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《 En donde yo comparto mis escritos aleatorios sobre mi amor no correspondido. 》
| Empezada: 7/6/21. |
| Finalizada: |
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Ella lo vio entrar a aquel patio tan familiar, repleto de personas totalmente desconocidas, con ese andar repleto de confianza y un rítmico vaivén, que en poco tiempo logro robar varios suspiros de sus carnosos labios.
El no parecía darse cuenta del efecto que tenía en ella. Paso por su lado, sin siquiera notar como los latidos de su corazón golpeaban con fuerza su caja torácica, acelerando notoriamente sus antes calmadas respiraciones.
Los allegados a la castaña pronto notaron un cambio en esta; era el fantasma de lo que antes había sido, centrada y minuciosa, ahora pasaba sus días entregándose a ensoñaciones, siendo incapaz de sacar al chico de sus pensamientos. Ella misma lo notaba, se daba cuenta de la forma en la que, este, con una simple sonrisa lograba desestabilizarla por completo.
Era adicta a su imagen, no podía dejar de apreciar como el sol acentuaba sus suaves facciones, ahora tensas por la intensidad del ardiente astro. Estaba embriagada por la forma en la que despeinaba su cabello azabache, provocando que el mismo cayera despreocupadamente por su frente, dándole aquel característico aire jovial.
Había sido advertida de lo que aquel apático rostro escondía, podía escuchar la frialdad de sus palabras, el aire de superioridad que el muchacho desprendía, y era muy consciente de los rumores que giraban a su alrededor. Pero esto no parecía alejarla, estaba embelesada con todo lo que el era.
Se encontraba hipnotizada por el adictivo y tentador movimiento de aquellos labios, que moría por probar. El recurrente deseo de ser conocedora del sabor de estos, invadía cada uno de sus sentidos.
Estaba al borde de la locura con solo pensar en esos delirantes labios embistiéndose contra unos ajenos, bailando aquella sensual danza, con sus lenguas rozándose, y manos extrañas buscando senderos por la tersa piel del causante de sus insomnios.
Claro que si se lo preguntaban, jamás lo confesaría.
Nunca daría a conocer la nebulosa que se había formado en su cerebro al verlo lanzar aquellas carcajadas al aire, como reacción de algún comentario de parte de su escaso grupo social, o la forma en la que no fue capaz de dejar de sonreír como una estúpida al hacer contacto visual con el.
A decir verdad, se veía inmersa en un desastre de sentimientos, que parecían manejarla mas de lo que ella los manejaba, pero esto no parecía molestarle.
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