oh~! silla-kun! hace años no nos vemos!
-Una historia de joda, no se lo tomen a pecho porfa
- Nada de esta historia tiene sentido, solo escribo lo que me sale de la cabeza
-Nose, eh... Tiene yaoi entre muebles, ¿Que esperabas?
- Mínimo tener +15 par...
¡Advertencia! Esta historia contiene lenjuage no apto para todo el público
Edit: Todos agregan está cosa Asus listas peor nadie vota, que loco
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—Siempre había pensado que la escuela era una mierda, y lo sigo pensando, sinseramente, para que me va a servir la raíz cuadrada para la vida? Alguien me asalta y yo le digo ¡Hey! No me puedes robar porque, Juanito tiene 4 manzanas y yo le quitó una, y se queda con 3.
Pum! Navajazo en la raja!
—Joder no me cuentes tu vida...— La más baja solo decidió voltearse y mirar a otra dirección que su compañero, aveces tus mismos amigos te pueden llegar al pincho.
Averce mudado a una nueva cuidad no era fácil, y eso lo sabía nuestro querido mueble, Espera... Dije mueble?, No lo sé está historia ya no tiene sentido desde que que iniciaste leyendo el título.
Volviendo al tema.
—Nochesita-chan, no me ignores... Me dejas solo, y eso lástima mis sentimientos— el más alto hizo un Berrinche echándose de espaldas en el cuerpo de su compañera. (No pregunten solo sigan leyendo malditacea)
—No me llames así Otaku de mierda, y que sea tu amiga de la infancia, no significa que siempre tengo que hacerte caso— lo empujó casi haciéndolo caer.
Ambos se conocen desde pequeño, hasta que la menor se había mudado a otro lugar, años después de casualidad nuestro prota se mudó a la misma ciudad, y quedando en la misma escuela, ¿que cosas no?
—emoticon triste, emoticón triste, emoticón triste— aveces su actitud le parecía muy infantil para su edad.
Un golpe se escuchó sobre todo el aula, alguien había pateado al entrar ¡No ahí respeto ya!
—¡Oh nenas! Ya llegué!— el responsable del golpe, dio un gran grito al entrar llamando la atención de todos.
—Maldita sea...— murmuraron ambos viendo al nuevo, paso al salón caminando entre los estudiantes, con un caminar tan... Cómo decirlo... Como así fuera una puta!, Ahí está, como si fuera una puta.
—que puta...—murmuro la chica cerca de su amigo, se notaba a lo lejos la toxicidad de ese chico, que tan solo tenerlo cerca te daba un ataque, y no especificamente al corazón.
El chico nuevo se sentó en el fondo, de una forma tan dramática como su caminar, daba ganas de gritar ¡Camina bien, pareces prostituta! Pero no creo que a la profesora le guste eso.
Ambos se mantuvieron callados durante toda la clase, ¡Matemáticas! ¡Yupi!
Supongo que no tomaría atención a la clase, y se consentraria en vagar por sus pensamientos, como siempre, al menos hasta que la profesora se de cuenta que no está prestando atención
—¡Oh, recreo! Tu eres el único que me salvas de este infierno— grito al salir del salón, su amiga obviamente lo miro raro, y se alejó un poco, solo un poco.
— Sabes que me alegra todas las mañanas, mesita de noche-chan?— le sonrió con ternura el alto
—Vuelves a llamarme así y te rompo la nariz— lo miro enojada
—okey, okey, y respondiendo a mi pregunta, te gustan las empanadas?—
—Empanadas?, Supongo... Solo las mixtas—
—me parece perfecto, ve al estrado, y espérame ahí, vendré con unas ricas y calientes empanadas— se alejó dando pequeños brincos de alegria. La menor solo sonrió, no había cambiado en nada, aún tenía esa actitud tan tierna, como lo conoció.
