La aldea de la Hoja

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Las dos Sakuras estaban volviendo por las calles de Konoha hacia su casa. Ya era bastante de noche y no había ni un alma. Solo estaban ellas dos en silencio.

—¿No te molesta que te llame con el -chan? —preguntó la Sakura de la coleta.

—¿Por qué lo dices? —preguntó la pelirrosa.

—No lo sé... es lo que se suele usar con las niñas —respondió la otra pelirrosa.

—Pues, supongo. Naruto es así... siempre muy cariñoso con todo el mundo —dijo Sakura sin querer darle importancia.

—Ya lo he visto pero... parece que contigo un poco más —dijo de nuevo Sakura.

La otra pelirrosa no dijo nada más. Sakura supo entonces que no era un tema del que hablar; no era su intención hacerla hablar de cosas que no le apetecían. Las dos acabaron llegando a su casa. Más bien, al hogar de la Sakura del pelo largo y de la del pelo corto en el otro mundo. Abrieron la puerta y estaba terriblemente oscuro y silencioso. Encendieron las luces y recorrieron la casa. Sin embargo, todo seguía muy apagado, lo cual extrañó muchísimo a la Sakura del pelo corto.

—¿Sakura? —la llamó ella.

—Dime —respondió su Alter Ego.

—¿Y papá y mamá? —preguntó la pelirrosa.

La mirada fría y calmada de Sakura cambió por una triste y unos ojos que mostraban dolor. Sakura no entendía que pasaba.

—Nuestros padres están muertos, Sakura... —dijo la pelirrosa afligida mirando al suelo.

A Sakura le dolió mucho escuchar eso. Pero no fue por ella misma. Al fin y al cabo, sus padres la estaban esperando en su mundo. Fue al imaginarse como sería la vida si no les hubiese tenido. Se sintió mal por la chica que ahora tenía delante.

Sakura dio un paso hacia delante y abrazó a Sakura. ¿A sí misma? No... tan solo abrazó a una chica que necesitaba consuelo. La otra correspondió el abrazo durante un segundo. Quizás estaba mucha más falta de contacto humano de lo que hacía creer a los demás. Luego se separaron.

—¿Y eso?

—No sé... solo me ha apetecido —respondió sonriendo la chica que la había abrazado.

Minato y Kushina ya habían llegado adonde Naruto los estaba esperando. Lo saludaron sonriendo al verle, caminaron hacia la puerta de la casa y entraron.

—Oye Naruto... —lo llamó Kushina una vez habían entrado.

—Dime —respondió Naruto mirándola con una sonrisa. La verdad no se creía poder estar tan cerca de sus padres.

—¿Por qué no me cuentas acerca de cómo es tu vida en el otro mundo? —preguntó la pelirroja curiosa.

—Es verdad... es buena idea —dijo Minato sentándose al lado de su esposa.

Naruto les contó todo. Pero todo desde que tenía memoria pasando por las memorias del día de su nacimiento contados por Minato y Kushina en su interior. Les contó su dura infancia: no les iba a mentir con todo el mundo odiándolo. Cómo se recuperó gracias a los amigos que hizo por el camino y a su fuerza de voluntad. Les contó que ha estado perdidamente enamorado de Sakura desde siempre. También su amistad y rivalidad con Sasuke Uchiha y todo el tema de su traición y exilio.

Les contó su gran entrenamiento con Jiraiya el Sannin. Como aprendió Jutsus que ni su padre había podido hacer. Como luchó contra el Kyubi en su interior y venció. Como pudo conocerlos en su mundo gracias al sello de Yondaime Hokage.

También les contó todo el turbio asunto de Akatsuki y como crearon una Cuarta Guerra Mundial que estuvo a punto de destruir el mundo Shinobi. Sobre cómo un tonto cabezahueca junto a un "emo vengador" derrotaron al ninja más fuerte de la historia trayendo la paz definitiva al mundo Shinobi.

Road to ninja | NaruSakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora