Nos encontrábamos en una pequeña casa de barro con techos de heno, porque sí, habíamos seguido al hombre que se proclama a si mismo como nuestro tío.
Nathan observaba todo con una expresión embobada, mantenía su boca y ojos abiertos y apuntaba a cada "mueble" que veía, sostenía la mano de Rose e incluso lo vi apuntar emocionado hacia un ave.
Mateo, por el contrario de mi hermano, sostenía el brazo completo de la rubia mientras miraba todo con recelo, hasta cuando mi hermano apuntó al pájaro el pelirrojo lo miró como si este fuera a convertirse en un asesino; sí, miró mal al ave.
Mientras que yo mantenía mi vista fija en Demian, él se veía feliz, confiado, tenía un caminar arrogante y le echaba miradas comprensivas a Nathan.
Nos guío por una ciudad que se encontraba cerca de donde aparecimos hasta llegar a las afueras de esta, donde al parecer, él vivía.
- Así que, sobrinos míos ¿Quién activó su poder? – Sonrío el hombre mientras nos pasaba vasos de barro con agua.
Nathan me miró mientras ladeaba su cabeza como perro confundido, ¿Quién me cree? ¿Wikipedia?
- ¿De qué hablas?- solté mordaz mente a la vez que negaba el vaso que me ofrecía con un gesto de mano, él resopló una risa y nos observó a todos, Mateo y Nathan confundidos, Valerie recelosa y Rose con la cara iluminada y su boca y ojos abiertos en emoción.
Espera, ¿Qué?
- ¿Poderes? ¿Está diciendo que Babett y Nathan tienen poderes? – Exclamó en completa excitación la pequeña pelinegra.
Ya va, ¿Qué?
Incliné mi cabeza levemente hacia la derecha, mis ojos mirando intensamente al hombre que tanto se parece a mi padre.
Este hombre nos quiere ver la cara de tontos, ¿Poderes? ¿Cómo podríamos nosotros tener-
Bueno, que tampoco encuentro una razón científica para esto que está pasando, a menos de que me haya desmayado o entrado en algún tipo de coma y este sea mi sueño.
Pellizqué mi brazo con todas mis fuerzas haciéndome dar un leve salto y presionar mis labios en dolor.
- No estás soñando, Babett. – Demian tomó asiento en un cojín que se encontraba en el suelo y nos sonrío a todos. – Como ya he dicho, soy su tío, su padre y yo nacimos en el año 1924 y 1925, él es el mayor. Cuando empezó la segunda guerra mundial yo tenía 14, durante un bombardeo nuestros padres, tus abuelos, murieron y tu padre nos trajo al antiguo egipcio. – Soltó una carcajada llevando su cabeza para atrás. - Aún no tengo idea de en qué año caímos- Fingió limpiar una lagrima. – Pero bueno, después de un tiempo descubrimos que ambos podíamos teletransportarnos a cualquier lugar y a cualquier tiempo, pasado o futuro, y sin ningún cambio histórico importante, que eso se lo tuve que repetir mucho a su padre. – Nos apuntó con su dedo índice a Nathan y a mí.
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Babette.
General Fiction¿El tiempo? Siempre está en movimiento, a veces va hacia adelante, y si formas parte de mi familia, también puede caminar en reversa. Bonnet. ¿Qué tiene de especial nuestra familia? Mi nombre es Babette Bonnet, y me rehuso a morir sin haber contado...