𝐏 | Mi nombre es Ivy Parkinson y estoy enamorada del novio de mi hermana.
Apenas sabe que existo. Ni siquiera me ve.
Pero lo veo. Él es todo lo que veo. Él es el sol, la luna y las estrellas. Él es mi todo.
El es Draco Malfoy, el Príncipe de Slythe...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"La Hermana"
La primera vez que conocí a Draco Malfoy fue cuando estaba sentada a borde del tren escarlata que me llevaba a mi primer año en mi nueva escuela; Hogwarts.
Era un niño con aspecto mezquino con cabello rubio platino y no dejaba de insistir en Harry Potter durante todo el viaje.
Pasé todo el tiempo sentada nerviosamente junto a mi hermana mientras trataba de no mirar a este chico enojado frente a mi en el compartimiento.
- Supongo que el maldito Potter sin duda andará presumiendo de cómo salvó al mundo de nuevo. - Se burló, su labio se curvó en un evidente disgusto. - Bueno, espera hasta que vea los regalos que mi padre le ha comprado al equipo de Quidditch de Slytherin este año; simplemente no puedo esperar a ver la mirada de suficiencia borrada de su estúpida y jodida cara de cuatro ojos.
Me estremecí ante la forma casual en que usaba las blasfemias.
- Solo relajate, Drac. - Se río entre dientes el chico de piel oscura al otro lado de mi hermana. - Cualquiera pensaría que estás enamorado.
La puerta del compartimiento se abrió de repente, evitando que Draco Malfoy diera lo que parecía una réplica furiosa.
El tipo feo y corpulento, cuyo nombre me horroricé al describir que era Crabbe, entró arrojando un puñado de dulces sobre el regazo de Draco.
En lugar de dar las gracias, el rubio Slytherin examinó el alijo con desdén antes de volver a mirar con irritación a Crabbe. - ¿Dónde están las ranas de chocolate? Pensé que había dicho específicamente que quería ranas de chocolate.
Crabbe se limitó a encogerse de hombros mientras reclamaba su asiento a la izquierda de Draco, metiéndose una pastilla de calabaza a la boca mientras lo hacia. - No había.
- ¡Apuesto a qué Potter le compró todo el lote de nuevo a su cobarde novio! - Draco gruñó enojado.
- Escuché a ese sangre sucia decir que no estaban en el tren. - Dijo Crabbe, esparciendo hojuelas de hojaldre por todas partes mientras hablaba, lo que hizo que tanto mi hermana como yo, retrocediéramos disgustados.
Draco se sentó mientras una mirada de asombro cruzaba su rostro. - ¿Qué quieres decir con qué no están en el tren? ¿Quién no?
- Potter y Weasley. - Crabbe respondió con brusquedad, sacando una segunda pastilla de calabaza de sus envoltorios. - No alcanzaron a subir, aparentemente.
Esto solo hizo que Draco comenzará a quejarse acerca de él Director otorgando puntos o algo para que ellos se fueran a otra aventura.
Casi nadie escucho una palabra, ni siquiera mi hermana, que normalmente se adaptaba a Inglaterra y a casa.
El nombre de mi hermana es Pansy y yo me llamo Ivy. Nuestros padres eran fanáticos de las plantas. Pansy es mayor que yo, pero sólo once meses; esto significa que un mes del año que tenían la misma edad, que conducía pensamiento loco.
- ¡La gente pensará que somos gemelas! - Ella lloriqueo disgustada; su mayor miedo es que nos pregunten nuestra edades en ese solo mes.
Así fue, cuando me senté a su lado en el tren ese primer día de septiembre, que también resultó ser mi cumpleaños; Las dos teníamos doce años.
Si hubiera nacido sólo un día antes, me habría unido a ella en su año.
Sin embargo, tuve que esperar un año más para empezar. No pude evitar sentirme un poco desepcionada por haberme perdido el año de Harry Potter. Aunque no me parecía que fuera muy popular entre los Slytherin. Especialmente Draco Malfoy.
Por supuesto, me clasificaron en Slytherin. No fue una gran sopresa; Después de todo, era la casa de donde venía toda mi familia.
Pero eso no me impidió que me sintiera decepcionada por no estar en Gryffindor con Harry Potter.
No pude evitar notar que Draco Malfoy no había aplaudido junto al resto de su mesa cuando me anunciaron el último Slytherin; su atención se centró demasiado en la mesa de Gryffindor.
- Ojalá sea lo último que veramos de esa cicatriz. - Se burló de nadie en particular mientras me sentaba junto a Pansy, quien me miró brevemente molesta antes de volver su mirada a la del chico de cabello rubio blanco frente a nosotras.
- Sin embargo, es una pena. - Continuó Draco. - Tenía muchas ganas de ver la expresión estúpida en su rostro cuando descubra quién es el nuevo buscador de Slytherin.
- Pero- Pero ni siquiera han hecho pruebas todavía. - Pansy habló alarmada. - ¿Cómo sabes quién va a ser el buscador?
- Oh, no seas tonta, Pansy. - Se burló Draco, y no pude evitar notar que Pansy hizo una mueca de dolor ante este desaire. - ¿No estabas escuchando en el tren cuando te hablé del regalo de mi padre?
- Demasiado ocupada babeando. - Murmuré secamente en voz baja.
No pensé que lo había dicho lo suficientemente alto como para que nadie lo escuchara, sin embargo, un par de ojos grises de repente atravesaron los míos dejándome inesperadamente nerviosa. Contuve la respiración pensando que iba a decir algo, pero en cambio me ignoró casi de inmediato.
- ¿Quién es esa? - Escuché al chico de aspecto rudo a su derecha preguntar mientras me miraba con recelo, obviamente no se había concentrado en la selección.
- Nadie. - Dijo Draco con desdén en un tono aburrido y arrastrando las palabras. - Solo la hermana pequeña de Pansy.
