CAPÍTULO 8: EL ESPÍRUTO MÁGICO, SOMBRAS Y UN VIEJO ALIADO

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Narra Henria

— Jóvenes magos y brujas centren toda su atención en su cristal mágico, imaginen que esa piedrecilla mágica es su corazón y su energía, déjenlo fluir su magia, el cristal es el corazón de un mago, un mago es la energía vital de la magia, la magia es el soplo de vida del cristal. Todo está conectado, el cristal, el mago, la magia, incluyendo a nuestros dioses — escuché las palabras resonantes del magister William.

Hago caso a su voz fuerte y serena a la vez del viejo maestro, yo miro la piedrecilla blanca de mi varita y con reflejos tornasol mientras la sostengo con las manos. Tras una larga meditación a solas una suave vibración melódica sale y converge con los movimientos de mi cuerpo. Una luz etérea comienza a iluminar dejo que las partículas de magia se muevan por todo mi cuerpo, y ahora con dificultad controlo la gran corriente mágica se mueve, es un fuerte torrente lleno de muchas partículas de magia, finalmente la introduzco en la mítica piedra blanca y mi cristal deja rayos de luz alrededor mío que se mueven de forma brusca y rápida.

Muchos adolescentes desafortunados al igual que yo. No pueden controlar sus poderes mágicos florecientes. A mi lado una chica pierde el control sus poderes de fuego, a otro jóven logra mojarse a si mismo con su varita empapándose por completo. A mi lado veo a Owen y para sorpresa mía, el logra controlar sus poderes con precisión y equilibrio, las corrientes de agua fluyen alrededor con elegancia, su cristal brilla de un color azul brillante. Al concentrarme mucho en otras personas, esas líneas de luz me golpean, casi grito de dolor. Pero no lo hice para no llamar la atención del magister William y no quiero muchos problemas.

— Jóvenes, se que muchos de ustedes no pueden controlar sus poderes la primera vez y les costará controlar toda la magia que tienen todos ustedes, si ahora quieren desactivar su magia tienen que centrar toda su energía a su interior, recuerden que el cristal solo es un catalizador, porque sus verdaderos núcleos mágicos son sus corazones — nos indicó el señor William.

Ahora tengo que extraer toda la magia del cristal y llevarlo de nuevo por el cuerpo, una fuerte energía recorre cada uno de mis brazos. Hasta mi corazón palpitante, siento que mi pecho fuera inundado por luz blanca, solo me falta controlarla. Me derrumbo en el suelo llena de cansancio. Los magos que están en toda la habitación tanto chicos y chicas están en las mismas condiciones. Owen quien está a mi lado sentado con las piernas cruzadas y balancea su cuerpo.

— Al parecer estos ejercicios sí que te siguen dejando con mucha energía no es verdad Owen —le digo con una sonrisa cansada.

Owen solo relaja sus hombros e intenta peinarse con sus manos su desordenado cabello castaño oscuro que no puede, siendo mucho más rebelde lo dejó igual. Intento levantarme.

—Henria, sabe que es necesario poder tener resistencia, solo que unos pueden desarrollarlos más que otros, especialmente para poder luchar contra otros adversarios, posiblemente nos toca luchar en algún momento dado por decreto del gobierno contra los magos quienes son mucho más poderosos debido a su elemento, y debemos sorprenderlos — dice él con audacia e intenta levantarme como un costal del papas.

—Por esa misma razón el tren subterráneo nos lleva a Shappirus de nuevo, porque en Hiperborea no había suficiente espacio para todos los estudiantes, por eso mismo terminamos en la Academia mágica Itzlacoliuhqui, no hay duda que en unas semanas nos envíen como soldados de reserva — le comento a mi amigo y logro levantarme con pesadez, para ir a la siguiente clase que es sobre la teoría mágica.

— No estén tristes mis jóvenes — nos consuela el anciano acariciando mi cabeza — El camino que tendrán es peligroso y lleno de obstáculos, enemigos ocultos en donde menos lo esperan a la vez siempre encontraran un amigo que les tenderá la mano y saldrán adelante.

PRASINUS  #CA2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora