ANHELANDO TU CERCANÍA 11

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Recostado en su cama sonreía, recordaba la mañana que había pasado junto a Helene.

- ¿ Porque tan sonriente?- cuestionó Breslyn sentada en la silla próxima a la cama.

- Pensaba en Helene- Breslyn elevó una ceja al escuchar a su hermano llamarla por su nombre.

- ¿Desde cuándo la llamas con tanta familiaridad? - Leighton la miró y sonrió.

- Desde hoy - volvió a  mirar al techo de su cama.

Breslyn se acercó a la cama, apollandose en uno de los postes.

- ¿Ha ocurrido algo de lo cual no me he enterado?- Leighton se apoyo en sus codos para mirar a su pequeña hermana.

- Estuve toda la mañana con ella.

-¿¡ Que !?, Y hasta ahora me enteró!- Leighton la miró y sonrió.

- Como podías saberlo si hasta ahora nos encontramos.

Breslyn sonrío, aún no se adaptaba a estar tan separada de su hermano.

- Si, es verdad - se sentó en la cama a los pies de su amado hermano- aún no me concientizo que vivas lejos de mí y estemos separados, añoro esos días en que me contabas cada cosa que hacías.

Leighton sonrió y se sentó en la cama.

- Tonta, aunque vivamos en otro continente siempre te contaré lo que me suceda.

- Ay hermanito, te amo- lo abrazo- Dios quiera que logres conquistarte el corazón de lady Ailsa.

- Tenlo por seguro, así será - se acercó a su hermana para besar su frente.

- Te deseo alcances tus sueños.

- Gracias, quieres dar un paseo por el jardín, la noche está fresca.

- Por supuesto - sonrientes salieron de la recamara, bajaron por la cocina para no ser interceptados por su madre.

- Deberías quitarte esa barba, no entiendo por qué aún vistes como si estuvieras en el ejercicio.

Leighton sonrió, su hermana no sabía que aquel día había ido al pueblo.

- Me hace falta ver su rostro, esa barba me lo impide, si lady Ailsa te viera razurado se enamoraría de inmediato, sabes que eres muy guapo, no se porque escondes tu rostro bajo ese montón de bello.

Leighton la miraba extrañado.

-¿ Porque me miras así?- Inquirió nerviosa al ver que su hermano la miraba inquisitivo.

- Solo ayer me dijiste que no me amaba porque era feo, ahora me dices que soy guapo y todo lo que le sigue.

Breslyn sonrío.

- Parece que no me conoces aún, sabes que me molesta verte así- señaló su atuendo anticuado y su espesa barba- te digo las cosas para ver si cambias.

Leighton elevó la mano de su hermana y la beso, como amaba a su pequeña hermana.

- Todavía no es el momento- dijo antes de seguir caminando, Breslyn lo miró sin entender, se encogió de hombros, no perdería más su tiempo tratando de convencer a su hermano que cambiará su forma de verse y vestir.

Miro el amplió jardín, muchos de los invitados paseaban a esa hora por este, miro hacía la fuente, dónde Helene estaba con su amiga Amarin, con un asentamiento de cabeza La saludo, lady Ailsa le sonrió como respuesta.

Amarin sin entender que sucedía la miraba con ojos bien abiertos.

- ¡Ay, te contaré!- dijo al entender la mirada de su amiga - He decidido conocer al conde- Amarin  mordió su labio inferior, sonriente por lo que le había dicho su amiga- puedes hablar- dijo al conocer el desesperó de la rubia.

- Ay, me parece bien, si lo haz visto sus ojos son azules, talvez llegues a enamorarte de él- Amarin comenzó a hablar como cotorra, Helene sonreía al escuchar cada palabra que decía su amiga.

- Cálmate, nada está dicho lo hago porque...

Amarin pestañeo, la sonrisa de Helene se había esfumado.

-  Porque que!, Que sucede?.

- Nada- sentía como un terrible nudo se formaba en su garganta.

No podía decirle a su amiga que prácticamente estaban en la ruina.

Miro a lo lejos,  sintiendo que Amarin la miraba.

- No entiendo, ¿Porque de un momento a otro aceptas conocerlo? A demás- cerró los ojos al sentir a la rubia detrás de ella- tu misma me dijiste que le pediría a tu madre no los invitará.

Helene se estremeció, sintió como su respiración se cortaba.

- Me lo he encontrado en el invernadero- sonrío con nerviosismo llevando un rizo de cabello detrás de su oreja.

Amarin entre cerró sus ojos.

- No te creó, se que algo me escondes- Helene la miró atónita, ¿ de cuando acá Amarin colocaba en tela de juicio sus palabras?.

- No te escondo nada, si no quieres creerme no me importa- dijo dandole la espalda.

- Helene, se muy bien cuánto lo haz detestado todo este tiempo, y de un día para otro aceptas conocerlo.

- Me he dadocuenta que no debo juzgarlo por su apariencia- dijo mientras sentía morir por dentro.

La charla con Leighton había sido amena el día anterior, pero de allí a aceptarlo era un largo camino.

Amarin la miró, percatandose que su amiga pasaba saliva para no llorar.

- Tranquila- acarició la espalda de su amiga- todo estará bien, sea los que sea.

Helene la miró y asintio.

Sabía que tenía la palabra de Grosvenor, peor... No podía dejar de sentirse muy mal.

Ella no lo toleraba, pero no era tan mala como para jugar con sus sentimientos.

- Tu no entiendes- dijo limpiando con disimuló una lágrima que resbaló por su mejilla.

- Por supuesto - miro a otro lado, Helene se había vuelto muy reservada- no quieres decirme que sucede, si lo supiera podría ayudarte.

- Ese es el proble.a, muero de la vergüenza, no toleraba que mi mejor amiga me mira diferente, que ya no me quisieras- tembló al sentir la suave mano de Amarin sobre la suya.

- Eso nunca sucederá, sabes que siempre seré incondicional.

Helene sonrió con tristeza.

- No me abandonarás?- Inquirió conectando su mirada azul con la verde de Amarin.

- Jamás, eres mi mejor amiga, mi hermana- Helene se recostó en el hombro de su amiga llorando en silencio- puedes contarme lo que te sucede cuando estés preparada.

Asintio, sabía que Amarin esperaría pacientemente.

Leighton caminaba en silencio con su hermana, quien lo miraba sonríente.

- Creo que debes ser paciente, si quieres ganar su corazón debes trabajar muy duro.

- Eso lo sé hermana, lo sé de sobra.

Breslyn lo miró, encontrando la esperanza plasmada en la mirada azul de su amado hermano.

- Todo saldrá bien - dijo mirando hacia adelante.

EL ANHELO DE UN LORD.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora