12: Competencia

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Kurapika y Killua tomaron a Gen entre sus brazos tirándose al suelo mientras que Gon y Leorio corrían urgentemente a ver en qué estado se encontraba. Habían llegado los dos al mismo tiempo, se fulminaron con sus miradas al instante: ambos individualmente creían que el proteger a la azabache era su deber máximo, sólo su deber, del cual nadie más podría ocuparse.

-¿Qué le sucedió?- Gon llegó hacia la muchacha la cual yacía desmayada en los brazos de sus dos amigos. Palideció.

-Es difícil saberlo- colocó su mano en su barbilla y decidió usar Gyo. -Tiene rastros de Nen en su cabeza. Está metida en alguna clase de alucinación, esto es muy extraño- Kurapika repoyó la cabeza de la muchacha en sus piernas mirando a su alrededor. No parecía haber ninguna presencia.

-Esto es absurdo, ¿Quién ha hecho esto?- chilló el albino acariciando la suave y pequeña mano de la oji-escarlata.

-No sabemos cómo funciona el Nen de quien le hizo esto, quizás deberíamos recurrir a alguna clase de exorcista. Es tan extraño...

-No tenemos idea de nada. Mejor no sacar falsas conclusiones- Killua la tomó en brazos cargándola por su cuenta, por supuesto que la desagradable mirada del rubio no faltó. -Llevémosla a casa.

Con precaución caminaron hacia el departamento procurando que nadie en la ciudad los vea, pasando por los lugares más desolados de la ciudad. Todos estaban muy preocupados, sin embargo, el corazón de la azabache seguía latiendo con normalidad así como su tranquila respiración.

* * *

-Mierda. No sé cómo lo haces pero siempre terminas metiéndote en líos- Killua la recostó sobre su cama con suavidad admirando su mojada ropa. -Suerte que nos tienes, cabeza de espárrago. Si no lo hicieras estarías muerta hace rato.

Con delicadeza se dedicó a desvestirla un poco queriendo evitar un resfriado o algo parecido, pues el dormir con ropas empapadas no le hacía bien a nadie.

-¿Qué haces?- dando un rápido pique, Kurapika quitó las manos de Killua de su lugar. Sus ojos reflejaban furia y rencor. -¡Gen está dormida! ¡Idiota!

-No podrá dormirse con la ropa empapada. Debemos cuidarla- ignorando al oji-gris, volvió a su trabajo quitando apenas el gran camperón negro que su amiga solía vestir.

-Déjame hacerlo- Kurapika apretaba su mandíbula. No creía que fuera justo para Gen el que alguien se aprovechara de esa forma.

-Kurapika- el albino apartó su mirada de la "dormida" observando al Kurta fríamente. -Ya he visto a Gen. No hay nada de lo que me esté perdiendo.

Los ojos del rubio se abrieron enormemente y sintió como un puñal atravesaba su pecho. Sorpresa y decepción lo invadían.

-¿A-A qu-qué te refieres?- lastimosamente se vio forzado a mostrarse vulnerable ante su supuesto "enemigo". El Zoldyck disfrutaba cada segundo.

-Ya sabes, ¿Tienes que ser adivino para entenderlo?- suspiró. -Vete. No permitiré que nadie más la vea.

A regañadientes y a causa de la gran desilusión, Kurapika se marchó, desanimado. ¿Cómo podía ser cierto? ¿Killua y Gen lo habían hecho verdaderamente? Sin pensarlo se lanzó a su cama a mirar el techo por unas horas.

Y claro, lo que Killua aseguraba no era mentira pero a la vez no era 100% verdad. Él la había visto en condiciones tan deplorables que se vio obligado a darle una mano y ver partes de su piel descubiertas por accidente. Claro que aprovecharía su ventaja, así como Kurapika la aprovecharía si la tuviera. Era una guerra de mentes en las que sólo una ganaría.

Complementos [Hunter x Hunter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora