—¡Esa puta loca! —exclamó el hombre pasando la mano por su escritorio, tirando las pilas de papeles encima del mismo—. ¿¡Quién se cree para mandarme cartitas amenazadoras a mí!? ¡A mí!
Su hermano retrocedió viendo lo furioso que estaba. No se atrevía a mirarle a los ojos pues sentía que, si lo hacía, le mataría.
—She's insane, fuckin' insane! —gritó estampando sus puños contra la mesa—. Y presumiendo de que ha aprendido chino, ¡yo aprenderé tailandés! ¡Nadie que conozca puede hablar más idiomas que yo!
—¿Volverá a Corea? —preguntó Hanseo, ajustando su corbata.
—¡Claro que volverá! —Tiró un jarrón contra la pared. —¡Volverá solo para ver como se derrumba Babel!
—De-deberíamos irnos ya... llegamos tarde... —susurró su hermano.
—Adelántate, he quedado con Chayoung. —Él asintió y salió de la casa, agradecido de poder irse sin su hermano. —That fuckin' bitch! I'll destroy her and then I will kill her disgusting cat! —chilló pegándole una patada a su sofá.
Pasaron unos cuantos minutos hasta que recibió una llamada de su compañera de trabajo, él salió de su edificio corriendo.
—Hi, boss! —dijo él energéticamente una vez hubo cogido la llamada.
—¿Dónde estás? Hay alguien a quien debo presentarte.
—He tenido un problemilla, don't worry, I'll be there in a few minutes.
—Bien. —Chayoung cortó la llamada y él se apresuró a llegar a las oficinas de Wusang.
Corrió todo lo rápido que pudo hasta llegar a la oficina de su jefa. Abrió la puerta sin llamar y sintió como la poca cordura que le quedaba en ese momento se esfumaba.
—Oh, hola, Junwoo —saludó la abogada, la mujer que estaba a su lado se giró y le sonrió de la manera más tétrica que jamás había visto.
—Así que Junwoo, qué nombre tan bonito, ¿es el que te pusieron tus padres? —preguntó la mujer. Sus peores pesadillas se habían hecho realidad: Min Haneul había llegado a Corea. Sonrió falsamente y asintió.
—¡Sí, mis padres tienen buen gusto! —comentó él.
—¡Uy! ¡Qué modales los míos! Lamento no haberme presentado. —Le extendió su mano. —Soy Min Haneul, forense y directora de Anjan. —Sonrió de lado.
—Jang Junwoo, encantado —dijo él, agarrándola.
—Bueno, es la directora de Anjan y nos ayudará con algunas cosas. —Chayoung sacó una hoja de su cajón y se la puso en frente a la mujer. —Firme aquí, el presidente firmará su parte en unos minutos.
—Claro. —Sonrió Haneul. —Aunque creo que Junwoo podría firmar por el presidente, ¿no crees?
—¿Él? —La abogada rio. —Si no se sabe bien ni el derecho mercantil.
—¡Chayoung! —exclamó él, avergonzado.
—Ya está —comentó Haneul entregándole el papel a la abogada—. Es un placer hacer negocios con ustedes.
—El placer es nuestro, el hecho de que nos rebaje un diez por ciento en el costo del uso de vuestra maquinaria es algo increíble. Muchas gracias —dijo Chayoung sonriendo, la mujer asintió y se levantó.
—No es nada, hoy me sentía caritativa. A ver cuándo le da al jefe por presentarse ante mí, tengo algunas preguntitas para él. —Haneul agarró su bolso y se dirigió a la puerta.
—Junwoo, acompáñala a casa, ha venido sin guardaespaldas para no causar revuelo así que no tiene a nadie aquí.
—¿Por qué yo? —preguntó él, haciendo un puchero. Chayoung frunció el ceño y golpeó su culo con el contrato. Haneul realizó una mueca de desagrado—. Okay, boss, I'll do it!
La mujer sonrió y dejó que ambos saliesen de su despacho, no sin antes volver a agradecerle a Haneul su colaboración. Una vez se hubieron quedado a solas, la mujer sonrió de lado, maliciosamente.
—Se ha quedado buen día, ¿verdad? —preguntó ella, como podría haber preguntado cualquier otra cosa.
—Sí —respondió él, comenzando a caminar. Haneul le siguió.
—Intento ser amable y esto es lo que consigo, tendré que gritar a los cuatro vientos quién eres para que me trates de igual a igual —susurró ella, divertida.
Una vez salieron del edificio, se dirigieron al coche de Junwoo, era negro y bastante amplio, Haneul se sentó en el lado del copiloto y él en el del conductor. Ambos abrocharon sus cinturones al unísono y, en menos de tres segundos, Junwoo sacó un revólver de su guantera y Haneul una pistola de su bolso. Se apuntaban a la cabeza mutuamente.
—Una pena que me sepa todos tus trucos, Woonnie —susurró ella, clínicamente.
—Me da mal rollo que me llames así, loca.
—Parece un chiste, el psicópata llamándome loca. —Rio, quitando el seguro de su arma. Al hombre no le quedó más remedio que tirar la suya a los asientos traseros, ella le imitó. —Me quedo a dormir contigo, por los viejos tiempos, además quiero ver cuánto ha crecido Hanseo.
—¿Quién ha decidido eso? —preguntó él.
—Yo.
—¿Desde cuándo tienes esa potestad de decisión sobre mí?
—Desde que le he hecho ahorrar algunos millones a tu compañía. —Hanseok sonrió, divertido ante la respuesta de la mujer, que no estaba equivocada.
—Si te quedas esta noche, te mataré mientras duermes —contestó él.
—O viceversa. —Haneul sacó su móvil del bolsillo y lo señaló. —Además, ya tengo un plan por si algo ocurre, alguien tiene que cuidar de Lily si algo me pasa.
—Tú y tu puto gato —susurró él, la mujer sacó un paquete de cigarrillos de su bolso. —No vas a fumar en mi coche.
—¿Si te compro el coche puedo fumar en él?
—Paso de tener esta conversación. Si vas a fumar, al menos invítame —comentó él, arrancando el coche y yendo a su casa.
Haneul abrió la caja, solo quedaba un cigarro, lo encendió y le dio una calada. Después, lo acercó a la boca del hombre, que imitó la acción anterior.
—Sienta bien estar de vuelta —susurró ella. Hanseok sonrió de lado.
Su reencuentro había sido curioso, pero esa mujer era peligrosa y necesitaba tenerla bajo control.
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silence | jang junwoo (hanseok)
FanfictionPosiblemente la forense y presidenta de la farmacéutica Anjan (su principal competencia), no entraba en los planes del joven jefe. Jamás imaginó que alguien pudiera leerle como si fuera un libro abierto, era vergonzoso y humillante. Así que solo le...