Channel Dagger, la chica de olor a chocolate con vainilla, la deseada chica inglesa de la facultad de derecho y justicia en la universidad de Nueva York. La chica amable, con un vocabulario impresionante y para nada tonta... Ella no sabe nada de él...
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Channel Dagger.
Ese es el nombre de la chica que no ha salido de mi mente en las últimas nueve horas.
¿La razón? Me ha correspondido un puto beso.
Y yo como el grandísimo hijo de puta que soy, le he dicho que me quiero volver a enamorar.
¿Qué tiene esa chica? ¿Por qué deseo tenerla? ¿Cual es la razón, para que después de tanto tiempo, aún la desee?
Y es que está bien, era un crío cuando la vi por primera vez, se entiende la calentura, los sentimientos a mil por hora, pero ahora tengo veintidós años, no puedo estar teniendo una erección por un beso.
No puedo estar cometiendo tantas estupideces.
Volver a enamorarme.
Estoy presionando tan fuerte el acelerador que para cuando me estrelle, me llevaré todo a mi paso.
–Tal vez, debas follartela -mi mejor amigo, Oliver, es quién está conmigo en este dilema mental que enfrento. –Pasar tanto tiempo con ella sin hacer nada, te puede estar afectando la polla, amigo.
–Ella no es sólo un objeto para satisfacerme, Oliver. Creo que siento algo más.
–¿Me vas a decir que te has colado por esa chica? Joder, hermano, follate a otra esta noche, si ya no se te para entonces ve donde esa rubia y dile todo.
Asiento, no tan convencido de su idea, pero la desesperación llega a mí y ya no estoy para pensar tanto en ello.
Tomo mi chaqueta y me dejo guiar por mi amigo a algún bar a las afueras de la ciudad, donde el licor es barato y las chicas andan por doquier.
Nos sentamos en la barra y pedimos una botella de Whisky para compartirla, de reojo visualizo a una chica morena, esbelta, de pruebas largas y con un vestido tan corto que no deja mucho a la imaginación.
La veo comenzar a acercarse hasta que se posiciona a mi lado y recorre mi brazo con sus uñas largas.
–Estoy con una amiga, ¿Quieres pasarla bien esta noche, guapo? -sus gruesos labios me hacen asentir embobado, las guío hasta el estacionamiento del viejo bar, dándole una mirada a mi amigo, que ha diferencia de mí no ha querido salir a fuera a follar.
La chica comienza a besarme en el cuello mientras su manos tiran de la chaqueta hacia el suelo, luego busca el borde de mi camiseta y la comienza a subir.
–Deja algo para mí, cariño -una rubia aparece detrás de las camionetas, madre mía, es toda una delicia. Ella llega hasta nosotros y besa los labios de la morena quien me deja de lado para abrirle la ramera y dejar al descubierto sus pechos.
La rubia gimotea al sentir las manos de su amiga en sus pechos, pero luego gruñe cuando la morena la deja para comenzar a besar mi cuello, mientras la rubia comienza a descender por mi cuerpo, no puedo decir que no estoy disfrutando este momento, porque lo hago, más de lo que podría admitir.
Entregarme a dos mujeres no es algo que haga comúnmente, pero teniendo en mi mente a esa rubia de vocabulario extenso todo el día rondándome, debo tener una muy buena distracción.
–¿Te gusta cómo lo hacemos? -pregunta la morena besando mi cuello y yo asiento reprimiendo un jadeo causado por las acciones de su amiga en mi pantalón. –No te resistas cariño, nos gusta escuchar cuán bien lo hacemos.
La rubia saca mi erección de mis pantalones y la recorre con su lengua para luego meterla en su boca, se siente tan bien.
La vibración de mi teléfono corta el momento y me hace tener que detener a las chicas, aunque estas insisten en continuar, al leer aquel nombre supe que estaba a punto de ser un grandísimo hijo de puta.
–Mierda.
Salgo del control de las dos mujeres y caigo en cuenta del error que cometí.
Maldito Oliver y sus ideas.
–Lo siento, debo irme -abrocho mi pantalón y tomo mi chaqueta del suelo, paso entre los autos escuchando los reclamos de las dos chicas, me apresuro a buscar a mi amigo nuevamente en el bar, ahora ya con su polla nuevamente dentro de sus pantalones.
–¿Entonces...?
–Soy un gilipollas -confieso y él suspira antes de entregarme las llaves del auto, –¿Tienes como volver?
–Llamaré un taxi -me despido de mi amigo y salgo del bar.
Estoy jodido.
Saco el teléfono de mis pantalones nuevamente y abro notificación.
Channel Dagger Jensen ha reaccionado a tu publicación.
Sonrío de medio lado, dejo un mensaje en su chat y continuó con mi camino.
¿Qué me has hecho Channel Dagger?
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