Capítulo 3.

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Narra Ares.

Hace mucho frío aquí. Siento como si me hubiesen metido en una nevera. Todo esta oscuro, pero creo que a lo lejos hay algo de luz. No puedo distinguirlo bien. Estoy atado y además mareado. La cabeza me da vueltas y la siento a reventar. Creo que estoy herido porque me duele demasiado el abdomen. Me lo miraría pero no puedo. Me han atado de tal manera que no puedo ni mover la cabeza.
No se a que huele. Pero huele muy mal, como a cuerpos descompuestos y muerto.

Alguien se acerca.

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Flashback.

Ares encontró, gracias al gps, una tienda de equipo militar. Pero curiosamente esta tienda no era una de las tiendas comunes, era una tienda donde ademas se hacía contrabando de armas. Ares consiguió averiguarlo y localizar la tienda gracias a las dotes de Sherlock. Dotes que hizo suyas, potenciando de esta manera sus propias capacidades cognitivas.

Se acercó a la caja y fue directo al grano, como Sherlock. Con unas afirmaciones y preguntas clave al dependiente logró que lo llevase a la trastienda para mostrarle el armamento.

- Qué clase de arma quieres: corta o larga? - preguntó el dependiente con aspecto rudo, cuerpo grande, musculoso y ancho cuyo nombre era Brais.

- Corta - respondió Ares veloz y cortante.

- Pistola o revólver? -

- Pistola, y para no alargarnos quiero específicamente una Glock G19. Cosa que podría haberme preguntado al principio en vez de entre cientos de preguntas no llegar a ninguna conclusión o a la conclusión errónea - hizo una breve pausa. Brais lo miró con cierto desprecio pero finalmente lo guió hasta donde se encontraba tal arma. Se la enseñó e hizo una serie de pruebas para demostrarle a Ares su funcionalidad y veracidad.

- Te va a costar mucho esta arma chaval - dijo Brais mirando la pistola que llevaba en la mano con cierta malicia. Como si planeara algo.

- Tú dime el precio y te lo doy ahora mismo - respondió Ares tajantemente.

- Primero de nada me gustaría saber ¿por qué quieres esta pistola? - preguntó mientras alzaba la vista y bajaba la pistola.

- Asuntos que debo concluir. Ahora dime el precio y me largo - Ares sabía que algo iba mal. Con sus grandes dotes que tenía ahora de observación gracias a ser como Sherlock pudo observar ciertos movimientos de Brais que daban a entender que estaba preparándose para atacar, quizás para robarle.

Brais miró a Ares fijamente y lo apuntó con la pistola diciéndole que le diese todo el dinero que llevaba. Ares se deslizó velozmente, antes de que Brais acabara de hablar, por detrás de la estanterías metálicas llenas de cajas que contenían armas. Ese sitio era el lugar perfecto para una pelea. Estaba rodeado de armas y obstáculos, lo único que Ares necesitaba era concentración y puntería.
Por supuesto Ares consiguió desplazarse silenciosamente por la habitación con un arma que había cogido y cargado hasta encontrarse a Brais de espaldas buscándolo. Ares le llamó diciéndole: - Eh capullo, estoy aquí! -. Justo cuando Brais se dio la vuelta Ares le voló con una bala la tapa de los sesos. Cayó al suelo de espaldas dejando un enorme charco de sangre que brotaba de su cabeza perforada en el suelo. Ares se acercó a verlo.

Sonrió. Sus ojos brillaban. Parecía que se hubiese liberado de algo. Su cuerpo permanecía casi petrificado delante del cadáver, pero no por terror, estaba tan emocionado y satisfecho que deseaba contemplar la escena durante horas. Para su desgracia estaba tan absorto contemplando la escena lleno de sadismo, que no reparó en que habían entrado dos hombres. Uno lo golpeó en la cabeza por su espalda y el otro poniéndose delante de él lo apuñaló en el abdomen.

Si fuera ellos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora