Era un día cálido de verano. Todo parecía normal hasta que pasó lo que pasó...
Ese cálido día de verano estaba esperando a Lucía, mi mejor amiga, ella se había quedado ayudando a su madre. Lucía y yo estábamos pensando en tener un fabuloso día con nuestro grupo de amigos, habíamos quedado en reunirnos en nuestro lugar especial, una cabaña cerca del lago.
Luego de recoger a Lucía, nos dirigimos hacía el lago, cuando por fin llegamos, Marcos, nuestro mejor amigo, nos llevó hacía donde estaban todos los chicos, nuestro grupo no era muy grande, solo éramos 5, Lucía, Marcos, Emma; León y yo.
La cabaña quedaba pasando algunas montañas, nuestros padres nos dijeron que tengamos cuidado con ese lugar porque habían asesinado a un chico y nunca habían encontrado al asesino, decían que podía seguir suelto e incluso que estaba buscando más víctimas, pero no le dimos mucha importancia.
Después de saludar a todos los chicos me dirigí hacía el baño para cambiarme, luego fuimos a nadar y a divertirnos un poco, después de eso escuche un ruido, como de pisadas, pero no había nada, luego Emma me llamó para comer, habían comprado salchichas, hamburguesas; carne y papas fritas.
Nuestro día había sido excelente, jugamos y comimos, todo había sido fabuloso.
León nos dijo que sus padres iban a pasar a buscarnos, para que no volviéramos solos ya que era muy peligroso, León no estaba muy de acuerdo ya que según él "como teníamos 16 ya podíamos volver solos", pero la idea de volver cómoda en un auto no me molestaba.
Antes de que los padres de León nos pasarán a buscar escuchamos ruidos provenientes de la cabaña, algo estaba mal, la puerta estaba abierta y había un olor muy feo. Lucía se había ofrecido a entrar, cuando entró, salió con una cara de pánico, estaba pálida, ella dijo: creo que es hora de irnos.
Le temblaba mucho la voz, cuando le preguntamos que había visto ella solo señalo hacía la mesa de la cabaña, nos acercamos a ver y había... una... cabeza humana... al ver eso salimos corriendo e intentamos llamar a los padres de León pero no había señal.
Habían pasado unos minutos desde que habíamos encontrado la cabeza y Emma propuso escondernos en el bosque, segundos después de decir eso apareció un hombre con un machete y le corto la cabeza, todos corrimos hacía el bosque, gritando y llorando. Decidí esconderme detrás de unos árboles, cerca mío estaba León, quién no podía dejar de llorar, trate de calmarlo pero no funcionó, estaba demasiado preocupada por Marcos y Lucía, se habían ido para el lado opuesto al que estábamos nosotros, tenía miedo de que el asesino les hiciera algo, cuando por fin se calmo, me pidió perdón.
¿Perdón por que? dije yo.
El respondió: les dije a mis padres que no nos vinieran a buscar así que nunca van a llegar, no tenemos escapatoria.
En ese momento solo me enoje y no pensé en quedarme con León, solo me alejé, sin pensar en nada ni nadie.
Estuve dando vueltas por el bosque, hasta que logre salir de el, llegué hasta una ruta, estaba desierta, estuve esperando ahí, por lo que se sintieron horas.
Después de lo que creo que eran unos minutos, aparecieron dos luces provenientes de un auto, intente hacer que frene, pero no lo logre, o eso creí yo, el auto dió la vuelta y de el bajo una mujer, le conté todo lo que había pasado y se ofreció a ayudarme, le pedí que llamara a la policía, pero solo tomo su teléfono y se fue.
Estuve buscando a León, Lucía y Marcos yo sola por toda la zona, al llegar a la cabaña de vuelta, el cuerpo de Emma no estaba, podía sentir que me observaban.
Luego de horas encontré a Marcos y a Lucía, ellos me dijeron que habían logrado escapar del asesino y que necesitábamos encontrar a León, estuvimos horas buscándolo, teníamos sed, hambre y estábamos muy cansados, logre convencer a los chicos de descansar un poco.
Me había quedado dormida, estaba en lo que parecía ser una casa ¿dónde estaban mis amigos?
Estaba atada de manos y pies, no podía moverme, después de un rato aparecieron un hombre y una mujer, era… era la misma mujer que había estado conmigo, les pregunte donde estaban mis amigos, pero solo se fueron de la habitación.
Después de un rato la mujer volvió y junto a ella estaba Lucía, ella estaba en shock, apenas podía mantenerse parada.
Luego de horas y horas en ese infierno apareció el hombre, el saco su machete y comenzó a apuñalar a Lucía, yo solo podía ver y llorar, intente liberarme pero me fue imposible, después de Lucía la siguiente era yo. El hombre comenzó a apuñalarme exactamente como a Lucía, finalmente fallecí.
Se deshicieron de mi cuerpo y del de mis amigos, la policía pensaba que habíamos escapado de casa, nunca nos buscaron y cerraron nuestro caso.
