Capítulo 1: Risas de la tumba y lo mundano de rencarnar

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Catedral de Prelati, recamara del maestro.

Envuelto en las sedas que cubren la cama con dosel descansa el cuerpo de un chico joven.

Estaba estático, como dormido, pero un análisis médico daría cuenta que su aparente «sueño» en realidad no se debía a la relajación de la actividad cerebral, sino a la ausencia de ella.

Un diagnóstico que unido a la situación del chico haría alarmar a cualquier practicante de las artes científicas de la sanación.

¿Que tan irresponsables podían ser los padres de este niño?

¡Debería estar recibiendo tratamiento en el hospital más cercano y no tirado aquí!

Aunque quizás lo más impactante es que ese chico había sido decapitado antes en esta misma habitación.

Y hay estaba, con su cabeza aún unida a su cuerpo.

Pero tales observaciones solo podrían salir de las mentes ignorantes de los humanos ordinarios.

Cualquier magus con un entendimiento decente de magecraft comprenderá la naturaleza del niño:

Un cuerpo «humano» sin alma.

Lo que yacía sobré la cama era solo un cascarón vacío.

"Mmm"

O por lo menos lo era hasta ahora.

Con un murmullo escapándose de sus labios el cuerpo comenzó a movers y frotó sus ojos medio adormilado mientras los abria poco a poco.

Entre la oscuridad de la noche un techo familiar surgió ante la vista de Francois Prelati que había engañado a la muerte por quién sabe cuantas veces ya.

Su alma acababa de ingresar en un nuevo cuerpo, otra cotidiana reencarnación.

¿Cuanto tiempo estuvo fuera?

No estaba seguro de eso pues es difícil contar el tiempo cuando tu alma viaja en un lugar sin concepto de tiempo como al que fue a para esta vez.

Su último recuerdo antes de morir era...

"Ja"

Una risa suena.

"¡Jajajajajajajajajajaja!"

Una carcajada resuena en la habitación.

Es como la risa de un niño, jubiloso desde lo más profundo de su corazón y aún con eso se distinguía una perversión deformada en su alegría.

"¡Fantastique, eso fue increíble!"

El chico vociferó en una emoción tan auténtica que dejo escapar por reflejo algo del francés que había adoptado como su idioma materno en lugar de su nativo italiano.

"¡Que gracioso, un chiste divertido sin duda!"

El Assassin por el que había trabajado 10 años le dio muerte sin pensarlo dos veces.

Esto... no lo sorprendió.

Independientemente de sus esfuerzos era completamente consciente de las probabilidades de que todo terminara como lo hizo.

Sabía que estaba jugando con fuego cuando decidió invocar a ese abuelo fanático.

Alguien como él que normalmente seria nombrado acompañado de palabras como demonio, monstruo o pecador, tenia una compatibilidad de cero absoluto con ese hombre.

Claro que esto no significa que «emplear» a este Assassin le era imposible... o eso pensaba.

Su plan era utilizar la estructura de su taller (el dirigible-catedral) junto con sus ilusiones para encubrir sus «pecadoa» y «defectos» a ojos del Espíritu Heroico.

Y con ellos ocultos Assassin no tendría motivos para reusar su mando siempre que no deje escapar su verdadera naturaleza con el Servant cerca.

Podría simplemente quedarse en su cama viendo el drama de la guerra y comiendo sus postres favoritos.

Todo lo que tenia que hacer es mandar a Assassin por el Grial en el momento correcto y luego ordenarle que se suicide con sus sellos de comando.

El interior del taller se podía considerar una forma inferior de Reality Marbel, ya que casi contaba como su «demimundo» sería mucho más fácil influir en conceptos y por lo tanto en el propio Servant.

El único problema es que no podría salir.

Fuera del taller sus ilusiones no lograrían engañar al Ángel de la Muerte en algo como reconocer a un pecador, algo que prácticamente formaba parte de su naturaleza.

Entonces la pregunta del millón de dólares:

¿Donde estaba la gracia del asunto?

Una buena pregunta y muy simple de responder.

Pienses lo que pienses de su plan la verdad era que...

¡Había salido bien!

¡Todo había salido a la perfección!

¡Pudo notar que su estrategia había funcionado, dentro del «mundo» representado en su taller él no tenia pecado!

Y aún así perdió la cabeza...

¡Que anciano tan irrazonable!

¿Cómo podría describir tal sátira del destino sino como un chiste muy divertido?

"Ese... ¿Cómo lo llaman en Japón? ¿Shinigami? ¡Si! ¡Lo añadiré a la lista! ¡Pensar que casi llego a los Registros Akáshicos y no de la forma divertida!"

Oh, si.

Ese es el otro punto chistoso en toda esta situación.

El ataque del Primer Hassan estaba cargado con un «concepto de muerte» que literalmente se traducía como regresar al origen de todas las cosas o regresar al Registro Akáshico.

En otras palabras el abuelo lo había mandado al abrasó eterno de Dios... literalmente si es verdad que los Registros Akáshicos son la morada de Dios.

Una suerte que huyó de regreso en cuanto tuvo la oportunidad.

No lo mal intérpretes, siendo un pecador de proporciones bíblicas aun era un fan de Dios.

Quizás por eso era tan recuente a encontrarse con el Grande, dicen que nunca debes conocer a tus ídolos y aunque normalmente desacreditaría esta creencia en estos momentos la abrazaría con completa hipocresía.

Sip, sip, ese era el motivo.

"Espera... ¿No significa eso que estuve a punto de lograr la Magia Verdadera? ¡Jajajajaja!"

Técnicamente paso por una experiencia donde pudo llegar a la Raíz, el sueño de cualquier magus.

Si las familias de magus de la Asociación se enteraran que había huido de lo que ellos aún deseaban como lunáticos probablemente vomitaran sangre de la ira y lo perseguirían hasta los confines del mundo por su honor.

Incluso si había tirado por tierra muchos de sus esfuerzos, esta muerte valió la pena solo porque podría presumir de ella.

Al brindarle tanta diversión el viejo Hassan se gano un lugar en su lista de Personas que me dieron una muerte para recordar justo entre Kischur Zelrtech Schweinorg y Saint Germain.

"¡Jajajajajajajajajajajajajaa!"

Continuo riéndose sin control mientras sostenía su vientre dolorido por tanta diversión de calidad  y rodaba de un lado a otro de la enorme cama.

Si alguien ajeno viera esta escena no podría adivinar ni en sus sueños más salvajes y fantásticos que este chico estaba prácticamente muerto hace sólo unos cortos minutos.

I PrelatiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora