Decisión Gatuna

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Kohaku suspiró antes de marcar el número en su celular, esto debía de ser fácil.

¿Bueno? .-la voz que contestó era conocida, bastante conocida.

—Tengo a tu gato .-ni un hola, ni preguntar como se encontraba, eso ya era rutina.

Voy para allá.

Y simplemente colgó la llamada. Era algo cansado tener que hacer eso casi todas las semanas.

Se fijó en el gato de raza Persa que estaba sobre su sillón, el muy mimado gato aparecía cada cierto tiempo en su casa y ella tenía que recurrir a llamar a su dueño para que viniera por él.

Recordaba bien la primera vez que eso paso.



La lluvia era horrible ese día, llegó empapada después del trabajo y estaba por entrar a su casa hasta que escuchó un maullido, demasiado cerca del portón de su casa.

Se fijó entonces, que en la esquina había un gato empapado por la misma lluvia, de un color blanco completo y unos ojos azules que le llamaron la atención ¿Y que hizo? Fue a por el minino al sentir pena por su situación.

—Michi .-hizo el sonido con el que recordaba su hermana llamaba a su propio gato-. Ven minino .-sonrió cuando el gato por fin se acercó.

Cargo al animal y volvió a la entrada de su casa, ya una vez dentro fue a por dos toallas, una para ella y otra para el minino, mientras lo secaba se dio cuenta de que traía collar con una placa en él, al menos podría llamar al dueño para que viniera.

—Tu nombre es Teo .-leyó en la placa sonriendo sin dejar de secar al minino, también rio luego de seguir leyendo su nombre-. Oh, Teo el Gato Persa ¿Quién te coloco ese nombre?

Giro la placa y alzó una ceja luego de leer el nombre del dueño "Ishigami Senku"... Había leído ese nombre en varias revistas, redes sociales y noticias. El hombre dueño de aquel gato era no otro que uno de los científicos más famosos de la década.

—Supongo que eres un minino mimado... .-acaricio un poco la cabeza del gatito que soltó un maullido para posteriormente iniciar un ronroneo-. Que cariñoso... Bueno, veamos .-sacó su celular para poder marcar el número en la placa.

—Ishigami .-desde la otra línea, respondió una voz demasiado seria.

—¡Hola!... Esto .-tragó un poco de saliva antes de continuar, estaba hablando con un completo extraño-. Tengo a su gato.

Silencio, por un buen momento hubo silencio.

—Me han amenazado con secuestrar a mi padre, pero jamás había escuchado alguien que dijera que tenía a mi gato.

—¿Disculpe? ¡Hablo en serio! ¡Tengo a su gato Teo aquí!

—Escucha .-se escuchó un suspiro desde el otro lado de la línea, así como también se escucharon unos pasos-. No tengo tiempo para juegos. El obeso de Teo esta dur-...

Otro silencio.

Ahora si se había puesto mucho más nerviosa.

—¿Cómo demonios entraste a mi casa y sacaste a mi gato?

¡¿La estaba acusando de secuestro?! ¡¿Y de un gato?!

—¡¿Disculpa?! ¡Tú gato estaba afuera de mi casa! Estaba todo mojado por la lluvia, así que lo tengo aquí conmigo.

Decisión Gatuna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora