SUAVE LUZ [Banana Fish]

A Pleasant Reunion

Imagínate levantarte y lo primero que te encuentres sea a ti acostado completamente desnudo en una habitación que no recuerdes junto a un tipo de greñas locas que no reconoces para nada en la misma cama bajo las mismas sábanas. Yut-Lung no podía creer que eso le pasará a él. Entre todas las veces que había bebido hasta el cansancio, nunca le sucedió algo tan catastrófico.

La mañana era tan hermosa hasta que el caos dominó. Los gritos atemorizados del hongkonés y el chino-americano se hicieron presentes a gran magnitud a tal punto que ya parecía una competencia donde el que se desgarraba la garganta primero, ganaba. Al percatarse de su estado de shock, Shorter guardó silencio y colocó un dedo sobre los lisos labios de Yut intentando calmarlo. Esto no funcionó para nada, ya que el menor al sentir el tacto del "desconocido", decidió mostrar sus cuidados dientes y plantarlos en la piel del mayor causando que retirará la mano con dolor. Aprovechó su distracción para enrollarse el cobertor por la cintura y sostener lo primero que estuviera a su alcance, se paró sobre el colchón mirando a un peliteñido muy desconcertado.

— ¡Tengo un arma y no temo usarla! —exclamó apuntándolo con el objeto que tenía en las manos. Decidió averiguar que era al encontrarse con la extraña y curiosa mirada del otro.

De todas las cosas que pude tomar, ¿tenía que ser una estúpida y ordinaria lámpara?

— Mierda... ¡Tengo una horrorosa lámpara y no temo usarla, bastardo! ¿Quién diablos eres?

— ¿Quién soy yo? La verdadera pregunta es: ¿Quién eres tú?

— No te hagas el inocente conmigo —lo fulminó con la mirada.

— ¡Escúchame! —rugió para centrarlo— No... No es la culpa de ninguno de los dos, el alcohol nos superó. No sé qué pasó anoche, pero estoy dispuesto a que hablemos e intentemos recordar ¿Te parece bien?

Shorter alzó su mano para que pueda ayudarlo a bajar y tener su pacífica charla, se sintió más calmado cuando el joven de cabello largo tomó su mano y se acercó al borde.

Nunca creyó que aquel delicado chico se treparía a su espalda mientras le propiciaba unos fuertes jalones de su púrpura cabello provocando que el mayor no dejará de tambalearse por toda la habitación.

— ¿No íbamos hablar? —gritó el joven de gafas que intentaba quitarlo de su encima torpemente.

— ¡Habla con mi trasero!

Ambos se forcejeaban para ganar la "pelea" que estaban teniendo; sin embargo, el chino-americano tropezó con la alfombra que estaba en medio de la habitación causando que pierda el equilibrio y acabarán estrellándose contra el suelo. Para mala suerte del ojivioleta, el mayor cayó encima suyo evitando que pueda moverse debido a su peso.

— ¡Quítate de mí encima y ponte a dieta, tarado! –renegó el menor mientras inútilmente trataba empujarlo.

— ¡Perdón! —tartamudeó lleno de vergüenza al verse en tan desfavorable posición. Se levantó, tomó su camisa y salió de la habitación a toda velocidad.

Se encontró con dos jóvenes que estaban espiando a través de la puerta. El de gafas dudó en hablar o no, pero simplemente les regaló una tímida mirada inigualable y huyó del cabaré. Eiji se acercó rápidamente a su mejor amigo y lo ayudó a sentarse en su lugar mientras que el menor de los tres observaba enojado desde el umbral de la puerta.

— Primero, me quitas mi cama para acostarte con un cualquiera ¿Y ahora no me dejas dormir por tu griterío?

— Calma, Sing —dijo el mayor de los tres ante su mal humor. Con cuidado, acomodó un mechón rebelde del chino y acarició cerca de su sien para evitar que el dolor del golpe se expanda, sin darse cuenta que las mejillas del otro se pintaron lentamente de carmín— ¿Estás bien?