Quiero dedicar este capítulo a @Renattaradogna con mucho cariño por apoyar mi novela, este capi es para ti!!!
Los gritos del muchacho se oían en el pequeño lugar al que había sido llevado por el padre Solomon.
-¿Qué es eso?- preguntó el inocente padre Auguste mirando el enorme elefante de hierro que estaba ante ellos, debajo de su vientre, una gran hoguera dejaba un color rojo incandescente en los bordes del armatoste en contacto con el fuego.
-Los romanos inventaron eficaces métodos para sonsacar la verdad- dijo el padre Solomon con una sonrisa de crueldad.
El pobre Coldd temblaba de miedo y se revolvía.
-Por última vez, ¿Quién es el lobo?- dijo el hombre taladrando las pupilas del pobre pelirrojo con su mirada amenazante.
El muchacho le miraba din comprender.
-Adentro- dijo el padre Solomon dándose por vencido.
Los guardias agarraron al muchacho que peleaba y le metieron a la fuerza en el enorme elefante de metal clavando una estaca para asegurarse que no podría salir.
Pronto los gritos de dolor, y de miedo, el olor de la carne abrasada inundó las fosas nasales y los oídos de los hombres.
-Escucha como proclama su amor por Satanás- dijo el padre Solomon al padre Auguste, por sus repetidas defensas al pobre muchacho.
-Como va a proclamar nada, si apenas sabe hablar- dijo el padre horrorizado.
Los gritos cesaron.
Y todo se quedó en silencio.
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La noche había caído en la aldea y el padre Solomon descansaba en la taberna del pueblo, comiendo un trozo de carne, desmigajandolo cob sus uñas de plata, pensaba.
Pensaba en este estraño caso, nunca había visto una bestia como aquella.
Tan hundida en el corazón de la aldea, que ni siquiera ellos mismos sabían que formaba parte de ellos.
Eso solo podría significar que había estado siempre ahí.
Una gran generación, pasando la maldición de padres a hijos desde muchos años atrás, haciendo que la presencia del lobo en el pueblo sea tan antigua como su propia creacion.
Tan antigua, como su propia gente.
¿Cómo desconfiar de alguien con el cuál jugabas de pequeño?
¿Con el cuál tu padre trabajaba en el bosque y bebía en la taberna?
¿Cómo desconfiar de alguien que ha ligado de alguna forma su vida a ti?
Todos son culpables, culpables de ignorancia.
Uno de ellos es el lobo, y nadie sabría decir quien es.
Pero él, el padre James Solomon, nombrado por la santa Inquisición, enviado con una sola misión.
Protegerles de la oscuridad.
Aunque tenga que derramar sangre por la causa.
Los caminos de Dios son inescrutables.
Una joven pelirroja ínterumpió su cena.
La muchacha traía la cara roja y los ojos cansados de tanto llorar.
Peleaba con su guardia para que la dejará pasar.
Su cara se le hacía familiar.
-Dígales qur suelten a mi hermano ahora- dijo ella con rabia en la voz.
Asique era eso.
Era la hermana del niño del elefante.
No quería espectáculos esta noche, y su mal humor por falta de respuestas solo se saciaba con el sometimiento de los demás.
La muchacha arrojó una bolsita de cuero con un par de monedas, algo sumamente ridículo que podría ser interpretado por un insulto.
Evidentemente, no tenía más, y estaba seguro que había robado el dinero de su propia casa, debido al evidente desinterés de los progenitores del muchacho en saber de su paradero.
El padre Solomon hizo un gesto a uno de sus guardias para que se largara de allí, no más perder el tiempo por hoy.
-¡Espere, por fabor!- dijo la muchacha con la voz rota de desesperacion.
El padre hizo uso de paciencia y esperó a ver la siguiente carta de la muchacha.
La chica, mirando al suelo, comenzó a desabrochar los botones de su camisa.
Quedándose así en paños menores, ofreciéndose, incluso, con un gesto de sumisión y deshonra solo por el amor hacia su hermano, solo ella lo amaba, un verdadero amor, similar al de una madre, que haría cualquier cosa por él, incluso por encima de sí misma.
El padre Solomon, admirado por la intrepidez de la joven y divertido por su solo pensamiento de qur él, un hombre de honor perdería su preciado tiempo con una chiquilla de pueblo llevada por la desesperación.
Soltando una sonora carcajada esperó a que la chica avergonzada se vistiera y entonces indicó que se había agotado su paciencia.
-Largo- dijo ya volviendo la atención en su cena.
-¡Espere! ¡Espere! ¡Tengo algo más! - Dijo la chica a gritos siendo arrastrada a fuera.
Con un sonoro soplido el padre Solomon sacó paciencia de donde no quedaba y permitió qur la muchacha permitira para acabar de cenar de una vez.
Roxanne contempló los ojos expectantes de ese hombre con miedo.
A nadie le importaba Clodd, pero a ella sí, ella lo había criado desde el mismo instante que sus padres descubrieron que era diferente, había sido una madre para él.
Pero ni su poco dinero, ni siquiera su propia honra había sido bastante.
¿Qué le quedaba?
Nada.
¿Porqué había dicho eso?
Lo sabía.
Hay momentos en los que hay que elegir.
Y la elección, se rige por amor.
-Deje libre a mi hermano...y le daré el nombre de una bruja-
Dijo la muchacha con la mirada baja.
Había roto la promesa.
El padre Solomon sonrió con maldad, después de todo, si que había respuestas entre esa gente, secretos, que saldrían a la luz con un poco de motivación.
-Eso esta mejor.
Las últimas palabras qur resonaron en la cabeza de la pelirroja fueron
"Perdóname Valerie.."
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¿A quién tienes miedo?
Romance¿Quieres vivir? Entonces, no le tengas miedo al lobo.. "Viviamos en una aldea cerca de un bosque, atravesado por un riachuelo, pocos conocían nuestro pueblo por su nombre, pero si por los horrores que en el ocurrían. Mi madre siempre decía vé a por...