Body Say

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31 de diciembre de el 2019.

— Espera, alguien puede entrar – le dije al instante que Dante mordía mi labio inferior para después pasar su lungua por la pequeña herida creada.

Y es que tener relación en el baño de servicio de la casa de su madre en una cena de año nuevo parecía una idea perfecta.

La otra cara de la moneda de ese chico introvertido era sexo, si,  sexo y un sin fin de ideas sexuales a practicar.

Él no era la clase de hombre bonito con labios rosados, ceja perfiladas, ojos claros, cuerpo bronceado y cara afilia como esos típicos fuckboys de los libros para adolescentes o películas de vampiros, para nada! Él era un hombre de verdad. Y por hombre de verdad me refiero a que tenía facciones muy toscas, unos ojos negros almendrados y unas cejas semi pobladas que si lo veías bien era lo que hacía rasaltar sus ojos, Dante era extremadamente velludo, era la clase de hombre que sí se rasuraba por las mañanas en la noche ya tenía crecimiento de vello en el rostro, tenía una barba marcada y definida que cubría un pequeño porcentaje de sus mejillas y su mentón, su cabello, su cabello era tan negro y lacio que me hacia recordar la profunda noche al igual que me causaba un poco de envidia, pasaba mis dedos sin problemas entre esos cabellos cortos y suaves, era bastante alto y de complexión robusta, no gordito, no delgado, demaciado ancho de la espalda y de largas piernas, un color de piel como el café con leche, dulce y delicioso como el café con leche y unas enormes manos que podían cubrir mi rostro con una sola palma y unos dedos que cuando los usaba me hacían mojar la cama con tan sólo un roce, en definitiva él era un hombre tosco, rudo, masculino y estaba totalmente enamorada de él.

En definitiva Dante no era la clase de hombre que te miraba y sonreía, si te encontraba en la calle y si lo veías te dedicaba una sonrisa y seguía adelante y si no te percatabas de su presencia, sin duda él se daria la vuelta para no tener que saludar, no iba fiestas, no "Quedaba contigo" para salir, era el típico hombre de el "Yo te aviso" no era la persona que enviaba el famoso mensaje de "Hola, cómo estás" y rara vez respondia uno de "buenos días" no era el amigo con el que podías salir de fin de semana ni el amigo con el que podías Desahogarte, y no, no lo juzguemos, él te escuchaba pero no podía aconsejarte porque simplemente no sabía ni siquiera que hacer con sus propios problemas, esos de los que nunca hablamos y luchaba para poder cambiarlos.

Su vida era muy monótona.

Muy común.

Su vida era lo que todos queríamos pero a él no le bastaba, necesitaba algo que lo hiciera ser feliz y para ser honesta, ese algo quería ser yo.

– Te tengo un regalo — Me susurró al oído.

Sacó de la cómoda de la esquina de el baño una pequeña caja color negro con un pequeño moño plateado y me la entregó con una enorme sonrisa. Podría esperar un collar, una pulcera, lo que sea que cualquier novio le regalaría a su novia, pero viniendo de Dante cualquier cosa, en serio, cualquier cosa podría esperar de él.

Y no estaba equivocada.

– Un vibrador — mi mente decía “ª" – Gracias.

El regalo no me había molestado, sabía que de tras de todos esos tipos de obsequios había una intención oscura porque de Dante todo, de verdad, todo se podía esperar.

– Es azul, tú color favorito — sonrió con pícara – Se controla por medio de aplicación y es de varias velocidades, lo mandé a traer de Alemania.

– Qué ya no te satisfacen los juguetes nacionales — Le pregunté al instante que sacaba el juguete de su caja – Se ve aerodinámico y se siente cómodo.

Don't Die Before I Do (No Mueras Antes que Yo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora