* ࣪.⋆★ 𝗯𝗶𝘁𝘁𝗲𝗿𝘀𝘄𝗲𝗲𝘁

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Mary es una chica agridulce, más agria con las personas que no conoce o se pasan de listo con ella, y dulce con las personas que quiere, le decían chica limón por eso. Usualmente era muy cortante con todo el mundo ya que no le interesaba conocer nuevas personas, menos tener que aguantar sus penas y rabietas estúpidas, como las suyas. Es torpe algunas veces, sobretodo cuando se enojaba, rompía cuadernos que ya no usaba o peluches pequeños que ya no le gustaban, un completo desastre.

Ella estaba creciendo en el pequeño jardín de Ririka, marchitando a las demás flores con su acidez, Ririka se dio cuenta de esto cuando tres flores de su jardín se pusieron cafés y sus pétalos estaban en el suelo, así que fue buscando hasta encontrarla, la sacó de su jardín jalando su pelo como una mala hierba, pero como es una mala hierba, ella solo volvió a crecer. Ririka, ya cansada de sacarla todas las semanas la dejó crecer, cambió sus flores de lugar para que no las marchite como antes.

La chica limón y Ririka empezaron a llevarse bien, a pesar de sus enfados estúpidos. Mary al principio parecía confundida, ya que el primer enfado que tuvo frente Ririka, en vez de irse y verla como un monstruo, la ayudó a calmarse y la escucho para que se desahogue, para ella eso era nuevo, así que intentó alejarse de ella, ya que pensaba que iba a usarlo en su contra en algún momento. Para su mala suerte no le resultó ya que Ririka iba todas las mañanas a regarla y se preocupaba por ella. Se rindió a la tercera semana.

Los días de tormenta eran lo peor para Ririka, la lluvia no paraba nunca y era muy fuerte al igual que los truenos, lo cual le causaba un poco de ansiedad.

Estaba alerta a todo, algún movimiento o ruido fuerte y Ririka le preguntaría a todos en la casa si estaban bien o si necesitaban algo. En las noches, ella dormía con la sábana hasta el cuello y como bolita, como los gatos más o menos, como si se estuviera protegiendo de algo o abrazándose a ella misma, se sentía muy sola en las noches de lluvia. Mary era la encargada de tranquilizarla, llevando galletas o pan para que se distraiga comiendo, casi nunca funcionaba pero siempre lo hacía. En las noches, la rubia tenía que hacer de cuchara grande y hacerle cariño en la cabeza para calmarla, le decía en voz baja que no estaba sola y que estaba junto a ella. Era empalagoso para la chica limón pero si eso tranquilizaba a la chica arándano, lo haría. Gracias a Mary, Ririka dejó de tenerle miedo a los días de tormenta.

En realidad era bastante fácil ser agradable con una chica amargada como era Mary, para la rubia también lo era, ser dócil y amable con una chica arándano era igual de fácil.

Así fue como se consiguió una amiga cítrica.

Pero pronto su acidez empezó a mostrarse en Ririka, uno pensaría que oler a cáscara de limón sería genial, pero descubrió que Mary y Kirari peleaban demasiado, por cosas que decía mayormente Kirari y Mary sólo se defendía. Kirari era más del tipo salado y no estaba del todo feliz al tener a alguien tan agridulce en su casa, más cuando pasa la chica limón pasa la mayoría de su tiempo con la chica arándano. Así que ambas se fueron de ahí. Ririka se llevó sus plantas y las cosas necesarias para hacer jardinería y Mary la ayudó llevando las herramientas para que la albina tenga otra vez el pequeño jardín que tanto amaba.

Una de las cosas malas de Ririka era su ansiedad, pensar demasiado un problema pequeño podía destruirla en poco tiempo y eso a Mary no le gustaba. Siempre se hacía preguntas, ¿tendrán dinero para comer?, ¿Kirari estará bien?, ¿Qué pasa si se queda sin fertilizante? Mary odiaba cuando pensaba en eso.

Pero la rubia era la indicada para hacer que sus problemas desaparezcan!

- Los problemas siempre estarán presentes y siempre se irán a otra parte, al igual que las preguntas sin respuestas, todo desaparecerá porque encontramos una solución. - Le decía para calmarla, tal vez podía hacerlo mejor cambiando su tono de voz a uno dulce, ya que a la hora de tranquilizarla su tono seguía siendo seguro y fuerte como ella, pero no le importaba mucho, Ririka sabía que ella lo intentaba y eso le hacía feliz.

Todo estará bien ya que Ririka tiene a su chica limón y Mary tiene a su chica arándano.

- ¿No crees que soy muy amarga? - Preguntó la chica limón, en algunas ocasiones a Mary le preocupaba que su acidez le hiciera daño a Ririka, hacerla llorar por eso o tener que alejarse para evitarlo era lo que menos deseaba.

- Algunas veces lo eres, pero no lo suficiente como para que me afecte así que no me complica el hecho de que lo seas. - Respondió sincera. - De todas formas me gustas así, no cambiaría nada de ti. - Dijo para endulzar un poco el momento, la chica arándano sentía un aura azul, totalmente contrario de cómo era el aura común de Mary.

- Que empalagosa eres a veces. - Decía con un tono molesto claramente falso mientras se acercaba de a poco a la mayor para envolver sus brazos alrededor de su cuello y darle un agridulce beso, de los que tanto le gustaba a Ririka.

Eran polos opuestos, una chica rubia como el sol, con mal carácter, egocéntrica y orgullosa, junto con una chica albina como la luna, con un carácter suave, también es orgullosa pero no tanto como su pareja. A pesar de ser opuestas ellas irían a donde quieran y harían lo que quieran, después de todo viven en su pequeño mundo que construyeron juntas, donde solo se necesitan la una a la otra tomando té o chocolate caliente mientras ven una película o una serie en su pequeña casa en el valle moomin. Al fin y al cabo eran las más amargas del pueblo pero no les molesta, al contrario, Ririka puede vivir tranquila ya que nadie molestara a su chica limón y Mary sabe que el valle es tranquilo, haciendo que nada le moleste a la chica arándano.

Ambas podían vivir tranquilas sabiendo que no había personas saladas que las molesten.

Lemon Girl | MeaRiriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora