Instinto y deseo - OhmFluke

Capítulo 1

Vampiro: Criatura que se alimenta de la esencia vital de otros seres vivos.

Es cierto, los vampiros bebemos sangre para mantenernos "vivos", pero no os creáis todo lo que se cuenta de nosotros. Por ejemplo, yo prefiero otro tipo de prácticas mucho más placenteras que me proporcionan toda la fuerza y vitalidad que necesito, porque no hay nada mejor que una buena sesión de sexo para recargar energías.

Hoy es el primer día de clase en la universidad de mi nueva ciudad. Tengo que cambiar cada cierto tiempo, mi apariencia física se ha convertido en un inconveniente, cuando la gente empieza a hacerse preguntas sobre mi eterna juventud cojo mis cosas y vuelo a otro lugar.

Empezar como novato una y otra vez es agotador, pero tiene sus ventajas. Es entretenido ver como las chicas y algunos chicos se matan entre ellos por llamar mi atención. Puede que suene pretencioso pero mi físico los atrae como hormigas a la miel, y eso me ha permitido alimentarme bien. No tengo problemas con el género de la persona que me gusta, las chicas son suaves y sensuales, los chicos por otro lado tienen una energía vital mucho más arrolladora.

Entro en mi primera clase y el profesor empieza presentándome a todos con una voz afilada que me desagrada por completo.

-Buenos días, vamos a empezar la clase, pero antes les diré que tenemos un nuevo alumno llegado de otro estado, ¿el señor...Thitiwat?

He elegido un buen momento para hacer mi entrada, justo cuando dicen mi nombre.

-Ese soy yo, perdone el retraso profesor, me perdí y no encontraba el aula correcta – le sonrío todo dientes.

-Por hoy lo dejo pasar señor Thitiwat, pero si tiene problemas de orientación le recomiendo comprar un GPS – me suelta el muy cretino. Empezamos mal, pero nada que hacer.

Me paseo por el aula hacia mi asiento y todas las miradas están sobre mí, son tan predecibles, la novedad les puede y por lo que veo hay muy buenas opciones en el menú.

-Perdón por el retraso profesor tuve un inconveniente y no pude llegar antes... - un chico menudo entra como un vendaval sin mirar por donde va. Su pequeño cuerpecito se estampa con el mío y cuando me giro para ver si está bien su pecosa cara me deja sin aliento.

Este niño de mirada inocente me examina con unos preciosos ojos marrones bajo unas gafas negras demasiado grandes para su pequeña carita. Que maravillosa coincidencia, tengo hambre y ya tengo la presa que la saciará.

-Perdona por favor, yo y mi torpeza natural – se disculpa poniéndose rojo lo que lo hace más hermoso. Sus labios llenos y rosas son magníficos, ya me los imagino alrededor de mi...

- ¿Ustedes dos me van a permitir dar clase o no? ¿O quizá quieran los señores que espere paciente a que sean capaces de encontrar sus asientos?

-Lo siento de verdad – me susurra mi nueva presa girándose para sentarse en su silla.

La clase se desarrolla con una lentitud que me tiene al borde del suicidio, y eso que soy inmortal. Es lo más tedioso y aburrido que he oído en siglos y he estado en millones de clases. Este profesor es un idiota con título, tendré que encargarme de darle un sustito en algún momento.

Casi todos han salido corriendo de esta horrenda clase, pero el chico que tropezó antes conmigo sigue en su lugar anotando cosas mientras se muerde el labio inferior, ese gesto me enciende muchísimo.

-Hola otra vez.

Levanta la mirada y sus ojos se agrandan por la sorpresa, esas gafas hacen tan linda su pecosa carita.

-Ho...Hola – balbucea.

-Soy nuevo aquí y ya que tuvimos un primer encuentro tan cercano, pensé que podrías ayudarme.