Sesenta y tres

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Durante toda la noche, Sam estuvo sin dormir, luego de haber sacado las cosas de Yu y encerrarse en su habitación, sin siquiera escuchar los ruegos de este o bajar a cenar cuando Lyn lo llamó.

En un arrebato, este había llamado a su hermano, el cual estaba en el hotel de Francia con Gun ajeno a todo lo sucedido y el piloto le había dicho que no debía precipitarse y debía pensar bien las cosas.

Lo cierto era que eso era lo que había hecho, había pensado hasta el cansancio durante toda la noche y finalmente había llegado la conclusión de que había exagerado y que no había haber apartado a Yu tan cruelmente pues al fin y al cabo, el conocía su historia y lo mal que el chico se encontraba, cuando el fotógrafo lo había encontrado.

Este se sentía un idiota por haber dejado que la furia y los celos lo cegasen, llegando incluso a hablarle mal a Mew, faltándole a su futuro hijo y a su esposo, al cual conocía desde niños y sabía perfectamente que no era para nada como había dicho.

Le apenaba el haberle gritado a Yu y a Saint y haber armado tal revuelo pues al fin y al cabo, ahora que lo había pensado con claridad, Zee tenía derecho a vivir su sexualidad como mejor le pareciera, ya que era legal, ya que tanto el taiwanés como su primo habían firmado libremente.

Cuando el reloj de su mesita marcó las ocho de la mañana, este se levantó y miró el otro lado de la cama, el cual estaba vacío y entonces suspiró con pesar.

-Lo siento, cariño, siento haber sido un idiota, realmente no quiero que te vayas.

Tras decir eso, el modelo se levantó rápidamente, cogió ropa par ponerse y se metió en la ducha, luego de unos minutos, salió ya vestido y entonces corrió hasta la antigua habitación de Yu para tocar con los nudillos.

-Cariño, despierta, soy Sam, perdóname, ¿podemos hablar?

Un rotundo silencio se hizo y tras volver a tocar, este agarró el pomo y abrió la puerta pensando que el taiwanés estaría en la ducha y no lo había escuchado.

Con prisa, caminó hasta el baño pero no vio nadie, luego reparó en que la cama ya estaba hecha, entonces sintió un escalofrío que le recorrió el cuerpo, por lo que aterrado miró en el armario y comprobó con horror que no había rastro de las cosas de Yu.

-Oh no, no, no, joder...no puede haberse ido ya, no, no...

Rápidamente, este salió del dormitorio y bajó las escaleras a toda prisa, entonces fue al comedor pero tampoco había nadie, luego fue al salón común y nada, por lo que se fue la cocina, donde Berta y Lyn ya estaban preparando el desayuno.

-Nana, ¿Has visto a Yu?

-Hola mi niño, que bien que ya has salido de tu encierro.

-Si, nana pero escuchame, ¿Has visto a Yu si o no?

Esta asintió.

-Si claro que lo he visto, se ha ido hace un rato, pobre chico se veía tan triste... ah por cierto dejó esto para ti- habló sacando un sobre de su bolsillo.

El modelo entonces lo abrió con prisas mientras su corazón latía al galope.

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Siento mucho haberte fallado pero en verdad jamás te engañé porque aunque estuviera con Zee siempre pensaba en ti, te amo y siempre te amaré.

Mi vida sin ti ya no tiene sentido pero estoy en paz, aunque fue corto fui muy feliz a tu lado.

Adiós mi amor

Yu

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Sam salió corriendo de la casa hacia su coche, con la intención de seguirle pero entonces reparó en que camino a la piscina había una maleta y un poco más adelante otra.

-¿Yu?, oh si... si-habló sonriendo de que este todavía estuviera en la propiedad.

Sam echó a correr pero no lo vio por ninguna parte, hasta que entonces reparó en el fondo del agua y horrorizado contempló que este estaba allí.

-¡Dios mío, no!, ¡Yu!, ¡Aguanta!-gritó desesperado antes de tirarse para salvarlo.

El modelo nadó lo más rápido que pudo y tras sujetarlo lo sacó a la superficie, donde el jardinero había escuchado sus gritos y se había acercado

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El modelo nadó lo más rápido que pudo y tras sujetarlo lo sacó a la superficie, donde el jardinero había escuchado sus gritos y se había acercado.

-Rápido, llama a una ambulancia, diles que se den prisa.

-Si, ahora mismo joven-habló el hombre tras ayudar a sacar al taiwanés del agua.

Sam tumbó a Yu y tras comprobar que no respiraba, procedió a hacerle la reanimación cardiopulmonar.

-Vamos, vamos cariño, no me hagas esto, respira-decía este mientras le hacía las compresiones en el pecho y la respiración boca a boca-...respira por favor, no me dejes mi vida, cariño, no puedo vivir sin ti.

No sabía cuántos minutos llevaba el chico en el fondo de la piscina, ni tampoco cuanta agua se había tragado y muy angustiado comprobaba si este reaccionaba y entonces volvía a intentarlo.

-¡Esa maldita ambulancia!, ¿viene o no?-Le gritó desesperado al jardinero, el cual estaba al teléfono.

-Si, joven, ya vienen en camino.

Finalmente y después dr varios intentos, Yu reaccionó tosiendo y escupiendo el agua.

-Gracias a Dios-Respiró aliviado el modelo-...oh cariño, pensé que te perdía.

El joven modelo abrió los ojos por unos segundos y cogió una gran bocanada de aire pero acto seguido se desmayó.

De repente, las sirenas se escucharon a la entrada de la propiedad, por lo que el jardinero corrió para indicarles donde estaban, eso alertó a Mew, Saint y los demás, los cuales llegaron a la piscina cuando ya los sanitarios estaban atendiendo a Yu, quién al aparecer estaba teniendo una insuficiencia respiratoria.

-Oh Dios mío, ¿Qué le pasó?-preguntó el músico mirando a su primo empapado y llorando como un niño.

-Es mi culpa, yo lo abandoné...solo me tenía a mi y lo abandoné-dijo el Sam mirando a su familia-...Ha preferido quitarse la vida a vivir sin mi, soy un maldito idiota.

Sus primos lo abrazaron con fuerza al igual que Lyn, mientras que Singto y Krist estaban parados junto a Zee, quién estaba totalmente en estado de shock.

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7. «AMIGOS» - Mewgulf, Zaintsee, Offgun, SamYu y Singtokrist TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora