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Siguió buscando durante 3 meses y no lograba encontrar información que lo guiará hasta el paradero de ese ser que lo transformo.

Lo único que encontró fueron testimonios de personas que vieron un par de ojos rojos durante la noche, información que las personas no tomaban en cuenta diciendo que los testimonios venías de personas pasadas de copas.

Algo que Jeongin sabía muy bien que no era cierto.

Pero fuera de eso estaba con las manos vacías, frustrado se tiró en la enorme cama del hotel, aunque no pudiera dormir le encantaba descansar en las cómodas sábanas que lo reconfortaban y lograban desestresarlo.

Después de un rato se levantó sediento y camino hacia el refrigerador, cuando abrió la puerta se llevo la sorpresa que su reserva se había acabado.

Un puchero apareció en su rostro pero al recordar una forma fácil de conseguir sangre sonrió con malicia.

Fue hacia la puerta abriendole al chico de servicio al cuarto.
Le regaló una sonrisa que el chico peli rojo correspondío haciendo una reverencia y cuando el menor se iba a retirar de la habitación para dejar que el cliente se deleitará con le comida.

Jeongin lo tomo del brazo dándolo vuelta y quedado cara a cara, de un rápido movimiento con su mano libre lo tomo de la nuca mirándolo a los ojos con las pupilas dilatadas susurrando cerca de sus labios.

-Me harás caso en todo lo que te pida y cuando cruces la puerta te olvidarás de todo lo que pasó aquí ¿Me entendiste?- cuando terminó de dar la orden el peli rojo asintió lentamente y para finalizar beso al chico tiernamente, algo que  Jeongin no quería era hacerle daño.

Solamente tomara un poco de su sangre drenandola de su cuello y cuando tome lo necesario lo dejara irse sin ningún tipo de problema.

-Toma asiento- el menor lo hizo inmediatamente sin dudarlo y Jeongin con una de sus uñas pincho su cuello haciendo una pequeña cortadura por la que brotaba sangre la cual empezó a succionar.

Cuando coloco sus labios en el cuello del chico y degusto su sangre se alejo rápidamente.

-¿Porque tienes la sangre tan amarga?- miro al chico con un gesto de disgusto en su rostro, obviamente no esperaba tener respuesta del peli rojo, no tendría por qué  saber la razón de su sangre amarga.

Suspiro resignado mientras ponía una bandita en el cuello del chico dónde había echo una pequeña cortadura, después de terminar acarició la mejilla del chico dejando un tierno beso su frente.

-Ya te puedes ir- dio la orden y robóticamete lo hizo dejado al ahora peli azul sediento.
Alboroto su cabello frustrado nesecitava sangre y su plan avía fallado por completo.

Esperó hasta que el sol bajará y salio en busca de unas ratas o algún roedor, si la sangre humana no cruzaba voluntariamente su puerta no le gustaba ir himnotizando personas por las calles y menos morderlas en un callejón.

Era una experiencia por la que tubo que pasar y no se la deseaba a nadie, al principio cuando no se podía controlar estuvo a punto de morder a una chica pero reaccionó al escuchar su llanto y desde ese momento juro que nunca convertiría a una persona.

Caminaba lentamente con la capucha puesta para evitar ser reconocido por alguien, aunque depues de tantos años no estaba seguro de que alguien lo recordara.

Admirando la luna y las estrellas se tomó el tiempo de disfrutar de la noche, era el momento más hermoso del día, era su oportunidad de caminar por las calles sin temer ser cocinado por el sol.

Suspiro disfrutando del ambiente y emprendio camino hacia uno de sus callejones favoritos, siempre  podía encontrar ratas enormes y repletas de sangre en aquel rincón de la ciudad.

Después de un par de enormes ratas ya satisfecho, con intenciones de regresar a su habitación y seguir con la investigación camino sobre sus pasos regresando al hotel.

Al estar volviendo, cruzó muy cerca del callejón que le había traído más problemas en su vida y con algo de curiosidad se adentro en el mirando las paredes.
Todo estaba igual que hace 10 años suspiro rascándose la nuca con incómodidad ese lugar le trae recuerdos no muy agradables.

Cuando estaba por irse se escuchan pisadas desde el fondo del callejón en lo más oscuro, Jeongin iba a hablar pero se queda estático al ver los mismos ojos.

Sin buscarlo lo encontró, en su interior era un remolino de emociones.
Estaba feliz de haberlo encontrado pero enojado por lo que le había echo.
Tenía ganas de golpear a la persona dueña de esos ojos, pero al mismo tiempo tenía ganas de hablar y hacerle muchas preguntas.

Despues de minutos estático con la mirada perdida en esos ojos que le traían muchos recuerdos, decidió hablar -Muéstrate y no seas cobarde- dijo con un tono fuerte incitando a esa persona para que salga de la oscuridad y de la cara.

Pasaron segundos en los que no tuvo respuesta, pero sentía como esa mirada lo penetraba llegando hasta el interior de su alma.. sentía como si esos ojos buscarán algo de el y Jeongin no sabía el que.

Escucho como unos pasos se acercaban a el y sentía como sus hombros se tensaron poniéndolo nervioso.
Después de segundo que parecieron eternos la sombra paso a ser una persona completamente visible para los ojos del peli azul.

Visible y sub-realista...

De pronto sintió como si su cabeza quería explotar y salir corriendo de ese lugar.

-¿Que-e?- hizo todo lo posible para que su voz sonará estable y sin emociones pero fue imposible con un nudo en la garganta que no lo dejaba hablar bien.

De seguro estaba soñando despierto y todo era a causa de la falta de sangre, tal ves la sangre de rata tuviera algún veneno alucinógeno.

Debatía entre salir corriendo o afrontar su alucinación porque otra opción no tenía.

Con el rostro más pálido de lo normal y una expresión de horror en su rostro una lágrima se escapó sin que el peli azul se diera cuenta.

-¿T-tu?

¿Vampiro?  |Hyunin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora