Los diez años en que más te amé ๑ yoonmin

Capítulo 32

Los ojos de Park Jimin se ensancharon. Estaba sorprendido de ni siquiera tener problemas para abrirse a él en primer lugar. Cuando sintió que la punta de la otra lengua había intentado llegar más lejos de la entrada inicial de su cavidad, Park Jimin reaccionó y mordió al hombre.

Kim Namjoon alejó a Park Jimin, y el sabor a sangre en su boca le provocó volver a la realidad. Quería disculparse con Park Jimin, o tal vez propinarle un suave abrazo... Pero levantó la vista y sólo vio el rostro pálido de Park Jimin, su desagrado y su total desconfianza hacia él.

—Jimin...

Kim Namjoon llamó cuidadosamente el nombre de Park Jimin y quiso acercarse y tocar el dorso de su mano. Al segundo siguiente fue alejado, lo siguió una fuerte bofetada.

Jimin empujó a Kim Namjoon fuera de la cama y no dijo palabra alguna. No tenía nada en mente, sólo llegar a la puerta y salir de allí.

Kim Namjoon está ocupado sosteniendo su muñeca:

—Es mi culpa, lo admito. Pero estás mal de salud, y regresarás más tarde a casa. ¿Está bien?

Park Jimin apretó los dientes y trató de liberarse la muñeca de la mano del doctor. Namjoon tenía miedo de lastimarlo y sólo pudo dejarlo ir. Kim sabe que está actuando realmente impulsivo hoy, y ¡por un demonio! Su cuerpo no está siendo controlado por su cerebro.

—¡Espera! ¡No vayas tan rápido!— Kim Namjoon intenta detenerlo, pero eso sólo acelera el ritmo con el que Park deja la habitación. Lo siguió a través de los pasillos del hospital. —Me gustas mucho, no estoy avergonzado de decirlo. ¿Mi error fue hacerlo ahora? ¿Mi error es sentirlo?

Park se detuvo de repente y después de observarlo durante un largo rato, desvió la mirada. La voz de Park Jimin era suave y comprensiva al murmurar:

—No quiero decir que esté mal. No eres malo, soy yo. Sé que no puedo cambiar el futuro.

Kim Namjoon no se preocupa por el rechazo y las palabras de Park Jimin... Porque se dio cuenta de que Park Jimin estaba demasiado ansioso y había olvidado tomar su abrigo. El sistema inmune de una persona enferma no es bueno, le tiene miedo a lo que puede hacerle el frío. La enfermedad de Park es particularmente feroz y no desea que se empeore ahora que se ha expuesto de esta manera.

Kim Namjoon se puso nervioso, se olvidó de sus problemas y se quitó la bata blanca. Se volvió a Park Jimin y le colocó su ropa encima. Su voz casi suplicó:

—No digas nada, no te forzaré a eso. Hace demasiado frío. Te enviaré a casa temprano. Seguro no querrás estar cerca de mí, pero un taxi debe estar bien, ¿no?

El corazón de Jimin se sacudió un poco, y en ese momento de repente tuvo algunas quejas sobre el comportamiento de Kim Namjoon. El joven médico de múltiples talentos. Cuando lo vio por primera vez todavía era tan disciplinado, pero ahora fácilmente enrojecerá sus ojos por él, rogará por sus opiniones con tan humildes preguntas y le preguntará si puede acercarse. ¿Está bien irse a casa y dejarlo así? Como Park es tan buena persona, siempre trató al médico como a un amigo cercano. Incluso ahora que las cosas se volvieron en algo más íntimo, se muestra reacio a tratarlo mal.

—Llévame tú. Llévame a casa.

El médico vio que Park Jimin no tenía intención alguna de luchar, o mostraba mucho afán en querer transmitirle lo que sentía de la forma más civilizada posible. La mano de Park está seca y helada y Kim no puede evitar querer darle un poco del calor que él está sintiendo. Toma la mano fría y finalmente, cambia de un apretón fuerte a un suave entrelazamiento de dedos.

Cuando subió al auto, no tiró la bata a un lado... Sólo dudó y dobló la ropa pulcramente sobre sus piernas. Para Kim Namjoon es difícil entender que lleva a "su corazón" de camino a manos de otro. El alma se le rompe en el último segundo... En este momento todavía puede probar el tipo de dulzura que le ofrece el dolor.

Subió la temperatura del aire acondicionado y disminuyó el volumen de la música en la radio.

—Lo siento.— Finalmente, Kim Namjoon rompió el silencio primero. —Pero es verdad que me gustas. No debí acercarme a ti sin tu consentimiento.

Jimin giró el anillo plateado de su dedo anular derecho una y otra vez:

—Aunque me quieras... No hay manera de que pueda devolverte lo que me das.

—No esperaba que lo hicieras.

Park Jimin se siente ligeramente insultado. Kim lo entiende sin necesidad de que le diga nada y entonces, se ríe:

—No te enojes. No me refiero a eso.

El auto se estaciona en la puerta de su casa y Park Jimin se baja del carro sin decir una palabra. Toca la ventanilla del asiento del conductor y cuando Kim la baja, Park Jimin sonríe débilmente:

—Mira, si fuera por mí, sería demasiado tentador lo que me propones... Pero no te conviene enredarte con un moribundo que además no está soltero.

El rostro de Kim Namjoon se volvió blanco por un momento, tampoco había color en su boca:

—Nunca supe que podrías ser cruel hasta este punto.

Un cuchillo se le clavó en el corazón, pero no sabía que oración fue la que lo provocó. La ropa de Park vuela con el viento y sus ojos aún pueden revelar algunos colores hermosos. Todo el tiempo, Jimin estaba lleno de belleza.

Tras un gesto de su mano, se giró y desapareció rápidamente ante la vista de Kim Namjoon.

✤✤✤✤✤✤

Cuando Park Jimin abrió la puerta y entró en la casa, sus manos estaban congeladas y algunos de sus dedos estaban rígidos. Mientras suspiraba y se cambiaba los zapatos, vio el par de zapatos de cuero de dieciséis orificios tallados con tela italiana que Min Yoongi llevaba en la mañana.

Descubrió que había gente en casa.

Min Yoongi estaba muy ocupado, se fue temprano y le dijo que regresaría a casa tarde. Durante el día, ni siquiera le habló a Park Jimin y no pensó que fuera necesario el reclamarle. El hombre está ocupado con su carrera y Park Jimin va al hospital por su cuenta. Mira el reloj, sólo son las cinco de la tarde. Realmente no esperaba que Min Yoongi regresara tan temprano.

El hombre tenía un perfil puramente inglés cuando se dejó ver, cruzando el pasillo. Tenía unas gafas de borde de oro de baja calidad en el puente de su nariz. La voz de Min Yoongi es fuerte:

—Háblame sobre lo que vas a hacer cuando sales de casa.

Jimin se estremeció.