No dejes de tocarme

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—Taehyung... ¿puedes acariciarme un poco?

Jungkook tenía sus manos sujetas a la cobija, tenía los ojos bien abiertos, acoplado a la oscuridad, su cola se removía inquieta a su lado.

Estaba demasiado inquieto, porque no podía dejar de pensar en su medicina, y en lo mal que la pasaría si no la tomaba. El veterinario le había dicho que el medicamento no evitaría su celo, ni lo aminoraría, solo era una pequeña ayuda para su desgaste físico, pero aún así estaba asustado de no tomarla, porque a su mente llegaba el recuerdo de la chica gata que estaba en su celo cuando lo quiso atacar; la idea de que algo así pudiera ocurrirle lo ponía de nervios.

Taehyung se quedó inmóvil en su lugar, cubierto con la cobija hasta el cuello y mirando hacia el techo. En realidad no miraba nada porque todo estaba oscuro. Podía sentir a Jungkook a su lado, moviéndose un poco. Lo había notado inquieto durante el día, y no sabía por qué. Ahora, después de lo de su medicina, probablemente le resultaría difícil, en especial para el híbrido que todo complica.

—Jungkook, duérmete ya. —cerró sus ojos y se permitió ignorarlo.

Jungkook, en cambio, no estaba nada bien. Se quedó callado después de la respuesta del peliazul, pero cada segundo que pasaba se le dificultaba más todo. No se sentía bien, y sabía la razón. Pero no entendía porqué su malestar era mayor ahora, había tomado su medicina e incluso un poco más de lo que usualmente tomaba, entonces recordó, tal y como el veterinario una vez le dijo... Mucho calor, incomodidad, y cierto deseo por estar cerca de alguien. 

—Tae... —se atrevió a insistir, con voz temblorosa. No quería molestarlo pero necesitaba calmarse un poco, y estaba en verdad controlándose, porque el calor que Taehyung le transmitía a su lado le parecía increíblemente atrayente, y sobre todo, porque su olor lo estaba atosigando como si se tratase de una droga; lo estaba llenando y aún así quería más— Por favor... 

El mayor soltó un suspiro, le pareció extraño el tono de voz y la inquietud en Jungkook, así que no pudo evitar levantar la mano hasta alcanzar la cabeza del híbrido y empezar a acariciar sus orejas. El de cabellos oscuros sintió algo como la gloria al momento de recibir los finos dedos del otro entre sus mechones y rozando sus orejas. Soltó un suspiro de satisfacción y cerró sus ojos.

—Oye... —Taehyung había abierto sus ojos para alcanzar a mirar entre la penumbra el perfil de Jungkook. Le causó curiosidad escuchar más alto de lo normal ese sonido tan usual en él, ese ronroneo de cariño, que ahora sonaba diferente; incluso para alguien como él que poco sabía de cosas de gatos, podía saberlo con facilidad— ¿estás bien?

—S-Sí. —contestó, sin abrir sus ojos. Solo podía concentrarse en la sensación que su cuerpo creaba; los dedos del mayor estaban causándole escalofríos y no podía concentrarse del todo bien.

Pero necesitaba tranquilizarse, estaba comenzando a asustarse de sí mismo. 

—¿No te sientes mal? Te escuchas... extraño. —insistió, dejando por un momento de lado las caricias en el cabello del híbrido.

—¿Eh...? —abrió sus ojos al momento en el que Taehyung apartó su mano. Su cuerpo reaccionó rápidamente y buscó el contacto de nuevo, acortando el poco espacio que ya existía pero poco hacía entre el peliazul y él— No dejes de tocarme.

Taehyung se levantó un poco, recargando sus codos sobre el colchón, extrañado del comportamiento de Jungkook. Si regularmente le parecía extraño, está ocasión le parecía aún más extraño. Estaba a punto de ponerse de pie para prender la luz, pero el menor se apresuró a evitarlo, haciéndolo recostarse en la cama nuevamente, debido a que se había sentado sobre su regazo y puesto sus manos sobre los hombros del peliazul para dejarlo inmóvil sobre la cama.

Jungkook lo miró con las orejas bien levantadas, estaba asustado de su comportamiento. Estaba preocupándose ahora mismo de asustar o incomodar al mayor. Estaba preguntándose porqué su cuerpo actuaba solo y pedía solamente estar cerca de Taehyung, pero también había empezado a moverse suavemente sobre él, cediendo poco a poco al instinto de su deseo por sentirlo cerca. 

—¡Jungkook! —el peliazul sintió las manos del menor aferrarse a él con más fuerza. Podía ver mejor su rostro, porque justo ahora podía sentir su respiración demasiado cerca de la suya. Sus ojos bien abiertos se miraban brillosos, y su pecho subía y bajaba con demasía frecuentemente, se miraba agitado, y él sabía por qué— ¿qué estás haciendo?

—Lo siento... —su voz aniñada estaba sonando un poco rasposa, y el otro estaba ahora un poco asustado— Lo si-siento... pero necesito... —ni siquiera sabía lo que necesitaba, no sabía cómo interpretar las inexplicables ganas de acercarse todo lo que le fuera posible al cuerpo de Taehyung.

Sus manos bajaron por los hombros del mayor hasta aferrarse sobre su pecho, dejó ir un suspiro. Estaba temblando sobre el cuerpo de Taehyung, estaba acelerado y no podía hacer nada; no le gustaba sentirse así de ansioso. Miró a los ojos al de cabellos azules, se inclinó hasta dejar escondido su rostro avergonzado en la curva de su cuello, y entonces, se dio cuenta del error que cometió, porque su aroma era irresistible esa ocasión. 

—Perdón Taehyung... —acarició su piel con la punta de su nariz, provocando un escalofrío en el nombrado que estaba desconcertado— Hueles muy bien... —hizo un movimiento brusco para acercarse más a él, y se permitió dejar besitos sobre la piel suave del cuello del mayor.

Taehyung abrió su boca para decir algo, pero su voz se perdió cuando Jungkook se atrevió a moverse más notablemente. Empujó hacia adelante su cadera sobre la del peliazul, y el resto de los movimientos fueron totalmente involuntarios porque su mente ya no controlaba lo que su cuerpo hacía. Se sonrojó, se avergonzó demasiado, porque estaba restregándose sobre Taehyung, y jamás se había sentido tan bien. Los pelos de su cola se erizaron y sus orejas se agacharon, ya no podía parar. 

—¡Jungkook! —tomó las muñecas del menor sobre su pecho. No podía pensar claramente, estaba sorprendido, y no sabía qué pensar. Intentó mirar a los ojos al híbrido, pero él mantenía su cabeza oculta en su cuello. Además, estaba empezando a reaccionar— Ju-Jungkook...

—Lo... lo siento... —el híbrido había encontrado el ritmo perfecto, y en serio no quería detenerse. Sus disculpas eran palabras huecas porque no podía arrepentirse de sentirse tan bien haciendo algo tan vergonzoso— Taehyung...

Y Taehyung no podía decir que tener a Jungkook restregándose sobre su pene era desagradable, porque justo ahora estaba teniendo una erección que el menor se encargaba de seguir alimentando con cada roce y cada gemido que dejaba sin intención cerca de su oído. El de cabellos teñidos dejó ir sus manos hasta la cintura de Jungkook; todo lo que él estaba haciendo ahora junto con los besos que seguía dando en su cuello, que ya no eran tan inocentes sino lentos. Taehyung suspiró, sus pulgares levantaron la tela de la camiseta que tenía puesta Jungkook, y se conocieron con la ardiente piel, dibujando círculos suaves que crisparon cada centímetro del cuerpo del híbrido.

Jungkook no podía soportarlo más, su cuerpo estaba exigiéndole algo que no sabía cómo conseguir, pero sentía que con Taehyung lo obtendría; y esa idea lo hizo seguir con sus movimientos, sin detenerse ni un poco, porque le gustaban los jadeos del mayor tan cerca de él. Instintivamente, acercó aún más su rostro al cuello del otro, su nariz se deleitó, porque el olor de Taehyung lo llevó a un punto de placer que jamás hubiese creído sentir. 

—Mierda Jungkook, hazlo más rápido... —acompañó el ritmo del menor con sus manos. Sentía cosquillas porque las orejas del híbrido se movían cerca de su rostro y sentía en su cuello suspiros calientes envueltos de gemidos.

Taehyung cerró sus ojos con fuerza y sintió el cuerpo de Jungkook caerse sobre el suyo, después de haber soltado un gran gemido que se alargó casi como un maullido.

—¿J-Jungkook?

Taehyung lo envolvió entre sus brazos sobre sí porque ahora estaba inmóvil sobre él, y entonces se dio cuenta de que el menor se había quedado dormido.











GATO MALO. ➸taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora