Esta es una prédica escrita sobre la parábola del joven rico, comparado con Abraham. Se basa en las riquezas, lo que atesoramos en la Tierra y lo que atesoramos en el Reino de los Cielos.
El primer mandamiento y más importante de la ley, según Jesús es "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente" (Marcos 12:30), amarlo con todo, primero a Dios. Para nosotros como humanos dejar algo que queremos es difícil, es tan difícil que hasta sus discípulos se sorprendieron cuando Jesús dijo esto. En el versículo 25 podemos ver que le preguntaron sorprendidos a Jesús "¿Entonces, quién será salvo?" porque es lógico que hay cosas imposibles para nosotros, ¡cómo esta!, porque nadie estando en su propio razonamiento y en su propio sentir vende absolutamente todo lo que tiene a los pobres, quedándose uno mismo pobre y quedándose uno mismo en la calle, ¿no es algo que se ve imposible?, pero en realidad sí es posible cuando es Dios en nosotros, cuando nuestro corazón está en cristo, cuando quién habita dentro de nosotros es el Espíritu Santo, porque no creamos que las fuerzas para buscar de Dios y el anhelo de estar en su presencia viene de nosotros, no, dice la palabra que tanto el querer como el hacer vienen de Dios, es él glorificándose en nosotros. Y si él pone en nuestro corazón el vender todas nuestras cosas y darlas a los pobres, lo podemos hacer porque para Dios no hay nada imposible, esa fue la respuesta de Jesús a sus discípulos cuando preguntaron "Entonces, ¿quién podrá ser salvo? " , la respuesta de Jesús fue "Para Dios nada es imposible" .
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