El Jade y El Loto (WangXian)

Episodio 24 - Perdón

"Para ganarme tu perdón.

Te estaré esperando en el salón del Hotel Royal, por favor ven.

Te amo Wei Ying.

–Lan Zhan."

Cerró la pantalla de su teléfono mientras se veía al espejo.

Había estado pensando mucho desde que culminó la firma de la herencia de su difunto tío, pero sentía que durante ese último año había envejecido demasiado.

Miró su esmoquin blanco y sonrió.

Hoy dejaría de ser un maldito cobarde y le pediría perdón a Wei Ying. Aunque tuviera que arrodillarse, aunque tuviera que avergonzarse en televisión nacional, aunque él lo golpeara.

Nada le importaba... Sólo el amor de Wei Ying.

–Te ves bien, bebé.

Lan Zhan volteó y la miró.

–Celeste. –dijo con voz fría. –Ya mi abogado debió haberte enviado la disolución del dinero, ¿qué estás haciendo aquí?

–No puedes terminar nuestra relación así Lan Wangji. –cruzó la sala y se sentó frente a él mientras cruzaba las piernas. –¿Qué esperabas? ¿Después de haber obtenido todo humillarte frente al hacker para tener su perdón y así obtener tanto la herencia como el amor? –empezó a reír fuerte. –No seas ridículo.

Lan Wangji seguía mostrando un rostro de indiferencia, lo que dijera ella ya no le importaba.

–No se te olvide, que la que te dió el acceso a esa fiesta... Fui yo.

Habían planeado este movimiento juntos, no podían dejarla por fuera por un simple sentimiento como el amor.

–Lan Wangji. –se acercó a él. –Recuerda que esto no ha terminado. Si no te casas conmigo, no recibirás tu parte de la herencia y todo lo que has hecho hasta ahora se habrá acabado. Nada valdrá la pena.

–Lo único que escucho es a una mujer desesperada diciendo estupideces mientras obstruye mi camino.

Se soltó y se dirigió a la puerta para irse.

–Lan Zhan, si sales por esa puerta mandaré a matar a tu amado hacker.

Volteó rápidamente mientras escuchó eso.

–¿Qué mierda estás diciendo ahora?

–Lo que escuchaste. –tomó la copa de vino frente a ella mientras se sentaba nuevamente. –Ahora mismo tengo a alguien vigilando a Wei Ying mientras estamos hablando. Ese mensaje, –señaló el celular. –¿crees que no sabía que ibas a hacer algo así? No me subestimes, me parte el corazón.

Lan Zhan se acercó a ella y la agarró por el cuello.

–¿Qué pretendes Celeste? No sabía que tenías tantas ganas de morir hoy. –le dijo con sarcasmo. – Si hubiera sabido, me encargó de eso antes de venir hasta aquí.

–Lo único que pretendo es casarme contigo, al menos durante los dos años que dura el contrato.

Lan Zhan la soltó.

–¿Por qué?

–Mi padre me prometió su parte de las acciones si la compañía Lan lo ayudaba a través de esta "unión familiar". Quiero esas acciones, así que las tomaré.

–¿Sólo por eso? –estaba sorprendido.

–¿Pensabas que te amaba? –se río. –Claro que no Lan Zhan, no podría amar a una persona que le gusta estar con otro hombre.