III

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Ambos corrían por los bosques de Jonia sin preocupaciones, persiguiéndose el uno al otro y perdiéndose entre las frondosas hojas que impedían ver que había más allá del bosque. Kayn escapaba entre juegos del Darkin sin fijarse por donde iba, pronto empezó a sentirse desorientado, miraba hacia todos lados con una sensación de angustia, empezó a desesperarse hasta que todo a su alrededor se volvió familiar. Ya no escuchaba a Rhaast detrás suyo y dejó de correr mientras miraba a su alrededor dándose vuelta de vez en cuando cada que iba reconociendo más cosas. Entonces volteó hacia atrás, percatándose de dónde estaba y quedándose quieto mirando la gran entrada del lugar, de su hogar.

Estaba perdido en sus pensamientos mirando aquella gran puerta roja que tantos recuerdos le traía. Estaba inmerso en sus memorias, completamente perdido en ellas y en la mezcla de sentimientos que poco a poco iban abrumándolo provocando que sintiera como si todo se le viniera encima.

-Hey Kayn, ¿estás aquí?

El Darkin venía saliendo de entre los arbustos y ramas del frondoso bosque con una sonrisa la cual se borró en cuanto observó al chico y el sitio donde estaban. Suspiró con tristeza y se acercó a él con calma tomando su mano y dando la vuelta para que ambos se devolvieran. Ese gesto hizo que el pelinegro volviera al presente, aún así estaba confundido y parecía hipnotizado por aquel lugar.

-Vamos Kayn, no hay nada que ver aquí...

El noxiano volteó a mirar el sitio una vez más antes de acompañar a su amigo de vuelta al bosque.

Eternidad (Rhaast & Kayn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora