IX

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Su mañana era buena, prometia un buen dia, no estaba de mal humor, todo estaba tranquilo, hasta que lo dejaron solo, los pensamientos inundaron su cabeza y comenzó a preguntarse. ¿Qué estaba haciendo?

Engañaba a Tim.

Espero tanto para tenerlo otra vez entre sus brazos, sentir su olor, sentirlo cerca, seguir sus consejos, divertirse juntos, y recibir su cariño nuevamente, Tim Drake le ofreció su amistad, su cariño y su amor incondicional.

¿Le gustaba estar con Tim?

Si, desde hace mucho estan juntos apoyandose mutuamente. Hubo un tiempo en el que parecia que lo perdío para siempre, pero al final se quedaron juntos como nunca debio dejar de ser, pero el problema fue ese maldito tiempo en el que pudo conocer más de cerca a Damian, se suponía que no iba a pasar nada con él, pero ¿qué pasó?, su relación fue buena pero Damian no ocasionó el mismo sentimiento que tim causaba en él

Quizás por eso no funcionó

El problema es que ahora no sabe que hacer con él, claro que le encanta el sexo que tienen juntos... Ahora que lo piensa mejor, si hay algo en lo que supero totalmente a Tim y es en el sexo, ¡oh, Damian! era increible en la cama, es cierto que Conner hizo todo el trabajo, pero de saber que tenia ese cuerpo tan enloquesedor, y cuando se sumergia en el se sentia tan bien, el momento en el que sus paredes se apretaban haciendolo sentir en el cielo, con esa expresión en el rostro, sus cejas curvadas, su boca entreabierta dejando salir sus gemidos y jadeos tan deliciosos para sus oidos, y sus ojos, esos bellos ojos esmeraldas que le fascinaba, en ese momento estaban vidriosos, empañados de lagrimas.

Amaba como su expresión cambiaba; de odio a una de suplica, dandole su lugar como dominante, elevando su orgullo, logro domimar a una bestia salvaje, a alguien que no era para nada sumiso, y eso le encantaba.

Damian era una noche increible de sexo, alguien que era extremadamente delicioso follar, pero al final de cuenta solo eso, sexo.

Entonces ¿valía la pena engañar a Tim?, cuando pensaba con la cabeza fría realmente no lo sabía.

Había un sentimiento que no quería dejar a Damian, algo en él jamás permitiría dejarlo por completo, quizás era su egoísmo, talvez era su orgullo, Damian era una de las pocas personas que luchó por él.

Esa noche cuando apareció en el cuarto de aquel hotel, parado frente a él, dispuesto a todo, fue simplemente maravilloso todavia recuerda como sintio su corazón hincharse de la felicidad, quedo hipnotizado por aquella acción, estaba tan feliz de significar tanto para alguien, y sí esa noche estaba borracho pero se acuerda de todo, cada beso y cada caricia que se dieron, se estaba descontrolando y tenia que detener todo eso como fuera posible, no se le ocurrió mejor idea que dar directo en su orgullo, y tal como lo pensó las cosas pasaron, Damian se fue y dejo un vacio, uno que hasta el dia de hoy estaba presente.

Damian y Jon no estaban en la casa, probablemente se estaban reconciliando, eso lo molestaba una molestia que dejo pasar creyendo que era cosa de nada.

Lo extraño fue encontrar a Jason en la puerta de la casa, Genial mas personas en la casa, ¿ que hacia Jason ahi?, según lo que le contó su moto se averio, y pidió quedarse a dormir esa noche, pero mas que un pedir era cobrar un favor que le debía, casi olvidaba que fue gracias a Jason que Tim y el volvieron a estar juntos nuevamente. No se nego y lo dejo quedarse en la casa.

Jon y Damian volvieron a las pocas horas despues, ambos sorprendidos por ver a Jason sentado en medio del sofa.

Damian empezó con su interrogatario, tratando de sacar algun tipo de información, al parecer sospechaba que alguien lo habia enviado, dejo de tomar atencion cuando Jon le reclamo por dejar entrar a Jason a la casa sin permiso de sus padres. Un problema que arreglo de inmediato.

Malas EleccionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora