La Pequeña Sprouse [COMPLETADA]

C13. Tengo una serie que grabar.

T/n Sprouse.

Estaba conectada a una de esas máquinas con las rayitas en forma de montañitas, había una persona afuera de la habitación. No, dos personas, al parecer era el doctor y uno de mis hermanos, Dylan estaba tranquilo pero de igual forma tenía una pizca de preocupación en sus ojos.

Él volteo su cabeza hacia mí y tan pronto vió que desperté le dijo al doctor que iba a venir conmigo.

—T/n, ¿Cómo te sientes? —me preguntó notablemente preocupado.

—Estoy bien, ¿Qué me pasó? —pregunté tocando mi cabeza, tenía una venda o alguna gasa en ella.

—Hubo un accidente en el set, mientras grabaste la escena se rompió la cuerda que te sostenía —respondió un poco más tranquilo.

—¿Es grave?

—No, te tienen que hacer estudios, pero te tendrás que quedar hoy por la noche, mañana te pueden dar de alta —explicó y estoy segura de que una sonrisa se dibujo en mi rostro al escuchar que no estaría aquí por mucho tiempo.

—Me alegro de escuchar eso.

—Por cierto, te vinieron a ver —hizo una media sonrisa— O mejor dicho te acompañaron aquí.

—¿Quién? —sé quienes fueron, solo quiero que él lo diga.

—Aidan —rodó los ojos —Diego vino en cuando lo supo —sonrió— Tus amigos Dante, Eden y Tj quisieron venir pero David y Robert les dijeron que entre Tj y Eden hicieran volado para ver quién venía, ganó Tj, Dante los terminó convenciendo
—mencionó rapido.

Hasta aquí mi reporte, Joaquín.

—Me alegro de haber conocido a unos compañeros tan buenos —reí con ironía.

—Ellos están en la sala de espera, les puedo decir que vengan.

—Claro, gracias —sonreí.

En lo que esperaba quería ver mi Instagram y por suerte mi celular estaba a un lado en un mueble junto a un florero. Lo agarré y vi como me etiquetaron en otra publicación. Dios que le pasa a la gente con esto de la vida personal, es algo a lo que me tengo que acostumbrar.

—Hola, ¿Cómo te sientes? —me preguntó Aidan, caminando a mi lado con el ceño levemente fruncido.

—¡Estoy bien! —tratando de tranquilizarlo.

—¿Te lo dijimos o no? —Robert se rió a la cara de Aidan.

—Todo pasó tan rápido —dijo David de la nada.

—Si, en un momento a otro ya estabas en el suelo desmayada —dijo Tj igual de preocupada que Aidan.

—Ni digamos en susto que me puse cuando tu hermano me llamo diciéndome —mencionó Diego sentado en el sillón de mi lado.

—Bueno, estoy bien, ¿o no? —reí— Aquí bien perrisima ahuevo que si —como lo dije en español, los únicos que me entendieron fueron David y Diego que habla también el idioma.

Los tres reímos y los demás no miraban con cara de confusión.

—¡Ay que feo caso! —nos reímos más.

Después de unos segundos nos tranquilizamos.

Solo a ustedes se les ocurre reír en un lugar donde muere gente todos los días.

—¿Ok? ¿Quieres algo de comer? —me preguntó Aidan.

—Un café, por favor —pedí con carita de perrito.