Capítulo 16 - Tiempo fuera

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Llegué a Koroleva mi amada torre de marfil, era un edificio de veinte pisos color platino en forma de espiral, el nombre de la empresa se encontraba de una forma muy discreta en color plata sobre la entrada principal y alrededor de ella había un boulevard con fuentes, todo era muy limpio y privado.

Estacioné mi carro en el garaje de la empresa  y corrí hacia el elevador privado que daba hacia mi oficina en el último piso.

Di una de las respiraciones mas profundas que pude a la vez que me acomodaba la ropa y el cabello viéndome en los espejos que tenía por paredes el ascensor. Eran las 3:24pm había llegado justo a tiempo.

Las puertas del ascensor se abrieron hacia a un largo pasillo y ahí se encontraba Santiago mi asistente, era un joven de unos 22 años pelirrojo, su nariz era ancha, de piel pálida y con pecas... Vestía muy formal pero su cara de niño bueno no le ayudaba mucho para verse serio. 

— Buenas tardes Señorita Reed - me saludo alegre, lo mire de pies a cabeza y el prosiguió — Solo falta el Señor Thomas pero todos están listos para comenzar. 

— Mejor esperemos a que llegue - me servía esperar para poder ir a mi oficina y sacar algunos documentos — Podemos esperar unos diez minutos si en ese tiempo no llega, no esperaremos más - afirmé —Llámame cuando llegue estaré en mi oficina- caminé sin esperar su respuesta 

Mi oficina, un lugar, que mas bien parecía una galería de arte, tenía una hermosa vista a la ciudad atreves de los ventanales,  en el centro de ella estaba un escritorio de madera y vidrio, al costado derecho había tres sofás con una mesa de café en el centro  y en el izquierdo una puerta que daba hacia la sala de juntas.

Me senté frente al escritorio, saqué de una de las gavetas los contratos de empresas y papeles sobre la reunión de hoy. 

Unos cuantos minutos después alguien toco la puerta como era de vidrio polarizado podía ver que era Santiago.

— Pasé-exclamé 

En pasos torpes entró — El señor Thomas llegó, señorita - odio que me diga señorita

Me levanté tomé los documentos y le dije a Santiago que me siguiera, entré a la sala de juntas por el atajo que había desde mi oficina.

Cuando entre todos me veían felices y ansiosos, tomé lugar en la cabecera de la mesa y Santiago a mi costado derecho un poco encorbado.

— Buenas tardes señores - todos respondieron a mi saludo con amabilidad — Les comunico si no se los han hecho saber que llegaron los documentos sobre la apertura de Koroleva Enterprises Holding Inc, Santiago les va a entregar una copia del mismo a cada uno para finiquitar los detalles sobre la apertura - mi asistente se levantó de su silla y de una forma muy efectiva entregó los documentos — Quiero que Koroleva abra sus puertas este mismo Lunes unicamente para el personal, ya más adelante será para iniciar labores, así que hoy tiene que quedar todo resuelto -  señalé con mi mano el documento — Por favor empecemos con puntualizar las cosa primordiales.

Al finalizar la reunión  todos se despedían con un gran apretón de manos de mi,  mientras me felicitaban por la empresa. Por último quedó la señora Treviño gerente de recursos humanos a la cual le pedí que se quedara para hablar con ella.

— Señorita Reed desea un café - miré mi reloj y pasaban de las cinco de la tarde

— Por favor Santiago, trae también uno para la señora Treviño y tomate uno tu también - le regalé una sonrisa de labios a lo que el asintió muy sonriente — Llévalos a mi oficina - Santiago desapareció de mi vista

— Señora Treviño por favor sígame - A un paso cansado se levantó de su silla, la señora tenía unos 42 años o talvez un poco más, su cabello era color azabache y las arrugas amenazaban en salir a su rostro era excelente en su trabajo la mejor de la ciudad por eso la habíamos contratado con un sueldo muy generoso.

Me Quedo Con Cohen ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora