás a no provocarme —me dice mientras, aumenta la intensidad de sus embestidas.

Puedo sentir como Sebastián, llega hasta el fondo de mi sexo, al principio sentía un poco de incomodidad pero, ahora es
solo placer.

Los dos estamos a punto de acabar, Sebastián besa mi cuello,
y después mis labios, él acelera sus embestidas sé que él
también esta a punto de acabar.

Empiezo a convulsionar de placer, siento la respiración agitada de Sebastián en mi cuello, y su semen caliente dentro de mí.

—Yo también te amo, Amalia, nunca había sentido esto por ninguna mujer.

En este momento, Sebastián sigue dentro de mí, nuestras
respiraciones están descontroladas, mis piernas aún tiemblan,
y él me dice eso, estoy realmente en shock en este momento,
no sé ni que decir, siento que mi corazón saldrá de mi pecho.

No digo nada, tomo con mis manos el rostro de Sebastián, y lo
acerco a mi boca para besarlo, solo puedo preguntarme
¿cómo fue que llegamos a esto? Yo no podía amar a nadie, y Sebastián era un mujeriego que ahora dice que me ama, tan solo en un mes tantas cosas han sucedido.

—Tengo miedo, Sebastián.
—¿Por qué lo tienes? Amalia, no tienes nada de que
preocuparte, desde que te confundí esa noche, impactaste en
mí de una manera que ninguna mujer lo había hecho.

—Entonces, ¿qué somos ahora? —Me atrevo a preguntar, un
poco tímida.

—Somos todo, pareja, mejores amigos, novios amantes, todo y
mucho más, lo único que me importa es que estemos juntos.

—Pero, ¿qué pasará cuanto tú te vayas?

—Pregunto sé que Sebastián, se irá en unos meses.

—No te preocupes, yo me quería ir porque me sentía realmente solo pero, ahora que tengo un motivo para
quedarme, no iré a ningún lado —me dice mientras acaricia mi cabello.

—Sebastián, cocínale algo a tu novia, estoy que muero de hambre.

—Yo también tengo hambre pero, cocino terrible así que mejor
pido algo, no quiero que me dejes por que cocino horrible.

—En la cama me recompensas, así que no puedo dejarte.

—Así que, solo me utilizas para el sexo, me siento realmente
ofendido.

—¡Ja, ja, ja!—, no lo decía por eso, pero mejor soy sincera eres
realmente bueno en la cama, eso no lo voy a negar.

—¿Por qué al principio me odiabas tanto? —me pregunta
Sebastián, mientras se sienta en el borde de la cama.

—Talvez era por que, me querías pagar por tener sexo
conmigo, por que utilizabas a las mujeres, por presumido y
mejor hasta ahí me quedo, por que tengo muchos más motivos.

—Está bien, ya no sigas pediré algo de comer pero, ¿qué es lo
que quieres comer?

—Lo que tú quieras —digo mientras me levanto de la cama, y
camino desnuda hasta el baño—, antes me daré un baño,
tengo mucho calor.

—Amalia, no sé si lo haces a propósito pero, tú siempre me
estás provocando.

—Claro que no, que te hace pensar eso—Le digo mientras me doy una nalgada.
Él se levanta de la cama pero, antes que me alcance cierro la
puerta del baño.

—Eso no es justo, Amalia, luego me vengaré de ti por ser tan mala.

Me gusta mucho escuchar a Sebastián, su voz ronca
realmente me excita, sé que tal vez estoy actuando tan
precipitadamente pero, nunca me había sentido tan feliz como
lo estoy en este momento.

Pienso que estoy siendo mala, abro la puerta del baño.

—Sebastián, me ayudas con el jabón.

—Claro, será un verdadero placer para mí.

Sebastián entra al baño, y enciende el agua está caliente, se siente realmente bien, él toma el jabón y una esponja y la pasa por mi cuerpo, se siente realmente bien.

Después de enjabonar nuestros cuerpos, nos terminamos de
bañar y salimos de la ducha, Sebastián me ayuda a secar mi
cuerpo, y después yo le ayudo a secar el suyo pero, trato de no
verlo tanto, su cuerpo bien formado, sus brazos, su abdomen
bien marcado, hacen que me vuelva a poner tan húmeda.

Escucho que mi celular comienza a sonar, me cubro con mi
toalla y voy a contestar, saco el celular de mi bolso y veo que
es Evelyn, sin darme cuenta pongo mi celular en alta voz.

—Amalia, espero que estés bien, y no te confundas con
Sebastián, un mujeriego nunca cambia, me encontré en el bar
a una chica, está destrozada llorando, por que un empresario
guapo y famoso, le prometió volver a salir con ella y adivina su
nombre se llama Sebastián Ramsés, lo único que quiero es
que no salgas lastimada.
Sebastián me voltea a ver muy preocupado, en este momento
me siento realmente estúpida, pensé que podría cambiarlo
pero, ahora me doy que no.

Sebastián me voltea a ver muy preocupado, en este momento
me siento realmente estúpida, pensé que podría cambiarlo,
ahora me doy cuenta de que no pero, algo me dice que
primero debería averiguar las cosas, sé que talvez Evelyn
pueda haberse equivocado.

—Sebastián, te daré la oportunidad que me expliques que fue
lo paso.

—Te diré todo, solo tienes que creerme —me dice mientras me toma de la mano, y me lleva a la cama para sentarnos.

—Trataré de creerte, explícame lo que pasó.

—Antes de la fiesta, una amiga de la universidad paso a verme
a mi oficina, pensé que solo quería conversar pero, me quería
besar y no le deje por eso está molesta pero, yo no la toque
además no le prometí nada, tengo una idea, vístete iremos al
antro.

—Es demasiado tarde, y no te preocupes, te creo Sebastián — Le digo mientras lo tomo del brazo. La verdad que tengo mis dudas pero, diré que no las tengo
después averiguaré todo esto.

—Gracias por creer en mí —me dice Sebastián, mientras me abraza y deposita un beso en mi mejilla.

TAN SOLO UNA NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora