//Whispers//

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«Harry Styles»

La había estado observando durante días.

Ella era la presa más fácil, vulnerable e indefensa para satisfacer mis necesidades en ese momento.

Mi madre había enfermado severamente durante las últimas semanas, y yo no tenía nada que ofrecerle. Mucho menos dinero para comprar las costosas medicinas que ella requería para recuperarse aunque sea un poco. Había gastado todos mis ahorros en su más reciente operación, y ahora no tenía nada. Sólo quedaba una opción, aunque, claro, era la menos benéfica: secuestro.

Había prometido jamás volverme a meter en líos como esos, pero este era un caso de emergencia, y si no lo hacía, podía perder a mi madre.

Esta era mi primera vez intentando hacer algo de este tipo. Había robado bancos, tiendas comerciales y supermercados de la más baja calidad, pero nunca había intentado algo como esto. Había llegado a parar hasta la estación de policías y estado hasta dos días seguidos en la cárcel. Siempre salía ileso, ya que aún era menor de edad. 20 años es mi edad correcta. Después de los 21, estaría perdido... Si es que seguía haciendo esto.

He acumulado demasiados antecedentes penales, así que si metía la pata esta vez, estaría frito de por vida.

Aunque... Vamos, era lo más simple que había hecho hasta ahora. Sólo tendría que raptar a la niñita rica, aunque tenía que admitir que era realmente hermosa... Sus padres se preocuparían, y me darían lo que necesitaba. Su dinero. Ella saldría libre y yo obtendría lo que quería. Nada complicado. Eso creía.

Todo esto lo hacía por mi madre. Desde que tengo memoria y también cordura, ella ha sido la única que me ha apoyado desde pequeño. Mi padre nos había abandonado cuando apenas había cumplido los dos años. Ella era la única que siempre había luchado por mí, y ahora era mi turno de hacerlo. Aunque eso me costara la vida...

Salí de mi habitación y me dirigí hacia la de mi madre. Al entrar, ella se encontraba recostada sobre su cama, con un libro y algunas pastillas al lado de ella en su mesita de noche. Me acerqué hasta ella y le planté un pequeño beso sobre su frente, ella sólo sonrió y cerró sus ojos, tratando de dormir como antes lo hacía.
"Regresaré pronto con todas tus medicinas, madre. Quiero que te cuides mientras yo no esté", susurré, mientras salía de la habitación.

Por último, fui hacia mi pieza para tomar todo lo que necesitaría para los próximos días. Comida, sogas, un teléfono móvil... Y estaba listo. Tomé una gorra, unos lentes oscuros y me puse mi chaqueta negra. Cerré la puerta de mi cuarto, y finalmente salí de mi casa. La noche era pálida y serena. Hacia viento y unas cuantas hojas volaban por el aire. Perfecto.

Según mis cálculos, ella estaría en su tienda favorita de helados comprando exactamente uno de sabor chocolate. Un mes y casi me sabía su rutina completa. Era un chica ocupada. Y con unos hermosos ojos azules. Pero en ese momento, yo no estaba para cursilerías. Además ella sería mi próxima víctima, y sería imposible poder sentirme atraído hacia ella. Yo necesitaba a otro tipo de... Mujeres. No niñas consentidas como ella.

Dejé de pensar en tonterías acerca de mi presa, y avancé con paso lento hacia su heladería preferida. Llegué y preparé todo lo necesario, mientras al otro lado de la calle la observaba, esperando el momento perfecto para por fin entrar en acción.

Esa noche, llevaba un vestido blanco, tacones negros y una chaqueta del mismo color que sus zapatos. Pedía en el mostrador su ración diaria de helado. Al estar lista, ella fue a sentarse en la banca más alejada del local, comiendo su postre. Su cabello era deslum... ¡Harry, cállate y piensa en el plan! ¡Piensa en el plan! ¡No en ella!

Sacándome de mi trance, decidí entrar en acción. Yo estaba listo, y ella se encontraba en el momento indicado. Salió de aquel lugar, y yo caminé hacia ella.

«Stockholm Syndrome» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora