Prólogo.

8 0 0
                                    

La vista desde nuestro rooftop concuerda con el sur de Kensington (sí, donde se encuentran los palacios de la familia real y todo ese asunto), pero no es tan admirable como desearía ya que todo es edificios más bajos, techos y las copas de los árboles. En compensación, las plantas que tenemos hacen que el lugar sea agradable, fresco y a su vez transmiten alegría, que es lo que me ha hecho falta estos días. Suelo pasar mis tardes aquí para poder distraerme y no seguir pensando en él, ya sea diseñando, leyendo o simplemente apreciando los atardeceres que, son mi segunda cosa favorita después del café.  Aunque... saben, a veces mientras más evitamos sentir algo, peor nos va. 

Con Kai todo parecía perfecto tanto así que pensaba que había encontrado a mi persona. Era un chico educado, amable, cariñoso, atento y trabajador. Nos conocimos en el colegio y conectamos de una. ¿Han pasado por esa etapa donde conoces a alguien y hablan por horas? Así eramos, teníamos diferentes temas de conversación desde las mitologías, arte, brujería, astrología  hasta si el gato de Schrödinger estaba vivo o muerto. También compartíamos el mismo gusto musical y considero que tener una conexión así con alguien es de otro mundo. Sin embargo, las cosas cambiaron sin darme cuenta y cuando me percaté ya era demasiado tarde. 

De pronto cambió su actitud conmigo y pensé que estaba siendo paranoica, pero en el fondo sabía que algo estaba pasando y eso me consumía, me hacía mal. ¿Quién deja de decirte amor de un día para otro? ¿Qué pasa cuando no puedes recordar la última vez que te dijeron que te querían? Y no me malinterpreten, que una persona no esté diciéndolo todo el tiempo, no significa que no lo haga, pero... simplemente él era así, él siempre me lo recordaba. Y no solo fue su actitud la que cambió, también sus ganas hacía mí. ¿Es que no era lo suficientemente atractiva para él? ¿Qué no lo provocaba? Me cuesta admitirlo, por más que me convencía de que no, este cambio sí me afectó y no lograba conciliar el sueño por las noches por miedo a perderlo. 

Recuerdo el día que decidí enfrentar la situación. 

Estábamos en un restaurante de la ciudad al que acudimos después del colegio para almorzar, el me comentaba sobre sus exámenes de admisión para entrar a la universidad y yo sobre el partido de Volleyball que tuve por la mañana. Kai es mayor por dos años.  Hubo un momento donde ambos quedamos en silencio y lo aproveché. 

—Hay algo de lo que me gustaría hablar —dije, mirándolo con atención. Su rostro mostraba sorpresa, pero no lo dejé responder, lo hice de manera directa—. Desde algunos días he notado que estás diferente conmigo. 

—¿Diferente cómo? —respondió, dando un sorbo a su bebida. Quizá no le está dando la misma importancia y eso me frustra. 

—Ya no te comunicas conmigo y has dejado de expresarme tus sentimientos. Y... no me siento deseada por ti. ¿Pasa algo? —dije con expresión seria. Él pareció notarlo. 

—Lo siento, amor —dijo bajando la mirada para luego volver a mí— No he estado pasando por un buen momento. No quiero hacerte daño por no saber como manejar mis sentimientos. 

No respondí nada, por el contrario me quedé en silencio tratando de comprender en qué momento perdió la confianza conmigo. ¿Por qué las personas prefieren ocultar lo que sienten? Hablar ayuda, libera y despeja un poco la carga para que no sea tan pesada. Las parejas están para apoyarse y cuidarse entre sí. 

—Creo que debemos darnos un tiempo... —soltó de pronto. 

Y justo ahí señores escuché un crack, era mi corazón rompiéndose en pedacitos que no iba a poder juntar. 

Ha pasado un mes y desde entonces mis días están repletos de por qués que nunca podré entender. ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué de pronto todo cambió? ¿Por qué me sentí insuficiente si se lo estaba dando todo? A veces pienso que no sirve de nada encontrar las razones, no me hará sentir mejor. La única verdad de todo esto es que nunca serás suficiente para alguien que no sabe lo que quiere y duele afrontarlo porque en el fondo esperas que las cosas  hayan sido de otra manera, pero no. 

En días así me gustaría poder ser Elena Gilbert o Caroline Forbes y apagar mi humanidad completamente para así dejar de sentir. ¿Si ubican la serie con los dos hermanos guapísimos?  Como vampiros poseían una habilidad para escapar del dolor, dejando así  de querer, de echar de menos , de preocuparse, en fin,  dejaban que su lado humano se ausentara.  Si pudiera  apagar esa parte de mí, créanme que no lo dudaría porque así sería más fácil seguir adelante. Si no quieres que te rompan el corazón, no puedes tenerlo. 


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 06, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Chica en llamasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora