C I N C O

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Taehyung nunca creyó en el nexo de la sangre porque nunca tuvo una experiencia acerca de ello con su progenitor, un hombre desconocido y del que todos parecían conocer, Min Yoongi.

El nexo era aquello que lo unía con un ser que tuviese su misma sangre y que consistía en una predicción casi acertiva de dónde se encontraba, su olor, su voz, incluso parte de su vista. Pero nunca sucedió, nunca fue capaz de enlazarse con su progenitor ni una sola vez. No sabía cuál era su aroma, dónde estaba y mucho menos como lucía, porque la OMS se había encargado muy bien de ocultarle información y prevenir una rebelión de padre e hijo. Así que, no conocía nada de su vida y mucho menos tendría un apoyo cercano, al único que consideraba lo más cercano a un padre era a E'Dwan, pero no quería involucrarlo en todo ése desastre ya que era un humano frágil, así que se encontraba solo.

Observaba las luces de la ciudad en la oscuridad, envuelta en una capabde lluvia que no parecía querer poner tregua a su inmenso dolor que no hacía más que ambientar la profunda tristeza que embargaba su corazón. Porque desde que dejó de oler el perfume de su ángel, los días comenzaron a convertirse en un torbellino de arrepentimientos sobre sus reacciones. Mucho menos ahora que sabía que llevaba "eso" dentro de su cuerpo y que no sabría en qué momento le arrebataría la vida.

Una bomba de tiempo.

— Mi señor— se acercó Matthew.

— ¿Han encontrado algo?

— Aún no.

Taehyung sentía una punzada en la cabeza. Esa búsqueda a ciegas estaba comenzando a fastidiarlo.

Matthew sintió la furia que emanaba el hombre frente a él, causándole un estremecimiento aterrador.

— No vuelvas aquí a menos que tengas una pista sobre la ubicación de mi destinado.

Matthew asintió y dio media vuelta para seguir buscando.

Taehyung acomodó el abrigo negro humedecido por la lluvia a punto de seguir su búsqueda incansable cuando, acompañado de un rayo, la silueta del Conde Yurio junto a su hermano, aparecieron después de escucharse el estruendo retumbar por encima de la ciudad.

— Sobrino, mío— Sonrió Yurio. — Hemos localizado la base central de La Santa Trinidad.

El brillo en los ojos de Taehyung era una cosa que ninguno de los Condes cambiaría por nada. La expresión humana de esperanza naciendo en su piel hizo que su instinto salvaje fuera aplastado por la cuestión de su propia existencia.

— ¿Dónde está?

El Conde Swift sonrió.

— Ya sabes cuál es el trato ¿No?

Taehyung metió la mano dentro de su abrigo y sacó de ella una USB, lanzándola al aire, misma que Yurio atrapó sin esfuerzo.

— ¿Y bien?

Insistió Taehyung.

— La base se encuentra en la frontera de Japón, en la costa norte— El contrario hizo ademán de marcharse, sin embargo, Yurio lo detuvo. — Espero que vayas preparado, hay una presencia poderosa en ése lugar en la que preferimos no ser partícipes, aún.

Taehyung se soltó del agarre con disgusto.

— ¿Ahora están preocupados por mi bienestar? No sean hipócritas.

— Después de todo, llevas la sangre de Yoongi.

— A la mierda con él.

Dicho esto, pegó un brinco y salió disparado brincando de techo en techo con una sola dirección en su vista y ése era donde se encontraba su ángel.

S E R A P H  ² 【TAEJIN】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora