Capítulo 21

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Su cuerpo dolía, demasiado, podía sentir el inmenso ardor en su cuello y en su parte baja, sus caderas dolían y sentía como sus pulmones se llenaban del aire con una desorbitante cantidad de feromonas que le mantenía aturdido un poco, pero no lo suficiente como para que pudiese olvidar de la situación, sentía como si su pecho fuese a explotar ante la inmensa presión con la que jadeaba, podía ver manchas rojizas y marrones en las sabanas, su cuerpo estaba empapado de sudor, su cabello desordenado y húmedo con gotas de sudor cayendo por alguno pequeños mechones, escuchaba el choque de la pelvis del alfa contra su trasero, dolía y la zona estaba sensible y seguramente en un color rojizo y amoratado al igual que su cuello y partes de su cuello. 

Su cuerpo en ese instante estaba totalmente maltratado. 

El sudor que recubría su cuero se combinaba con sus fluidos y con los de aquel alfa, hedor del sudor, las feromonas de ambas las del alfa predominantes y las ligeras e indelebles del beta junto con el aroma del s3x0  arraigaban en la habitación. La cama era un desastre de igual forma, además de las manchas claras de sangres y de sus fluidos, estaban rasgadas de la fuerza con la que tiro de ellas, con las que se aferro, mordió y apretó. 

Phill no tenía misericordia con él y no cesaba lo había estado usando durante bastante tiempo, en varios sitios, posiciones y formas, su cuerpo había llegado a su limite desde hace mucho. Inclusive inconsciente el alfa pareció restarle importancia el que se desmayara y continuo con su vil acto, cuando despertó solo sentía el volver del incesante dolor, había quedado inconsciente en más de una ocasión y cuando abría los ojos solo le veía a él, el alfa que le había tratado bien en un pasado que se veía distante, aquel alfa que le hizo sentir bien, especial y feliz, ahora su mirada continuaba fulminante en odio, repulsión, aborrecimiento, rencor, con desamor. 

En algun punto en todo ello el celo del alfa se presento y fue aun peor, a pesar de que es casi imposible que un alfa anude a un beta, él lo había hecho en más de una ocasión y a pesar de haber formado aquel nudo continuo moviéndose, dañando su interior, las lagrimas habían dejado de brotar y sus ojos parecieron secarse. 

No sentía en totalidad su cuerpo, sus extremidades parecían no existir, pero sentía el dolor cuando el alfa mordía sus muslos o alguna zona de sus piernas, su cuerpo estaba lleno de sus mordidas, marcas y su saliva. Su garganta dolía por haber gritado tanto, por haber suplicado y pedido que se detuviera, no entendía por que ¿por qué le hacía eso?. 

Volvió a caer inconsciente cuando sintió como su interior era llenado nuevamente, por sus muslos bajaba el liquido blanquecino y la sangre. A pesar de no estar consiente podía sentirlo, no supo cuanto tiempo había transcurrido en esa habitación, pero era seguro que había sido demasiado, que necesitaba salir de ahí, esconderse, ocultarse, desaparecer y rogar por no volver a verle. Sus ojos se abrieron con un picor y con dolencia ante el llano, estaban hinchados y rojizos toda su cara lo estaba, no tenía casi energía, pero no sentía su interior ser maltratado y profanado por el alfa y giro su cabeza a un lado viéndole dormido.

Era ahora o nunca. 

Con el inmenso e insoportable dolor que le recorría el ardor, la sensación debilitante, el cosquilleo de algunas zonas ante el entumecimiento arrastrándose por la cama llego a la orilla y bajo de aquella asquerosa cama a rastras y haciendo uno de la casi nula e inexistente energía que tenía vistió su cuerpo con lo que pudo una playera un pantalón y ropa interior, no podía colocarse un par de zapatos, las piernas no le servían en ese momento, se arrastro por todo el suelo de la habitación hasta llegar a la puerta donde tuvo que estirarse un poco, sintiendo la dolencia completa de su cuerpo. Dolía. Quemaba. Y ardía. 

Tenía miedo y este le impulsaba, le hacía desesperar por querer salir, irse y no volver.

Logro abrir la puerta y antes de continuar arrastrándose hacía la habitación en la que se podía abrir un portal dimensional vio el interior de la habitación viendo al alfa en la cama, respirando calmo y pacifico, le amaba, si , y eso le dolía más. Lo amaba y por un momento en su tiempo junto a él creyó que era reciproco, pero lo que le hizo amargaba el dulce amor que sentir, lo comenzaba a corroer y a arruinar.  

Te traeré de vuelta mi omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora