Capítulo 29

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Min Yoongi dice que está bien acompañarlo en casa hasta la noche, pero en menos de una hora tiene docenas de llamadas al teléfono.

Min colgó, se acercó a la línea de su cuello, le cerró el primer botón de la camisa y luego lo alimentó con una última cucharada de avena:

—Esto va a calentarte el estómago, así vas a lograr dormir bien cuando te acuestes.

Parece que todo lo que puede comer Park últimamente son papillas. No dice nada y observa que el teléfono que ahora estaba sobre la mesa suena de nuevo.

Min Yoongi puso el tazón de gachas en la cama para tomar el celular, pero cuando ve el identificador de llamadas, su rostro se torna negro. Colgó y lo cerró antes de guardarlo en su bolsillo. Cuando mira a Park Jimin, sonríe y dice:

—Si haces un buen trabajo en la compañía, siempre te llaman para asuntos tontos.

Park Jimin se ve muy tranquilo, pero sólo pretende que no puede ver en la pantalla el nombre de la persona que llama incansablemente. Está allí, parpadeando a través del cristal y del resplandor de la luz.

El estado de ánimo de Min Yoongi definitivamente no es bueno en absoluto. De hecho, está tan enojado y se siente tan cansado, que aprieta los nudillos hasta que la piel sobre los huesos se vuelve blanca y le duele. Parece demacrado. Nunca le importó la manera en la que jugaba con las personas debido a que lo hacía únicamente con el afán de conseguir buen sexo. No importaba cuándo lo buscara o con quién lo encontrara, era feliz así.

Viviendo con besos de una sola noche.

Hyosik, por su parte, movió su corazón de tal manera que pudo quedarse con él por dos o tres años...

¿Por qué ahora se está cansando de eso? En Francia, estaba tan borracho que, aunque sabía que era el número de Park Jimin se atrevió a contestarle. Esta vez, al contrario de esa ocasión desafortunada, Min Yoongi se encuentra absolutamente sobrio y ya canceló la llamada quizá un total de quince veces. El hombre sigue insistiendo, sigue deseando dar con él de una manera tan desesperada que casi puede sentirlo desde su lugar sobre el colchón.

—¿Comes un poco también?

La voz de Park Jimin ocasionó que Min Yoongi volviera repentinamente en sí. Negó con la cabeza y le dio la mitad restante del tazón de papilla a Park Jimin.

—¿Dónde quieres ir? ¿Ya lo pensaste? Puedo tener seis o siete días de tiempo libre después del día de año nuevo.

Las delicadas cejas de Park Jimin están elevadas. Mira a Min Yoongi con la cabeza ladeada, como si fuera otro de esos gatos que ahora le está mordiendo las piernas y arruinando el pantalón.

—Viajar es tan cansado. Puedes ir solo de nuevo.

El corazón de Min Yoongi parece haberse ido por un agujero en su pecho. Tiró la cuchara y se apresuró a presionar a Park Jimin en el respaldo de la cama. Lo besó con ganas, lamiendo desde adentro hacia afuera hasta que su boca se llenó con el dulce sabor de la papilla de mijo. Se detuvo:

—No sé qué hacer contigo.— susurró Min Yoongi. Lo murmuró unas cuantas veces, y de repente sintió que estaba un poco perdido entre lo que quería hacer y lo que debería estarle explicando.

—Min Yoongi...— Jimin se inclinó y mandó un beso que cayó sobre los labios de Min. Sus ojos estaban un poco vacíos para este momento. —No creo llegar a viajar contigo alguna vez.

Min Yoongi se quedó estupefacto. Para ambos, sus palabras se sienten como cuchillos. Él no sabe los motivos de Park Jimin para mencionar esa oración tan de repente así que dice descuidadamente:

—Tienes treinta años, los cumpliste este año. Yo tengo treinta y uno. ¿Cómo puedes decir eso? Hablar como si todo se hubiera terminado ya. ¿Eres un anciano?

Jimin no respondió cuando bajó el rostro, y las lágrimas cayeron silenciosamente por sus mejillas. Agarró la ropa de Min Yoongi, las delgadas mangas de su camisa. Los hombros le temblaban mucho. Él dijo:

—Tienes razón.

—Demuéstrame que estoy equivocado.

Park Jimin siente que nada es fácil cuando está frente a Min Yoongi. Llora, y lo hace sin emitir ningún sonido como si se hubiese acostumbrarlo a hacerlo así gracias a los sucesos recientes. A las amarguras de los últimos años.

Min Yoongi no sabe por qué está llorando Park Jimin, y su alma sólo alcanza a romperse otro poco. No sabe que Park Jimin está llorando porque son dos personas en la habitación, una a la que no le importa y la otra que no espera durar mucho.

Llorando sus catorce años de amor.

Cuando estaba en la escuela secundaria, Min Yoongi le dio una nota a Park Jimin fuera de la escuela. Preguntaba: «¿Cómo sabes que te gusta una persona?» Min Yoongi, que era joven, se puso fácilmente la palabra "amor" en la boca, pero el amor de Park Jimin era el único real. El único que crecía mientras más lo alimentaban. Esa noche, Park Jimin lo analizó todo el tiempo mientras permanecía abrazando esa nota. El último pensamiento que tuvo fue la oración de un poema de Huang Biyun: «El amor es tolerante y silencioso, no hace preguntas, no te vuelve triste».

¿Qué es lo que te está haciendo el amor, Park Jimin?

Jimin estaba muy cansado y con mucho sueño. Cuando finalmente se durmió en los brazos de Min Yoongi, pudo oler la fragancia del jazmín de hace catorce años.

Los diez años en que más te amé ๑ yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora