📖CUARENTA Y TRES📖

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Había pasado toda la mañana leyendo en el sillón individual de la sala. En la noche, después de que me quedara dormido, en algún punto mi padre regresó a su habitación, por lo que cuando desperté ya no estaba. Ninguno de los dos dijo nada cuando nos sentamos a desayunar, mejor para ambos, y Ami tampoco pareció haber notado la ausencia de mi padre, así que tampoco se dio por enterada.

Como era domingo, y cada domingo no solíamos hacer nada, aproveche para leer; cambiaba de postura cada tanto y solo en ese momento era cuando notaba que Levi aparecía y desaparecía en la habitación, mi madre estaba sentada en el suelo revisando unos papeles que seguro había recibido por parte de Historia y cada tanto levantaba la mirada para ver como su esposo hiba y venía.

-¿ahora que pasa? - soltó mi madre tan repentinamente que detuve mi lectura a la mitad del sermón de Erwin, miraba con fastidio a mi padre.

Eso pasaba seguido, mi padre solía andar por la casa dando vueltas sin parar cuando algo le molestaba pero no lo suficiente para encerrarse en su biblioteca, era en estas ocasiones que me recordaba a cuando Ami buscaba pelea con el de jóvenes, como decía el diario.

-¿tiene que pasar algo? - contraataco mi padre deteniéndose a mitad de camino hacia la cocina.

Suspiré pesadamente, habían interrumpido mi lectura justo cuando estaba confundió por la pregunta de Erwin. Intenté hacer que leía nuevamente, pero mi curiosidad era mayor que mi concentración.

-si, Miaullatan, te la pasas persiguiendo tu cola cuando algo quieres - se quejo Ami volviendo a su papeleo.

-tsk... - se quejo Levi volviendo por donde había venido.

Debía reconocer que cuando mi madre se tomaba enserio una actividad, cualquier menor alteración de su tranquilidad le sacaba de quicio. Seguí a mi padre con la mirada por encima del libro y cuando desapareció vi como Ami levantaba la mano y marcaba con 3 dedos una cuenta regresiva, no pude evitar sonreír al recordar como Levi había hecho lo mismo en el libro; cuando su mano llegó a 1, mi padre estaba de regreso con cara de pocos amigos.

-mañana tengo que ir a la ciudad, al trabajo de nuevo - de quejo mi padre cruzandose de brazos, me quede sorprendido por su rabieta.

Ami suspiro, dejó su pluma aún lado y le dio toda su atención a mi padre. Yo seguía simulando que no escuchaba y no les prestaba atención.

-¿por qué? - pregunto Ami, siguiéndole el juego.

-Mikasa preparo una clase especial y necesitarán que este presente, sin mencionar que Jean quiere los planes - se quejo mi padre, si Mikasa era profesora y mi papá debía estar en su clase, entonces mi padre también debía ser instructor en el colegio militar.

-¿y el problema es? - inquirió Ami, le gustaba hacerle difícil las cosas a mi padre, si había decidido seguirle el juego era por esta razón.

-el problema es que pensaba que sería un buen día para salir con el equipo de maniobras de nuevo - confesó mi padre.

Baje el libro a mis piernas, incapaz de creer lo que escuchaba, mi madre estaba igual de sorprendía. Aunque aquel día lo habíamos pasado bien, dudaba mucho que se repitiera después de lo sucedido hace unos días, pero quizá Levi se había divertido tanto que...no, no era eso... Quizá disfrutaba la sensación de volar... No, tampoco era eso... Acaso... Intercambiaron miradas, pero no me prestaron atención.

-¿y por qué no, lo llevas contigo? - sugirió Ami pensativa. - no es lo mismo, pero quizá obtengas el resultado que esperas.

Esta vez si que me miro mi padre, estaba pensativo. Por un momento sentí que me estaba juzgando, pero fui incapaz de desviar la mirada. No entendía que estaban planeado, aunque si Levi aceptaba llevarme sería un gran avance, quizá me demostraría con hecho que realmente no quería que me rindiera.

-supongo que no es mala idea - aceptó por fin Levi.

Ami me miró con una sonrisa discreta y los ojos brillosos de alegría, no entendía que acaba de pasar.

-¿escuche bien? - pregunté enderezandome en mi asiento.

-¿no estabas en tu lectura? - cuestionó Levi, parecía de buen humor pese a su queja de hace unos momentos, era raro.

-puede ser... - respondí encogiendome de hombros.

-bueno, bueno, mañana iras con tu padre al trabajo - interrumpió Ami, seguro quería evitar una posible batalla de respuestas cortas. - yo me quedaré a hacer las labores del día, pero, ¿pueden pasar a dejarle esto a Historia?

Mi madre señalo los papeles que tenía sobre la mesa y miró a mi padre, este aceptó y finalmente, abandono su estresante vaivén. Ami pareció satisfecha y siguió con su labor.

Tenia curiosidad por esos papeles, pero no demasiada como para preguntar, además me intrigada más lo que me esperaba al día siguiente y para evitar darle vueltas al asunto continúe leyendo...

«Después de aquella platica, no hubo más que silencio. Y para cuando amenecio, reemprendimos el viaje de regreso a las murallas, pasaba de medio día cuando llegamos; la gente nos recibió con mala cara, seguro pensaban en nuestro fracaso, era cierto.

-¡oye, oye! - me habló Hange animada - acabo de recordar al fin cumplí mi propósito.

De todos parecía la menos afectada por las críticas que nos estaban haciendo.

-¿cuál? - quise saber, si no le seguía el juego jamás pararía.

-hacerte mi mejor amigo, creo que después de esta expedición y como sobrevivientes tenemos experiencias en común que nos hacen amigos - explico emocionada, su emoción me causaba náuseas o quizá era el olor a muerte.

-sigue soñando, cuatro ojos - le respondí, pero ciertamente me alegro que lo dijera.

Antes de ir al cuartel de la legion, llevamos a los heridos al hospital de la ciudad y los cuerpos que recuperamos a la morgue, esa nunca fue la mejor parte de volver. Aunque, ahora que hablaba de volver, aún habiendo pensado en ello los últimos días, dudaba de ser capaz de ver a Ami.

-Levi... - me llamo Erwin cuando ya estábamos de camino al cuartel.

-¿qué? - le dije acercándome sonando un poco menos brusco de lo que pretendía.

-no deberías darle detalles - me dijo, por un segundo no supe a qué se refería, pero el tema era obvio - verlo, oírlo e imaginarlo son cosas muy distintas, si tuvo la suerte de no presenciarlo, tampoco es necesario que la acosen recuerdos falsos.

-de acuerdo - acepte, de hecho ya lo había pensado, desde que había hablado con Hange, esa sería la forma más humana de proteger a Ami.

Erwin parecía hablar por experiencia, quizá como había dicho Ami, debía darme la oportunidad de conocer a esta gente, aunque eso significase que me llegarán a importar mas de lo que debía.

Poco a poco avanzamos a buena velocidad, éramos alrededor de 15 personas las que no habían sufrido lesiones y solo nosotros estábamos por llegar a casa. A lo lejos pude ver el edificio aún oculto entre los árboles, conforme avanzamos también la figura completa se descubrió, sentí una pesada carga en el pecho. El momento estaba llegando...»

Levi's diaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora