Otra vez, no.

260 46 14
                                    

Kate

Pasó un día desde que se metió un tipo a la cabaña y decir que estoy tranquila es mentira, me estoy volviendo paranoica, siento que me observan todo el tiempo.

Tengo que tranquilizarle ya que hoy saldré con mi papi de ojos verdes, me dijo que me llevaría a un lugar que le gustó mucho.

He pasado toda la mañana probandome muchos bikinis y vestidos y no me decido.

Salir con el me pone nerviosa, siento muchas cosas cuando estoy con el, me siento ansiosa, nerviosa y no se que sea, no me he enamorado nunca pero es muy pronto para eso.

Con el me siento en paz y que puedo ser yo misma, no siempre pasa que encuantras a alguien con quien sientas eso, la mayoría solo ve la apariencia sin esperar a conocer realmente a la persona y no esta bien.

Salgo de mis pensamientos y escojo un bikini rojo de dos piezas con detalles dorados y un vestido rosa palo muy lindo, llega arriba de mis rodillas, es pegado hasta la cintura y de allí es suelto.

Me arreglo rápidamente y le envió un mensaje a connor diciéndole que estoy lista.

Me dice que ya casi llega así que voy buscando mi bolso.

Cuando tengo todo listo escuchó como tocan la puerta y al abrirla no puedo evitar darle un repaso.

Es que joder, este hombre esta cada vez más ardiente.

Diosito, ayudame.

— Hola pelirroja, ¿Nos vamos? —me dice extendiendo su mano para que la tome.

— Vamos ojitos —le digo y al instante me doy cuenta de lo que dije, me sonrojo de inmediato.

— ¿Ojitos? —me pregunta connor con un sonrisa que me altera más de lo que debería

Le doy un asentimiento de cabeza porque estoy segura de que si hablo notara lo nerviosa que estoy por su cercanía.

Nos montamos en el auto y le preguntó mil veces durante el camino a Connor el lugar a donde me llevará y solo obtengo un "sorpresa" como respuesta.

En todo el camino hablamos y nos sorprendimos porque los dos vivimos en New York y nos vinimos a encontrar aquí.

Me dice que va a volver en dos días porque ya es mucho tiempo de descanso y que solo venia a celebrar el cumpleaños de Ian.

Y yo le digo que quizás me quede otra semana, pero que si quiere nos podemos ver cuando ya estemos en New York.

Al llegar me doy cuenta que es una de las tantas playas pero no hay casi gente y connor me lleva a un lugar muy apartado.

Lo que encuentro me deja boquiabierta, me giro a mirarlo y me sorprendo porque esta sonrojado, quien lo diría un hombre como el, con su porte y seguridad y esta sonrojado.

Lo abrazo y lo beso, y es el jodido paraíso.

Me separó de el y me dice...

— No sabría si te iba a gustar pero por lo que veo si lo hizo, esto lo hice porque se que estabas muy tensa por lo sucedido y quería darte un respiro de todo —me dice metiendo un mechó de pelo detrás de mi oreja y puedo jurar que es el lugar donde quiero estar siempre

— Me encanta ojitos, nadie me había hecho algo así —le digo conmovida

Nadie me han hizo algo parecido pero él, que apenas me conoce lo hace porque sabia que estaba algo asustada por lo que sucedió, no merezco un hombre así pero como soy una egoísta no lo dejare escapar.

Un viaje para encontrarnosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora